Es el momento de reflexionar, es el momento de pensar, es el momento de iluminar toda esta situación. Si bien es verdad que, a pesar de todo, cuesta mucho mirar atrás y revivir toda la situación que hemos vivido a lo largo de los últimos meses debido a la pandemia creada por el bicho COVID-19. Y es que como bien dice un anuncio televisivo no pensábamos que un contrincante tan pequeño podría hacernos tanto daño.
No es que por naturaleza tienda a ser positivo, pero sí creo que toda esta situación de “terremoto social” tiene que tocarnos muy dentro y, por qué no, en nuestras estructuras para que salgamos más fuertes.
A lo largo de estos meses, una vez más, los docentes han sido capaces de convertirse en pequeños camaleones. Desde el primer día en que se comenzó con la educación online en todos los niveles educativos, miles de docentes han hecho todo lo posible y con los medios que han tenido a su alcance para estar cerca de sus alumnos y familias.
Teletrabajo, Alterfines, CC0
La situación ha hecho que seamos conscientes de ciertas carencias que nuestro sistema educativo tiene y que debemos mejorar o cambiar para hacerlo más fuerte y actualizarlo al mundo que se nos presenta a los docentes y más importante para los alumnos. Es aquí donde surge la iniciativa #EscuelaPostCovid, en la que más de 70 docentes han reflexionado acerca de cómo les gustaría que fuese la escuela después de la situación de pandemia y educación online a través de un vídeo de Flipgrid. Han participado en dicha iniciativa docentes de todas las etapas educativas (educación infantil, primaria, secundaria obligatoria y bachillerato, universidad y formación profesional). En el siguiente tablero se puede disfrutar de todos ellos: Educación en tiempos de COVID. La nueva escuela tras el virus
Todas y cada una de las aportaciones de los docentes son realmente interesantes y deberían de ser tomadas como punto de partida para poder diseñar una nueva escuela más actual, más cercana al mundo para el que preparamos a nuestros alumnos y, por supuesto, capaz de seguir innovando y afrontando retos en los que se sienta implicada toda la comunidad educativa. Entre todas las aportaciones podemos encontrar ciertos aspectos que destacar:
- Una escuela más competencial y creativa. La escuela que comience debe tener como máxima el desarrollo de las competencias en cada una de sus asignaturas, más allá de las actividades. La nueva escuela debe tener como compromiso ayudar a los alumnos a ser realmente competentes; de nada sirve que sean capaces de retener muchos contenidos si no son capaces de elaborarlos, crearlos, sintetizarlos, ampliarlos y aplicarlos a su vida diaria.
- Una escuela más emocional, una escuela del corazón. Son muchos los docentes que nos han hablado sobre la importancia de ayudar a los alumnos a aprender a gestionar las emociones, poder hablar de ellas, expresar sus miedos y sus agradecimientos. Muchos han coincidido en que el hecho de hablar y contactar con los alumnos era más importante que explicarles los contenidos. Igualmente sucede con el apoyo a las familias y la ayuda para gestionasen situaciones complicadas.
- Alumnos más autónomos, trabajando la autorregulación. El alumnado debe tener estrategias para ser capaz de gestionar su aprendizaje y el trabajo académico. Uno de los handicaps que muchos profesores han encontrado en su día a día es la complicación del alumnado para abarcar los contenidos y el trabajo propuesto por los docentes. Vuelve este punto a enlazar con la escuela competencial, debemos trabajar con nuestros alumnos la autorregulación y la competencia de aprende a aprender.
- Una escuela “a dieta de currículo”. Esta situación ha puesto de relevancia la enorme cantidad de contenidos que los alumnos tienen que gestionar. Muchos docentes proponen agruparlos por ámbitos de conocimiento, establecer un currículo más interdisciplinar, donde los aprendizajes cobren sentido para el alumnado en su vida diaria. Una docencia interdisciplinar ayudará a una mejor comprensión del alumnado, un aprendizaje con sentido y una mayor coordinación del profesorado entre sí.
- Una evaluación realmente significativa y formativa. Otro de los puntos que hemos podido constatar es la necesidad de implementar un tipo de evaluación real y competencial que vaya más allá de los meros contenidos, los formularios y exámenes online, los cuales no pueden demostrar los aprendizajes reales de nuestros alumnos. Las rúbricas, las dianas, las tareas competenciales y las entrevistas personales toman un papel protagonista e ineludible.
En definitiva, nos encontramos en un momento privilegiado para que nuestras escuelas cambien, innoven y se conviertan en los productos reales de tantos sueños de docentes que han trabajado de forma incansable a lo largo de estos meses. Y quienes tienen la capacidad de tomar decisiones sobre este asunto tan sólo les pedimos que escuchen a todos quienes creemos y queremos que la escuela puede ser diferente para que pueda convertirse en un lugar para el aprendizaje real de nuestros alumnos.
Javier Ramos Sancha (@javiramossancha) Maestro de Inglés y Educación Infantil. Desarrolla su labor profesional en diferentes cursos de Educación Primaria en el La Mennais-Aguilar de Campoo. Trabaja dentro de la Sección Bilingüe (Natural Science, Arts & Crafts e Inglés). Experto y amante en el uso de metodologías activas: PBL, AICLE y Trabajo Cooperativo. Formador de educadores en diferentes vertientes: Centros de Profesores e INTEF.En 2016 premiado con el XXXI Premio Giner de los Rios a la mejora de calidad educativa por el Ministerio de Educación. Desde Septiembre de 2016 Embajador eTwinning. Desde 2009 trabajando en proyectos eTwinning con diversos sellos de calidad. Destacado como Microsoft Innovative Educator Expert and Microsoft Innovative Educator Fellow por el uso de la Tecnología Microsoft en su aula. Embajador de la aplicación Flipgrid. Experto Universitario en Aprendizaje Cooperativo por la Universidad de Alcalá de Henares (Junio 2020)