Las matemáticas forman parte de nuestra vida cotidiana. Están presentes en la arquitectura, en las predicciones meteorológicas y en el uso de cajeros automáticos, pero también forman parte del arte, de la música e, incluso, de la moda.
Sin embargo, sigue siendo una de las asignaturas que más rechazo causa en el alumnado. Una de las causas es, probablemente, la metodología obsoleta que se usa para impartirla, por lo que es fundamental la actualización de la formación en educación para profesores.
¿Qué es la innovación pedagógica?
Existen distintas concepciones de lo que se entiende como innovación pedagógica, pero se puede resumir como la búsqueda de una transformación de la impartición o prácticas educativas que se reorganizan de manera intencional de forma que se modifican las relaciones, la estructura y el contenido del aula.
La innovación pedagógica nos dará las herramientas necesarias para producir este cambio de paradigma educativo y hará posible enseñar de muchas maneras diferentes, que resulten más atractivas para los adolescentes de hoy.
La implementación de distintas metodologías
Las metodologías pedagógicas que podemos aplicar en el aula para la impartición de las matemáticas que faciliten el aprendizaje y la comprensión de la materia son:
1. La Gamificación
2. El Portafolios/E portfolios
3. El Paisaje de Aprendizaje
4. Aprendizaje Basado en Problemas
5. Aprendizajes Cooperativos
6. Proyectos de Comprensión
7. Aprendizaje Metacognitivo
8. Flipped Classroom
9. Tutoría entre Iguales
10. Rompecabezas Conceptual
11. Muros Digitales
El futuro de educación en matemáticas
Que el profesorado se capacite en la aplicación de múltiples metodologías innovadoras de aprendizaje y las oriente para ser utilizadas para impartir matemáticas de una manera diferente hará más atractiva la asignatura para los adolescentes. Sobre todo, es un gran reto para los docentes de la ESO y Bachillerato, niveles en los que pueden crear nuevos contenidos para volver más accesible el plan de estudios y aplicarlo eficazmente en el aula. El esfuerzo individualizado, junto con la práctica de las clases invertidas fomenta la participación en clase y favorece un ambiente de aprendizaje gracias al cambio en los roles desde los que se trabaja tradicionalmente.