La Educación Infantil es la primera etapa del sistema educativo, la base que prepara a los niños para comenzar la Educación Primaria. Siendo esta la que asentará unos conocimientos básicos y esenciales, útiles para toda la vida.
La influencia de los educadores infantiles deja una profunda huella en sus alumnos, tanto que les afectará de manera fundamental en las siguientes fases de su aprendizaje. Es esencial, por tanto, que estos primeros educadores, que participan de forma tan activa en la vida de los niños, cuenten con una buena formación y amen decididamente su profesión. Y es que, sin lugar a dudas, se trata de una etapa en la que la implicación de los maestros es fundamental para el correcto desarrollo académico posterior de los alumnos.
¿Qué es la Educación Infantil?
La Educación Infantil, como se ha comentado con anterioridad, es el primer nivel del sistema educativo, precediendo a la Educación Primaria. En esta etapa se ofrece el cuidado y la formación adecuada a los niños menores de 6 años. Las tres áreas fundamentales que se trabajan son el autoconocimiento y la autonomía, el conocimiento del entorno y el desarrollo del lenguaje y la comunicación.
La Educación Infantil comprende losseis primeros años de vida de los niños y se divide en dos ciclos. El primer ciclo está destinado a los niños de 0 a 3 años que se imparte en las escuelas infantiles. El segundo ciclo comprende a los niños de 3 a 6 años y se concede en centros de educación infantil o de primaria.
Este profesional tiene responsabilidades con sus alumnos que van mucho más allá de atender sus necesidades básicas, como ofrecerle compañía, llevar a cabo el cambio de pañal en las primeras etapas, ayudarle en la alimentación… Este profesional debe organizar un ambiente apropiado y crear el clima adecuado para el correcto desarrollo de los menores a su cargo.
Su trabajo está encaminado a potenciar la autonomía de los pequeños para que vayan alcanzando diferentes hitos en dependencia de su edad y a su grado de madurez. Los objetivos fundamentales son que los niños aprendan a comer solos y educarlos para que lleven a cabo una correcta higiene (cepillado de dientes, lavado de manos…) e impulsar otros aprendizajes básicos, como la psicomotricidad y el lenguaje.
Este profesional graduado en Educación Infantil ha debido recibir la formación necesaria para saber qué aprendizajes se pueden empezar a introducir en función del desarrollo madurativo del menor. Asímismo, tiene la responsabilidad de diseñar una programación anual que los recoja y planifique.
¿Por qué estudiar Educación Infantil?
El principal motivo para estudiar el Grado en Educación Infantil es poder convertir una vocación en una profesión. Es la mejor carrera profesional para aquellos a los que le apasionan los niños, encontrando una salida laboral a su medida en la que poder compartir experiencias gratificantes involucrándose en el proceso de educación de los más pequeños.
Aunque trabajar con niños pequeños a veces puede ser difícil y demandar altas dosis de paciencia, su educación ofrece grandes satisfacciones a medida que se ve cómo van evolucionando gracias al propio esfuerzo realizado. Ser observador en primera persona de su proceso de desarrollo durante sus primeros años de vida es una experiencia motivadora y estimulante.
Además, el perfil del educador ofrece una buena inserción laboral por contar con diferentes salidas profesionales.
Salidas profesionales del Grado de Educación Infantil
Las salidas laborales de la Educación Infantil son muy variadas, empezando por convertirte en maestro de Educación Infantil en centros o instituciones educativas, ya sean de carácter público o privado. Otras posibilidades son la redacción de contenidos editoriales y otros elementos auxiliares que favorezcan el desarrollo de la profesión docente, la investigación educativa o la colaboración con entidades privadas sin ánimo de lucro, como las ONG.
Otros centros educativos en los que se puede trabajar al estudiar Educación Infantil son las academias privadas, brindando apoyo escolar, o liderar actividades extraescolares con equipos deportivos. Una opción de inserción laboral más es convertirse en animadores socioculturales, ya sea para teatros, museos, zoológicos, parques, resorts o bibliotecas infantiles. Las posibilidades son muy extensas en este sector, pues son muchos los centros de diferentes actividades económicas que ofrecen el cuidado de los más pequeños para que los padres tengan tiempo para ellos mismos. Se destacan, entre otros, los hoteles, centros comerciales e, incluso, gimnasios.
Los educadores infantiles también pueden desarrollarse profesionalmente en otras muchas instituciones, como son los hospitales, los centros penitenciarios o las casas de menores, en proyectos de atención a la infancia y atención familiar.
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