En un blog sobre la Ecoescuela abierta no podría faltar una amplia referencia a una propuesta de este estilo, como hemos hecho anteriormente con otras. En un momento en el que la escuela española está inmersa en cambios sustanciales, en una sociedad que ha comprobado que la vida está condicionada por las incertidumbres, deben plantearse cambios sustanciales en la educación formal. Máxime cuando parece que los currículos son más abiertos y se pueden concretar en experiencias adaptadas al ámbito social en el que las escuelas están inmersas.
Cuando ESenRED empezó su andadura parecía simplemente una apuesta diferente para la escuela. A la vez suponía un reto, pues juntarse muchas escuelas para hablar de medioambiente y sostenibilidad no es sencillo. La temática ambiental se siente en el marco escolar pero no llega a concretarse con una dimensión adecuada y permanente. El trabajo en red cuesta pues supone dedicarle tiempo y a la vez dotarlo de contenidos interesantes para el profesorado, que ve posibilidades en su desarrollo con el alumnado. Pero lo han conseguido y es una de las líneas pedagógicas más consolidadas y participativas de todo el Estado.
En su más de una década de recorrido han puesto en valor que la educación ambiental puede ser el eje educativo sobre el que articular buena parte de los quehaceres escolares. Para ello vinculan sus propios proyectos y no desdeñan el apoyo de iniciativas ambientalizadoras de entidades ajenas a la escuela (CCAA, Ayuntamientos, Organizaciones sociales, etc.). Todo esto se podría resumir en una frase de su presentación. Aspiran a ser “Una comunidad de prácticas que genera un trabajo cooperativo a fin de desarrollar la cultura de la sostenibilidad en los centros escolares”.
Para ello en ESenRED se fomenta el intercambio de diversas experiencias y de perspectivas diferentes. A la vez de ser un lugar de encuentro, sirve de debate sobre las dificultades, acerca de los retos posibles. Se ajustan los objetivos con la vocación de aprender, de crecer colectivamente, cada cual a su ritmo. Pero como cada escuela está enclavada en lugares diferentes, con trayectorias diversas, en esta red de intercambio se muestran actuaciones de aquí y de allá, sencillas o más complejas. La finalidad es aumentar la eficacia de las políticas educativas de la administración pues han visto la necesidad de favorecer la innovación y caminar hacia una cultura de sostenibilidad. Entre medio dar significado real a la calidad de la educación mediante las necesarias y diversas evaluaciones. En fin, de caminar para mejorar los proyectos de cada red y, por tanto, la necesaria transición cotidiana para conseguir que la educación ambiental sea un verdadero eje educativo.
Pero lo anterior llamaba también a la acción del profesorado. Esta red de redes es un escenario en donde el alumnado descubre su nivel competencial sobre la sostenibilidad, una búsqueda compartida de los valores éticos que mejorarían una sociedad que inevitablemente debe afianzar el trabajo cooperativo si quiere salir adelante. Este cometido se consigue cuando se le encuentra sentido a la socialización libremente acordada, en el contexto de una libertad coherente. Si así sucede lleva a la asunción de responsabilidades y compromisos individuales; es decir, llama la atención sobre lo que cada cual puede hacer ante los retos colectivos.
De todo lo anterior, y muchas más cosas habla José Manuel Gutiérrez Bastida en su libro Escuelas hacia la sostenibilidad en Red (ESenRED) (2022), que ha publicado la Secretaría General Técnica del Ministerio de Educación y Formación Profesional. Está accesible para su descarga.
También se pueden encontrar en el enlace mencionado reportes sobre los materiales que el Ministerio de Educación de España ha recogido en una colección de buenas prácticas de educación para el desarrollo sostenible. La intención es ofrecer diferentes puntos de vista sobre la mejora del discurso pedagógico, las redes educativas, el entorno social y la acción de la juventud en los centros tomando como ejes vivos la educación para el desarrollo sostenible y los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible). Si queremos disponer de ellas tenemos un fácil acceso:
A la vez, en la página se da cuenta del Simposio de Docentes que se puso en marcha para crear espacios en los que compartir experiencias en materia de sostenibilidad y participación. También para favorecer foros para el diálogo sobre las maneras de entender la educación hacia la sostenibilidad.
La Conferencia Internacional de Jóvenes Cuidemos del Planeta (CONFINT) es un buen ejemplo de Ecoescuela abierta, con ventanas a todo el mundo. En su recorrido ha seguido un proceso de comunicación entre jóvenes. Invitándoles a reflexionar sobre sus pensamientos y cómo cada uno-a puede actuar para mejorar el planeta. No se queda en la acción sino que busca el compromiso y la responsabilidad de juventud en la comprensión de la crisis social y ambiental que sufre nuestro mundo.
En la CONFINT, que tiene sus orígenes en Brasil y sus escuelas, la comunidad educativa analiza y debate los principales retos socioambientales actuales y, por tanto, los ODS. Para ello niños, niñas y adolescentes van construyendo aprendizajes en sus reuniones. Les sirven también para deliberar, asumir una parte de sus responsabilidades, programar y desarrollar acciones para abordar distintas problemáticas. Al final, eligen representantes que se encargan de comunicar y defender las ideas acordadas y las actuaciones realizadas en diferentes espacios de intercambio (locales, nacionales e internacionales).
Finalmente, decir que ESenRED puede ser una magnífica estructura de colaboración entre las escuelas de la península Ibérica y las que desarrollan proyectos similares en Centro y Suramérica.