Más que nunca se pide a la escuela que sea un espacio de protección donde el fomento del buen trato tenga un papel relevante. Desde Educo ofrecemos PROTEGEmos, una metodología que permite justamente la creación de entornos «bientratantes».
El buen trato a menudo se confunde con lo opuesto al mal trato, pero esta es una idea limitante del concepto. Hablar de buen trato supone promover la convivencia en el centro de forma proactiva; va más allá de la prevención de conflictos y busca favorecer un tipo de relaciones y un abordaje diferente cuando se producen incidentes. En términos de cultura de paz es lo que llamamos la provención.
La provención, un concepto creado por John Burton (1990), nos hace poner la mirada en lo que hacemos a diario para favorecer la cohesión y el buen clima en los grupos; en crear las condiciones adecuadas para potenciar relaciones amables, basadas en la confianza y el aprecio; donde el sentido de pertenencia y la escucha esté presente para todos los miembros y donde los conflictos o las situaciones de riesgo se puedan identificar de manera rápida. y abordarlas lo antes posible de forma positiva y no violenta.
Para poder aterrizar el buen trato de manera práctica y hacer provención, la herramienta que estamos utilizando en los centros educativos son las prácticas restaurativas. Estas prácticas ponen el acento en emprender procesos proactivos de cuidado relacional que podemos incorporar a diario en nuestra labor docente, y, además, nos facilita otros procesos para dar respuesta a incidentes y conflictos.
Sin embargo, las prácticas restaurativas son mucho más que un montón de herramientas y procesos que podemos aplicar en el aula. Es un enfoque, una manera de entender cómo nos queremos relacionar, qué papel tenemos ante el alumnado, el profesorado y las familias del centro, ya que afecta a toda la comunidad educativa. El Enfoque Restaurativo y Relacional (ERR) trabaja con el individuo y la comunidad como base para promover entornos amables y saludables, donde la responsabilización y el acompañamiento pasa por delante de la punición y el castigo para crear comunidades de buen trato.
El ERR nos invita a todos y todas a ser modélicos en nuestras relaciones. Se inicia proponiendo un cambio en uno mismo para extenderse al claustro, el PAS, el alumnado, las familias, la estructura de la escuela en sí. El ERR nos ayuda a incorporar habilidades y procesos básicos para la construcción de entornos que proporcionan las condiciones de buen trato deseables para la infancia, aparte de cumplir con la Lopivi.