Ir a la escuela en autobús, que el colegio esté limpio, que los maestros y maestras estén bien preparados o que dentro de la mochila esté todo el material que se necesita para estudiar no es algo que ocurra en todas las partes de mundo. Hay zonas de Benín en las que los niños y niñas no pueden ir a la escuela porque para llegar hay que cruzar un río y no hay puentes. En la otra parte del mundo, en Guatemala, hay escuelas que no tienen agua potable. En Malí, miles de familias han tenido que huir de casa rápidamente porque los grupos armados han entrado en su aldea. En la huida, los niños y niñas lo han dejado todo, su ropa, sus juguetes y también los libros, los lápices y los cuadernos. En otros lugares, crisis de todo tipo han dejado sin hogar a miles de familias, que no tienen ni lo más básico como alimentos, agua o mantas para taparse del frío, y mucho menos material escolar.
En Educo hace más de 30 años que defendemos los derechos de la infancia y, en especial, su derecho a la educación. En nuestros proyectos, que llevamos a cabo en 14 países y en los que participan un millón de niños, niñas y jóvenes, vemos cómo cambia su vida cuando pueden aprender e ir a la escuela. No solo tendrán más oportunidades en el futuro, sino también en el presente. Estar en la escuela significa que están protegidos, que no están trabajando o que no se les obliga a casarse, que es más difícil que caigan en manos de las mafias de trata o de las pandillas. Es por eso que trabajamos incansablemente para que todas y todos tengan la oportunidad de ir al colegio y aprender. Pero solos no podemos, necesitamos el apoyo de toda la sociedad. Por eso, ahora que se acercan las fiestas navideñas, que se empieza a pensar en los Reyes Magos y que se escriben listas de deseos, es un buen momento para regalar también a quienes más lo necesitan.
Cada año, desde Educo lanzamos nuestros Regalos Solidarios. Estos regalos cubren las necesidades reales de los niños y niñas y de las familias que forman parte de nuestros proyectos. Hay desde piraguas para ir a la escuela hasta comida, como arroz o gallinas que ponen huevos; además de material escolar como pupitres o libros, equipamientos para protegerse en las catástrofes naturales, sistemas de purificación de agua o semillas y herramientas para el huerto, entre otras muchas opciones.
Son regalos que, junto a nuestros proyectos de emergencias y de desarrollo, permiten a las familias seguir adelante con dignidad y enfocarse en la educación de sus hijos e hijas. Y están pensados para que quienes puedan aporten su granito de arena. Estos regalos solidarios pueden ayudar a que los niños y niñas de todos los países en los que trabajamos puedan ir a la escuela, tengan material para estudiar, estén concentrados porque están sanos y bien alimentados y estén motivados a pesar de las difíciles circunstancias en las que viven. La educación cambia vidas, es la mejor herramienta para erradicar las desigualdades sociales y por eso apostamos firmemente porque toda la infancia del planeta pueda ir a la escuela y recibir una educación de calidad. Por todo ello, regalar educación es regalar esperanza.