Vivimos en una sociedad de desafíos complejos que demanda ir más allá del puro conocimiento. Las competencias clave son instrumentales en dotar a las personas con las destrezas necesarias para desenvolverse eficazmente en el siglo XXI. Una competencia clave es un conjunto de conocimientos, destrezas y actitudes que permite resolver problemas con éxito. La nueva ley de educación, Lomloe, afianza el desarrollo de una educación basada en competencias y modifica las anteriores competencias clave. Siguiendo la Recomendación del Consejo de la Unión Europea de 2018 y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, se establecen ocho. Entre estas ocho competencias clave encontramos la competencia plurilingüe.
La competencia plurilingüe implica la interacción en mayor o menor grado en varias lenguas para el aprendizaje y la comunicación. Hay que entender que el conocimiento y la lengua no son fenómenos separados. El conocimiento se construye a través del lenguaje y cuando aprendemos otros idiomas, las lenguas y el conocimiento interactúan entre sí. En este sentido, y según la metáfora del lingüista británico, Vivian Cook, cuando aprendemos un idioma no se trata de añadir una habitación más a una casa, sino de reconstruir las paredes internas.
El Aprendizaje Integrado de Contenidos y Lengua (AICLE), también conocido por sus siglas en inglés CLIL (Content and Language Integrated Learning) es un enfoque metodológico donde se utiliza la lengua no materna para el aprendizaje de contenidos. Sin embargo, no se trata simplemente de traducir los contenidos de Ciencias Sociales, Ciencias Naturales o Educación Física, entre otras asignaturas. AICLE requiere un cambio metodológico y el profesorado necesita una formación específica para poder implementar este enfoque de manera eficaz. La palabra clave en las siglas AICLE es ‘integrado’, y precisamente este es el rasgo diferenciador que consigue que los alumnos construyan el conocimiento y la comunicación de manera transversal entre asignaturas y lenguas.
Cada disciplina tiene su propio lenguaje, por ejemplo, la lengua de las ciencias o la lengua de las artes, y los alumnos han de poder comunicarse utilizando el lenguaje propio de cada una de ellas. Cuando se implementa AICLE en el aula, se desarrolla el lenguaje que necesita el alumno para describir, explicar o argumentar aquello que está realizando en la asignatura. Es necesario proporcionar al alumnado con distintos modos de representación de los conceptos, al igual que ofrecerle oportunidades de utilizar distintos géneros y registros. Desde la participación activa y las experiencias se desarrolla el pensamiento y se consigue el progreso en la construcción del conocimiento y la comunicación. Esto resulta en un entendimiento más profundo ya que se centra en el lenguaje para desarrollar el aprendizaje.
Con AICLE, el proceso de pensamiento se hace visible a través del lenguaje. Cuando un alumno puede utilizar la lengua de una disciplina para explicar aquello que ha aprendido, está mostrando que ha interiorizado los conceptos de manera significativa. Esto le permitirá transferir los conocimientos adquiridos entre las distintas lenguas, consiguiendo el desarrollo de la competencia plurilingüe. Por todo esto, AICLE se hace indispensable, de manera que es esencial que el profesorado tenga la formación necesaria para llevar a cabo con éxito este enfoque metodológico.
Precisamente por ello, el Máster Universitario en Educación Bilingüe de la Universidad Internacional de Valencia ubica la enseñanza de esta metodología en el centro de su plan de estudios. Además de una formación en profundidad en AICLE; el máster aborda el uso de las tecnologías digitales en el aula bilingüe, el análisis de casos reales y ofrece una formación adicional a través de exclusivas masterclass a cargo de profesionales referentes del sector.