Desde la época de los griegos, de la mano de Platón, se observa la necesidad de educar a la persona en y para la sociedad. A partir de esta idea, comienzan a surgir recursos e iniciativas que permiten ayudar y/o acompañar a aquellos que lo necesitan dentro de los distintos colectivos. Esto muestra cómo la educación social, disciplina de la que trata este post, es una forma de trabajar que se lleva teniendo en cuenta desde tiempos remotos.
A día de hoy, mucha gente no conoce esta profesión o no es consciente de la necesidad que existe de tener estas figuras. La educación social es una disciplina pedagógica que busca acompañar a las personas en su día a día, facilitándoles las herramientas necesarias para su desarrollo en sociedad. Aquellos que se embarcan en la aventura de estudiar esta carrera son conscientes de que deben de, sin traspasar la línea (invisible) de lo personal y lo profesional, volcar su vida en encontrar los métodos que les lleven a conseguir sus metas.
Este ámbito social abarca todos aquellos colectivos en riesgo de exclusión, desde inmigración, violencia de género, personas sin hogar, tercera edad, niños, adolescentes, diversidad funcional…hasta intentar, poco a poco, introducirse en los colegios. Además, tiene como funciones: transmitir, desarrollar y promocionar la cultura, conocer, analizar e investigar los contextos, mediación, generar redes y diseñar, implementar y evaluar programas y proyectos.
El último ámbito mencionado, los colegios, es el menos accesible para los educadores, ya que se considera que no son necesarios debido a que existen otras figuras como psicólogo, orientador… pero sus funciones no tienen nada que ver con las que un educador podría desempeñar. Dentro de la Ley de protección a la infancia y a la adolescencia frente a la violencia, Ley Orgánica 8/2021, de 4 de junio, se menciona la necesidad de que exista, en los centros, la figura del coordinador o coordinadora de bienestar y protección. Este se encargaría de crear planes sobre prevención, detección y protección, vigilar por la atención a los alumnos, promover formas de mediación… entre otras muchas cosas. Teniendo en cuenta las funciones del educador, mencionadas anteriormente, sería el profesional correcto para desempeñar este cargo. A pesar de esto hay mucho rechazo a que pueda llevarse a cabo.
La sociedad actual podría considerarse algo más igualitaria respecto a otras etapas de la historia. Pese a ello, se observa, día tras día, un gran número de desigualdades de distinta índole. Es cierto que los educadores sociales no son “héroes” ni buscan arreglar el mundo, pero contar con esta figura dentro de las distintas comunidades permitiría que muchas de las personas que tienen algún tipo de necesidad o de situación desfavorable, pudieran sentirse acompañadas y llegaran a encontrar aquello que les permita salir un poco a flote.
El claro ejemplo de que los educadores sociales son una figura poco reconocida dentro del mundo laboral y social lo vivimos quienes decidimos dedicarnos a esta profesión cada vez que decimos cuál es nuestro oficio. Muy poca gente sabe lo que es un educador social. Las respuestas más cotidianas son: “Entonces, estudias para profesora”, “trabajarás con los de la calle”, “o sea, trabajador social”. O simplemente se lo explicas, asienten, pero ves que no llegan a captar cuál es nuestro papel dentro de la sociedad.
Algo muy común que suele darse dentro de nuestra profesión es el hecho de que existe un gran volumen de intrusismo laboral. En el poco tiempo que llevo dentro de este mundo, he compartido trabajo con psicólogos, trabajadores sociales, filósofos, pedagogos… que a pesar de que puedan entrar dentro del ámbito social, no tendrían que ocupar la plaza que le corresponde a un educador social.
Conclusiones
Un educador o educadora orienta a los distintos colectivos sociales. Un educador o educadora no ayuda, acompaña. Un educador o educadora es necesario dentro de los institutos para acompañar al alumnado.
Estos profesionales buscan la construcción de una sociedad más justa y para ello necesitan contar también con la participación del resto de la sociedad.
Referencias
Álvarez Fernández, A. (2017). El desempeño profesional del educador y la educadora social: funciones, competencias y creencias de autoeficacia.
COPESPA. (s. f.). Copespa. http://www.copespa.com/
Historia de la Educación Social. (s. f.). OCE Social. http://ocesocial.blogspot.com/p/historia-de-la-educacion-social.html#:%7E:text=La%20Educaci%C3%B3n%20Social%20tiene%20sus,ser%20educado%20para%20la%20comunidad.&text=La%20Educaci%C3%B3n%20Social%20estuvo%20estrechamente,crearon%20centros%20de%20ayuda%20social
Ley Orgánica 8/2021, por la cual se aporta protección a niños y adolescentes frente a la violencia, 4 de junio de 2021