Se asegura por ahí que la enseñanza secundaria es aburrida, que peca de acumulación de conceptos en lugar de aprovechar la energía y el interés, en ocasiones dispersos, del alumnado. ¡Hasta desde PISA se transmite este mensaje a los responsables del Ministerio de Educación y de los departamentos autonómicos del ramo! Lo dijo Andreas Scheicher, el jefe del PISA, no hace mucho. El alumnado debe estar cansado de una enseñanza tradicional, al menos cuando día tras día no procura alicientes personales a buena parte de los adolescentes. No nos extrañe. Muchos chicos y chicas jóvenes pasan por la enseñanza secundaria sin que esta impacte en ellos; mucho menos de forma positiva en lo emocional.
Pero no siempre es así. Todo cambia cuando se les presentan proyectos innovadores en los que son protagonistas y los contenidos curriculares actúan de referentes secundarios. Se trata de fomentar la creatividad, de exponer sentimientos, de generar compromisos fuera del propio yo.
Conocemos experiencias creativas que se llevan a cabo en “ecoescuelas abiertas”. Todas están basadas en la expresión de emociones y en la experiencia creativa. No solamente sirven para el crecimiento personal del alumnado sino que exploran mundos circundantes de manera comprometida; pongamos por caso la compleja cotidianeidad de la vida ecosocial. Conocemos muchos ejemplos en España pero aquí vamos a hablar del Eco Movies Festival. El titular de su reseña en un periódico local expresaba bien a las claras de qué estamos hablando: Cuando el medioambiente se convierte en un arte y viceversa.
El IES Miguel Catalán de Zaragoza programó en el pasado mes de abril la tercera edición de su Eco Movies Festival. Estas propuestas educativas buscan la relación entre el cine y los ODS, más bien una parte de ellos. Aunque la experiencia partió de los departamentos de biología y economía, se extendió a otras materias y animó a otra parte del profesorado a colaborar. La propuesta consiste en crear un vídeo de unos pocos minutos de duración cuya temática esté relacionada con alguno de los ODS trabajados. La forma de desarrollarlo es libre pero siempre debe, con su mensaje, intentar promover un cambio en el espectador, al menos una alerta. Si bien no todo el alumnado implicado participa con la creación de un vídeo, algunos lo hacen como diseñadores de carteles, entre los que será después elegido el que promocione el festival. Tal atractivo tiene que alrededor de 100 escolares de 4º de ESO se implica en esta experiencia creativa en cada edición.
Este formato concurso, que cuenta con una gala final incluida, en la que juegan un papel principal los presentadores del proyecto realizado, es muy motivador para el alumnado. Y es así a pesar de que el premio para el equipo ganador no es nada espectacular, basta con unas entradas de cine o un modesto lote de material escolar.
Dificultades las hay, por eso cada año al cerrar la edición se plantean mejoras para el curso siguiente. Se trata de perfilar y acotar más acertadamente la temática y sus conexiones. Se decide si se deben introducir más conocimientos de lenguaje audiovisual o si la edición del vídeo requeriría más tiempo. Para lograr todo eso se buscan colaboraciones de personal relacionadas con el lenguaje audiovisual o expertas en el medioambiente, dentro o fuera del centro.
Además, desde sus inicios se ha contado con la complicidad y ayuda de “Ecozine Film Festival”, acontecimiento dedicado al cine medioambiental que se celebra en Zaragoza y cuenta con reconocimiento internacional. Es más, se hacen coincidir los dos eventos en las fechas y así se produce la complicidad entre deseos, emociones y prácticas ambientales; de hecho el instituto se convierte cada año en una de las sedes de proyección de cortometrajes. De esta forma va acercando el cine a los escolares.
En la primera edición (2002), se proyectó la película belga “In all kinds of weather”, dirigida por Rob Jacobs y Constanze Wouters, sobre el viaje en barco de vela de un grupo de ecologistas desde Europa a América del Sur, para asistir a la Cumbre Climática COP25 que inicialmente se realizaría en Chile. El alumnado tuvo la oportunidad de preguntar a Jacobs sobre el viaje y el activismo climático.
En 2023 se visualizó la coproducción de España y Uganda “Joy”, filmada en el Parque Nacional Mgahinga Gorilla, en Uganda y dirigida por el joven director español Aner Etxebarría. El alumnado quedó fascinado al charlar con Etxebarría sobre su trayectoria profesional y su vocación por la conservación del planeta.
En 2024, EcoZine trajo al instituto la coproducción de Alemania- Holanda “Pig Brother”, una crítica en humor negro a la producción cárnica. Los jóvenes charlaron y conocieron más de cerca el trabajo de sus directores, Harko Wubs y Stefan Demming, en defensa de los derechos de los animales.
Sin duda, se ha configurado, de forma deliberada y pendiente siempre de revisión, un proyecto educativo basado en la colaboración de alumnado, profesorado, instituciones. Se trata de abrir la educación a lo que sucede en el mundo, a sus principales pulsiones, entre las cuales figuran en primer lugar las problemática o crisis medioambientales. Las sinergias del instituto con EcoZine permiten que el aprendizaje del alumnado se sitúe en un contexto muy real, acercándose a la esencia del cine comprometido con el medioambiente. El proyecto continúa en este curso, se ha convertido ya en un caudal de participación y compromiso.