En el prólogo, los coordinadores sostienen como evidencias incuestionables todo el conjunto de situaciones difíciles, riesgos, catástrofes y contratiempos que constata el mundo científico y afectan a la vida de todos los seres. Estas dolencias, aunque se piense con un egoísmo bienintencionado, se han instalado en nuestras vidas; en lo colectivo y en aquello que afecta a cada persona en particular. Constatan los coordinadores que a pesar de ser conscientes de este punto irreversible de la historia, no hemos sido capaces –ni instituciones ni ciudadanía- de encontrar aún soluciones efectivas a los grandes problemas ambientales que aquejan al planeta en su consideración de ser vivo con una entropía permanente. Las evidencias deberían haber conducido a otras prácticas adaptativas o mitigadoras. En muchos casos no han ido mucho más allá de múltiples acuerdos y declaraciones de buena fe sobre asuntos graves de convivencia ecosocial: cambio climático, pobreza extrema y desigualdades, migraciones por recursos, guerras y conflictos armados, pérdida de biodiversidad. Eso sí, lo que podríamos identificar todavía como oxímoron “desarrollo sostenible global”, inunda la vida cotidiana y el lavado verde; qué decir de su presencia en los foros políticos, científicos, en su tratamiento con intenciones diversas en los medios de comunicación.
Este libro no es un compendio de ideas bien explicadas. Tiene trascendencia porque muestra los resultados del proyecto Sostenibilidad en Educación Superior. Evaluación del alcance de la Agenda 2030 en la innovación curricular y el desarrollo profesional docente en las universidades andaluzas. Nos aporta una muestra representativa, variada y con distintos grados de complejidad, de las propuestas desarrolladas dentro del proyecto en el marco de la planificación curricular. Hay que aplaudir esa intención de los coordinadores, compartida con esa parte de la comunidad universitaria que desea la institucionalización progresiva de la ambientalización en las organizaciones universitarias; que se encuentra con obstáculos pero no quiere dejar de transitar hacia ella. Esta intención formativa y experimental, compone un modelo de marco estratégico y metodológico diferente sobre la sostenibilidad, máxime en el ámbito universitario. A partir de lo planificado, realizado e investigado, se articula el proceso de enseñanza-aprendizaje con el fin de que este sea exitoso y significativo.
Como muestra de estas intenciones, vamos a reproducir íntegramente las cuestiones a las que se pretendía dar respuesta en el contexto de acción educativa universitaria:
- ¿Cómo se pueden abordar objetivos de aprendizaje desde una perspectiva sostenible?
- ¿Qué contenidos hemos de tener como referentes para la ambientalización curricular?
- ¿Desde qué marco competencial hemos de favorecer la inclusión de la sostenibilidad en la práctica docente y en el proceso de aprendizaje del estudiantado?
- ¿Cuáles son las prescripciones metodológicas que han de regir un proceso de enseñanza-aprendizaje sostenible?
- ¿Qué sistemas de evaluación han de aplicarse para ejercer evaluaciones desde una lógica de calidad centrada en la mejora y en la sostenibilidad?
- ¿Cómo se favorece la aplicabilidad y viabilidad de estas prácticas?
- ¿Y qué buenas prácticas se están implementando en las universidades andaluzas en el marco de la sostenibilidad?
Añadamos que el libro se estructura en quince capítulos para responder a los diferentes retos que pueden ayudar a que los ODS lleguen a la universidad: antes o después, con mayor o menor convencimiento, con estadios de desarrollo diferentes según los puntos de partida. Con esa intención se abordan cuestiones que afectan a la planificación general; otros se detienen en los contenidos más amables hacia los ODS; no se olvidan de recordar la necesidad y a la vez la complejidad de las competencias; se preguntan si unas metodologías sostienen mejor las intenciones de sostenibilidad; insisten en la evaluación de proyectos, desarrollo de los mismos e implicación del profesorado y del alumnado; se detienen de forma especial en las prácticas curriculares. Tampoco podía faltar aquí una alusión a los trabajos de fin de grado y de máster pues estos contextos facilitan la aproximación del alumnado y profesorado al ámbito de la sostenibilidad, a las facultades como idealización educativa. En síntesis, sirven para el abordaje de esa compleja integración de los ODS en la enseñanza universitaria. Incluso terminan las aportaciones con un apartado sugerente, que debe leer todo el profesorado y compartir con el alumnado: Píldoras de autoformación en Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Aunque nada más sea a título de reconocimiento de las distintas personas o departamentos, digamos que se recogen investigaciones concretas y detalladas sobre cada uno de los aspectos antes nombrados. Tienen una dimensión educativa más importante todavía: han sido desarrollados por equipos multidisciplinares en cada una de las universidades andaluzas en los que se han llevado a cabo. Es una recopilación para el disfrute “odsiano” en estos momentos en los que la dejadez política, empresarial y ciudadana parece que los ha olvidado. ¡Hasta la escarapela circular que se prendía en chaquetas y vestidos ya no se ve! Por eso podríamos saludar a cuantos profesores y profesoras se han implicado en aquella quimera educativa y social de “si se quiere, se puede”. Así pues gracias a quienes nos enseñan de manera altruista sus prácticas renovadoras. Si se insiste, pueden ser trascendentales para que el alumnado universitario recuerde que un mundo global debe asentarse tanto en esperanzas de transición ecosocial como en experiencias vividas.
Solamente nos queda decir que estas pedagogías deberían estar presentes, ser conocidas y algunas replicadas, en las distintas universidades españolas, sea cual fuere su grado de aproximación global o particular a los ODS. Además, es de los pocos trabajos tan bien estructurados que tenemos de acceso libre. Basta con entrar en esta pestaña de Octaedro para descargar el texto completo, para encontrar en el listado aquellos trabajos de investigación y práctica que puedan servir más en el desarrollo del empeño “odsiano” de cada departamento, facultad o universidad.