Un estudio de la UNESCO realizado en 144 países y publicado el año 2020 revela claramente la magnitud del problema. Uno de cada cinco estudiantes de todo el mundo sufre bullying y en España sólo el 15% de las víctimas se atreven a contarlo a familiares o profesores.
El estudio hace también hincapié en el papel de los observadores, destacando que 8 de cada 10 jóvenes han presenciado en alguna ocasión una situación de acoso escolar. Frente a ello, 1 de cada 5 personas que han presenciado bullying, se mantuvieron al margen.
En cuanto al papel de los docentes, solo el 9% de los españoles piensa que los profesores y centros escolares están preparados para abordar el acoso escolar. De hecho, solo el 16% de los profesores se sienten preparados para resolver situaciones de acoso.
El bullying destruye la autoestima, afecta a la salud, al rendimiento académico y, en general, atenta contra el derecho que tienen todos los niños a crecer felices y sin miedo en el entorno escolar. En los casos más graves puede dejar importantes secuelas de por vida, incluso muchos suicidios de adolescentes son el resultado de una intimidación persistente que hace que la víctima vea el fin de su vida como la única salida.
El acosador suele ser una persona físicamente fuerte y dominante, con una necesidad importante de sentirse superior a los demás y con poca capacidad de autocrítica y empatía. La víctima o acosado suele ser una persona físicamente débil con pocas habilidades sociales, tienden a ser solitarios y acostumbran a tener Dificultades de aprendizaje o Trastornos del Neurodesarrollo.
En cuanto a los niños neurodivergentes o con diversidad funcional que asisten a las escuelas ordinarias, estudios previos, como los publicados en el Observatorio de la Infancia revelan que un gran porcentaje de los estudiantes hostigados, presentan alguna diversidad física o psicológica.
Desde Autismo España señalan que casi la mitad de los niños y niñas con trastorno del espectro del autismo (TEA) sufre acoso escolar en algún momento de su vida. Son las características del entorno (el contexto, el centro, el aula, el clima escolar o el grupo) las que determinan un mayor riesgo a que el alumnado con TEA sufra acoso escolar, sobre todo en la etapa de Secundaria. El Dr. Paul A. Law, director de la Red Interactiva de Autismo del Instituto Kennedy Krieger en Baltimore, afirma que la etapa secundaria puede ser particularmente peligrosa para los niños con autismo debido a su falta de habilidades sociales.
A su vez se corrobora que los niños que tienenTEA de alto funcionamiento se encuentran en mayor riesgo de ser objeto de bullying, debido a que su discapacidad real resulta menos visible haciendo que su trastorno sea más difícil de entender para sus compañeros.
Un estudio realizado por el Dr. Juan Carlos Pérez Castro Vázquez revela que los alumnos con Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) son más propensos a ser víctimas de bullying. Además, el 66 por ciento de niños y adolescentes con TDAH sufre agresiones, en contraste al 8 por ciento de estudiantes que no padece este trastorno.
Una de las principales características del TDAH es la impulsividad, la falta o ausencia total de reflexión, lo que provoca que el niño, en muchas de las ocasiones o circunstancias que se le presentan, no sepa reaccionar de una manera adecuada, por lo que puede incurrir en comportamientos que son rechazados por sus compañeros y pueden ser el desencadenante de acusaciones, rechazo social y comienzo de bullying.
Esta situación, si bien preocupa, no tiene la respuesta que exige el compromiso de la escuela inclusiva. Como consecuencia de estas conductas, diversos estudios han señalado un preocupante índice de abandono escolar en el colectivo y el agravamiento en el déficit de habilidades sociales y de atención, producto de la ansiedad, la frustración y el impacto emocional que generan los acosos.
La fórmula más exitosa para luchar contra el Acoso Escolar es invertir en prevención. Apostar por incluir la educación emocional en las aulas, creando ciudadanos emocionalmente competentes, asertivos y empáticos y promoviendo desde el aula y desde la familia valores como la tolerancia y el respeto a la diferencia. Como factores de protección ante el acoso escolar, investigaciones recientes revelan que la creación de redes de ayuda entre iguales que prevengan y erradiquen el acoso, que apoyen a la víctima, que movilicen e impulsen la solidaridad de los observadores pasivos y que, también, reeduquen a los agresores y les proporcionen estrategias de reconciliación con sus víctimas suelen ser de gran ayuda, a la vez que el trabajo de la resiliencia personal y un ambiente familiar comprensivo y dialogante. El ambiente, el contexto social con una tolerancia cero ante situaciones de violencia y agresión, tanto física como verbalmente facilitan la lucha contra el bullying.
En los últimos años, las instituciones han tomado medidas para responder al problema del acoso escolar. La falta de formación de los docentes es uno de los puntos débiles a la hora de enfrentar este problema. Es importantísimo garantizar que maestros y profesores sean capaces de detectar y erradicar conductas de acoso, así como de implementar programas de prevención en todas las escuelas, que desarrollen competencias sobre sensibilización, empatía, empoderamiento y cohesión del grupo clase como elemento preventivo y disuasorio de las conductas violentas.
El máster universitario en Acoso Escolar y Mediación de la Universidad Internacional de Valencia (VIU) es el primer y único máster universitario dedicado exclusivamente al acoso escolar y a la mediación como herramienta de resolución de la violencia en el ámbito educativo