El otro día vi un programa en la televisión, de tertulianos, en el que participaba un tertuliano de una edad no adolescente y que llevaba unos pantalones con un agujero bastante grande en la rodilla. Aunque estoy acostumbrado a verlo por la calle, en un programa de televisión serio, de política creo, me rechinó. Yo no tengo ni idea de moda. Me hizo pensar en las horas que nuestras madres y abuelas se pasaban cosiendo agujeros en la ropa, para que fuéramos dignos y disimulara que no teníamos mucha más ropa que ponernos ni posibilidades de comprar. Dudo si ellas le verían alguna lógica funcional a llevar ropa, de vestir y abrigar, rota expresamente. También pensé si esta imagen no podía ofender o molestar a la cantidad de personas que antes y ahora más, con los efectos de la pandemia, no tienen recursos para llegar a final de mes y tienen que aprovechar la ropa al máximo. Seguro que más de uno debe pensar que se ha me ha parado el reloj en otros tiempos, que ahora se puede comprar ropa muy barata en muchas tiendas y “mercadillos”, e incluso ropa ya agujereada como un éxito del diseño. Es verdad, pero entre otras cuestiones tendríamos que pensar dónde, quién y en qué condiciones se hace esta ropa para que sea tan barata. Y alguien también debe pensar que se pueden conseguir en centros de caridad, ONG, etc… Y en este caso también me parece muy bien que se recicle la ropa. Pero diría que éste no es el tema de fondo que me hizo reflexionar y dudar.
Y continué reflexionando sobre el hecho de que muchos de estos que llevan pantalones agujereados o remendados han pagado mucho dinero por ellos, casi tanto como la ayuda que algunas personas mayores o paradas cobran para pasar el mes. Posiblemente algunas ya lo han pensado y estaría bien que muchas más reflexionaran sobre este exceso y refinamiento consumista. También he escuchado justificaciones basadas en la libertad de vestir como quieras, con lo que estaría de acuerdo con algunos matices, o que de esta forma, pagando más, se da trabajo a más gente, cosa que dudo mucho. No estoy seguro de que la confección de esta ropa de diseño, a pesar de los elevados precios de venta, esté muy bien pagada y producida en condiciones justas.
Posiblemente este caso anecdótico, de los pantalones agujereados, debe tener que ver con algunos de los argumentos que se usan para justificarlo, como por ejemplo que es el logro del objetivo de muchos diseñadores de moda de hacer llegar la moda a la calle, de socializar y democratizar la moda, de ejercer el derecho a la libre expresión y el derecho a ir y vestir como quieras o que el mercado es libre en su tarea de obtener beneficios. La reflexión iba orientada a enfocar el hecho desde la ética y los valores que rodean o sustentan este hecho y sus justificaciones.
Una invitación a la reflexión que parte de la idea que la estética y la ética se presentan relacionadas de muchas formas en la vida diaria de las personas (como por ejemplo en la compra de pantalones agujereados), en sus decisiones y en los proyectos que se plantean. Lo ético se refiere a los valores de los actos y decisiones que toman las personas, grupos, empresas, entes, estimando si son buenos, malos, injustos, justos, solidarios, si tienen derecho, si es una obligación, etc. en sus consecuencias y con una voluntad de ser universales. Sería el caso de los posibles argumentos para justificar o cuestionar la producción y venta de los pantalones remendados. Aquí querría aprovechar para incidir en la idea de que la ética y la economía difícilmente se pueden separar. Lo estético es la manifestación de un sentimiento referido a la belleza, a aquello que se considera subjetivamente bonito y que va cambiando según las percepciones o el momento histórico, como podrían ser los pantalones agujereados. Pero en las creaciones que se consideran o quieren ser solo estéticas se mezclan, entre otros: conocimientos, criterios en el uso de materiales e intencionalidades, todo según las concepciones morales de las personas. Es decir, la ética está presente en la estética de las creaciones o producciones.
Ética y estética son dos conceptos centrales en la filosofía y actualmente dos disciplinas. La intención de este caso, el de los pantalones agujereados, no tiene más pretensiones que invitar a una reflexión crítica sobre hechos o situaciones cotidianas en que la estética y la ética entran en diálogo.