Autismo, déficit de atención, ansiedad, anorexia… Acelerarse a la hora de emitir un diagnóstico o llegar a una conclusión definitiva para un niño o niña por tener un comportamiento raro o extraño con tan solo tres años, puede llevar a que se les cuelgue una etiqueta, un «San Benito», que no sólo les podría acompañar toda su vida, sino que les acarrearía consecuencias, tanto individuales como, especialmente, sociales.
Los trastornos mentales representan ya entre el 2,5% y el 3% de la población adulta en España, según el Informe 2009-2013 de la Estrategia en Salud Mental del Sistema Nacional de Salud. Eso significa que más de un millón de personas en nuestro país llevan una etiqueta y son susceptibles de sentir vergüenza dado el estigma social que conlleva.
Para dar respuesta a “lo que hace la escuela” comentaremos una experiencia con alumnos de bachillerato. En la tercera evaluación, en la asignatura de Psicología, habíamos ya repasado los conceptos de las diferentes corrientes psicológicas. Mediante rutinas de pensamiento detectamos la necesidad de derribar este estigma animando a las personas que están pasando por lo mismo a pedir ayuda si la necesitan. Para ello, organizamos una exposición a la que dimos por título:“Más que un diagnóstico”.
Pero… ¿En qué consistió esta exposición?
La exposición “Más que un diagnóstico” fue un espacio en el que gracias al trabajo del alumnado generamos una serie de infografías con la herramienta digital Canva, donde normalizar el diagnóstico, para tomarlo, como dice Gorka Fernández, como «condición».
Para seguir una misma línea, a fin de que el trabajo con las infografías mantuviese un contenido común, respetando el lado creativo de cada alumno, se elaboró una rúbrica, a modo de matriz, en la que se recogieron una serie de criterios graduados cuya función era la de evaluar de manera integral todo el producto a la vez que podían dar medidas particulares de los elementos o, como denominan Guzmán-Cedillo, Flores y Tirado, 2012, “rubros que lo componen”.
Se asignaron puntuaciones discretas por cada rubro y se distinguieron las siguientes categorías:
• Redacción y ortografía: la infografía no debía tener faltas de ortografía, errores de puntuación, tipográficos o gramaticales.
• Exposición de las ideas centrales y la información: ser capaces de hacer una síntesis de lo encontrado y presentarlo de una forma atractiva pensando en los posibles receptores del mensaje (el resto de la comunidad educativa). El texto e imágenes debían estar claramente relacionados.
• Uso de imágenes y colores: imágenes que representaran ideas y colores que les ayudaran a asociar y a enfatizar las ideas o partes de la propia infografía. Se perseguía que los alumnos escribieran sobre la biografía de un famoso describiendo los rasgos del trastorno que presentaba.
• Presentación visual: si estos facilitaban la lectura de su contenido, si estaban relacionados con el tema y si se usaban recursos tales como flechas, llaves, viñetas, fondos, dando la idea de un conjunto homogéneo.
• Manejo de la herramienta digital: donde se veía el manejo y exploración del alumno de la herramienta a través de la observación directa en el aula, valorando positivamente el uso de plantillas, pero más aún si usaba y creaba a partir de una plantilla en blanco, añadiendo elementos, fuentes y colores.
• Referencias: donde los alumnos, además de los propios manuales de diagnóstico CIE-10 o DSM-5, sumaban más puntos al encontrar referencias periodísticas del trastorno así como datos estadísticos que ofrecieran una aproximación a la realidad y presencia del mismo, viendo que es más común de lo que pensamos.
En primera persona: la experiencia, según Carlota Esteban
A continuación incluimos el relato, en primera persona, de una alumna participante en la experiencia:
«Los jóvenes actualmente vivimos rodeados de redes sociales, ya sean Instagram, Twitter o TikTok, donde pasamos la mayor parte del tiempo observando a personas famosas o conocidas como actores, actrices, escritores, músicos, influencers, etc. Desde nuestras casas, viendo cualquier película o admirando a nuestro influencer o tiktoker favorito desde el sofá, no llegamos a plantearnos si puede estar padeciendo lo mismo que nosotros, o si tiene problemas mayores.
Por ello, destaco esta iniciativa, la exposición ‘Más que un diagnóstico’, dado que muchas veces el exceso de exámenes en 2º de Bachillerato hace que no seamos plenamente conscientes de lo que estudiamos o realizamos en clase. Con ella hemos aprendido que aunque no seamos conscientes, muchísimas personas en el mundo poseen diversos trastornos psicológicos. Compararlo con personajes famosos fue beneficioso a la hora de aprender que es algo normal en nuestras vidas. Hay que rechazar la frase ‘si vas al psicólogo o al psiquiatra estás loco o loca’ que lleva años en el pensamiento de la sociedad.
Por otro lado, nos ha hecho reflexionar sobre el hecho de que no se es inferior por tener un problema psicológico. Muchos de nosotros no sabíamos que quizá nuestros ídolos, o las personas que tenemos alrededor, puedan sufrir algún trastorno como los que hemos estudiado, porque simplemente desconocemos la existencia de la mayor parte de ellos.
En mi opinión, hay que ayudar a las personas que nos rodean, darles el consejo de que acudan a un especialista. Hay que ayudar a los que nos rodean para llegar a ser una sociedad mejor».
Conclusiones
Podemos concluir que existe un gran desconocimiento sobre la enfermedad mental y un fuerte estigma centrado en los estereotipos de peligrosidad e incompetencia que se tratan en muchos artículos. Como afirman Muñoz M. et al (2019) “no debemos de anticipar el rechazo por parte de los otros, escondiendo la realidad o aislándolos de la sociedad en caso de padecer alguno de estos trastornos en el plano de las relaciones sociales o el área de lo laboral, sino mostrarlo sin miedo como parte de la diversidad inherente al ser humano”.
Se trata de iniciar el cambio de estos estereotipos que permita eliminar los prejuicios y los comportamientos de discriminación hacia las personas con alguna enfermedad mental.
Según las palabras de J.F. Kennedy: «Si no podemos poner fin a nuestras diferencias, contribuyamos a que el mundo sea un lugar apto para ellas».
Referencias
Guzmán-Cedillo, Y.; Flores, R. C. Y Tirado, F. (2012). «La evaluación de la competencia argumentativa en foros de discusión en línea a través de rúbricas». Innovación Educativa, 60 (12), 17-40. (Consultado el 15/5/2020)
Ministerio de Sanidad y Consumo. Estrategia en Salud Mental del Sistema Nacional de Salud 2009-2013 (Consultado el 15/5/2020) Disponible en: https://www.mscbs.gob.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/docs/saludmental/SaludMental2009-2013.pdf
Muñoz M. el al. (2019) Estigma y Enfermedad mental. Análisis del rechazo social que sufren las personas con enfermedad mental. (Consultado el 15/5/2020) Disponible en: https://webs.ucm.es/BUCM/ecsa/9788474919806.pdf