Se trata de una crisis que está convirtiendo el riesgo y la incertidumbre en una condición muy significativa en nuestro día a día, y que hace de la innovación el mayor reto de las políticas públicas necesarias para transitar hacia una nueva situación. También, se imponen cambios en los modelos de gestión, tanto públicos como privados. Las consecuencias de la pandemia nos obligan a cuestionar, inevitablemente, nuestras prácticas, nuestra manera de trabajar y de planificar la acción, aunque las cosas parezcan bastante imprevisibles.
Vivimos sumidos en una crisis global, una crisis de civilización (H. de Pirenne) o una nueva crisis secular (F. Braudel), que ha puesto a prueba nuestra resiliencia, la coherencia ideológica de nuestros proyectos y su viabilidad económica. Se impone medir y evaluar el impacto de la crisis en nuestras entidades. Necesitaremos «paciencia histórica y personal, para salir adelante y llegar al final del túnel» (M. Castells), ya que «el horizonte inmediato es alarmante y requerirá mucha resiliencia y serenidad» (J. J. Toharia). La sociedad está cambiando mucho y todavía no estamos en condiciones de conocer la profundidad de estos cambios, pero sí nos consta su gravedad e inmediatez. Tenemos que reconocer que participamos de la incertidumbre, tan presente en nuestro entorno.
Mejorar la gestión
La Covid-19 ha sido un «gran salto hacia atrás» para el desarrollo, produciendo un aumento más que notable en el número de personas pobres y desnutridos en el mundo. Uno de los mayores retos es «la aceptación de lo impensable, mejorando la capacidad colectiva para gestionar lo que no podíamos prever» (B. Tertrais).
No podemos dejar de hacernos algunas preguntas.
- ¿Qué tenemos que mantener o potenciar de nuestra planificación estratégica?
- ¿Qué respuestas estamos dando a los nuevos o más agudos problemas sociales que nos rodean y afectan a la misión de las entidades y en las decisiones tomadas desde que apareció la pandemia?
- ¿Cuáles son los cambios que debe hacer cada entidad social para dar respuesta a los retos y necesidades del momento? Es deseable, necesario y posible alcanzar un nuevo consenso?
- La situación límite en la que nos ha situado la Covid-19, ¿a qué contradicciones e inconvenientes nos somete a la hora de mantenernos activos y dar continuidad a los proyectos estratégicos más emblemáticos que tenemos entre manos?
- Una mirada lúcida y realista al hoy y al mañana más inmediato, ¿deja espacio para la utopía, entendida como un proyecto atractivo y beneficioso, para la comunidad?
- ¿Estamos aprovechando la Covid como fuente de nuevas oportunidades?
En verdad, la pandemia ha trastornado las estructuras de la vida cotidiana haciendo difícil discernir entre lo que es posible o imposible, rompiendo todas nuestras rutinas y obligándonos a proponer innovaciones disruptivas para sobrevivir.
Analizar los valores emergentes
Como afirma un Informe reciente de la Coordinadora Catalana de Fundaciones, presentado en septiembre («La Cataluña post Covid-19»), con la pandemia han empezado a surgir nuevas realidades y con ellas nuevos valores que podemos analizar como positivos, pueden hacernos más resilientes, o negativos, porque perjudican o destruyen patrones éticos y democráticos importantes.
Por ejemplo, la inmediatez y el pragmatismo aparecen como valores supremos, con el consiguiente peligro de una clara deriva hacia la superficialidad, en detrimento de ciertos valores heredados de la Ilustración (la autonomía y el empoderamiento del sujeto, la afirmación de la razón razonable, por encima de los sentimientos y las impresiones). O adquiere, de nuevo, relevancia el valor de lo que es propio o individual -el estado/nación, mi territorio confinado, las consecuencias individuales de la pandemia– frente a las dinámicas globales y supranacionales, sumiendo en la confusión, los diferentes niveles de análisis a los que ya estábamos acostumbrados (individual / instituciones / sistema).
Puede ser ineludible en este momento releer nuestros Códigos Éticos, no para ponerlos boca abajo y «empezar de nuevo», sino para pensar entre todas las imprescindibles adaptaciones a los tiempos que se están viviendo o al futuro inmediato, más o menos imprevisible, e ir más allá de lo que, con motivo, se ha dado en «ética de las emergencias» (Peio Sánchez).
Creemos que se puede decir de un modo contundente que el respeto, la coherencia y el compromiso siguen siendo valores alternativos e indispensables. Pero, tal vez, las nuevas situaciones y los nuevos problemas sociales piden una reflexión más autocrítica, con el fin de averiguar si el camino seguido en estos tiempos de pandemia es el correcto y para asumir, con pragmatismo, una atención preferente a los hechos reales e inmediatos, que exigen de las entidades respuestas concretas, innovadoras y disruptivas.
1 comentario
Todavía no puedo creer que no sé por dónde empezar, mi nombre es Juan, tengo 36 años, me diagnosticaron enfermedades de herpes genital, perdí toda esperanza en la vida, pero como cualquier otro, todavía buscaba un cura incluso en Internet y ahí es donde conocí al Dr. Ogala. Al principio no podía creerlo, pero también me sorprendió después de administrarle algunos de sus medicamentos a base de hierbas. Estoy muy feliz de decir que ahora estoy curado. Necesito compartir este milagro. experiencia, así que les digo a todos los demás con enfermedades de herpes genital, por favor, para una vida mejor y un medio ambiente mejor, comuníquese con el Dr. ogala por correo electrónico: ogalasolutiontemple@gmail.com también puede llamar o WhatsApp +2349123794867