Promover la Educación Cívica Global (ECG) en España es, en estos últimos años, una cuestión controvertida porque un sector importante de la población considera que la educación cívica es una vía de manipulación e introducción de valores contrarios a ciertas tradiciones y costumbres. Sin embargo, teniendo en cuenta todos los cambios políticos, sociales, económicos y medioambientales, con implicaciones de lo local a lo global, a los que la sociedad debe hacer frente en la actualidad parece más necesaria que nunca. Una formación cívica que nos permita afrontar estos cambios de una manera crítica y responsable, tomando conciencia de la necesidad de trabajar y colaborar por la mejora de nuestro entorno, más o menos cercano, no solo procurando un medio dónde se pueda vivir con un grado de bienestar aceptable, sino también pensando en la herencia que vamos a dejar a las generaciones futuras.
En este marco surge el proyecto BEST (Build European Solidarity Today), cofinanciado por el programa Erasmus+. Es un proyecto heredero de otro similar, “Juguemos la carta de la fraternidad”, por lo que nos encontramos finalizando la cuarta edición de la actividad. Este programa se ha llevado a cabo durante el curso escolar 2021-2022 coordinado por Center for Peace Studies (Croacia) y con la participación de Arci (Italia), Ligue de l’Enseignement (Francia), School with Class Foundation (Polonia), Humanitas (Slovenia) y Fundación CIVES (España). Se trata de organizaciones comprometidas con la educación, tanto formal como no formal, y con la promoción de la ciudadanía.
En él se hace hincapié en la importancia de la convivencia de las diversas ideas, religiones, etnias, etc, para lo que se llevan a cabo actividades con alumnado de distintos centros educativos en los seis países participantes. El objetivo es que despierten la conciencia crítica en torno a valores democráticos promoviendo la solidaridad y la fraternidad alrededor de temas de gran interés social: cambio climático, feminismo, interculturalidad y migraciones, salud mental, solidaridad intergeneracional, entre otros.
Estamos en un momento en el que el fomento de valores como la solidaridad y la fraternidad son imprescindibles. Vemos como lenta pero inexorablemente se normalizan los discursos de odio hacia colectivos diversos, así como el negacionismo de problemáticas sociales. Ambos tienen cada vez más espacio en los medios de comunicación o los parlamentos de nuestros estados y, por ello, son cada vez más necesarias medidas preventivas para asegurar un entendimiento intercultural, que proporcione herramientas para el fomento de la convivencia y el respeto a la diversidad a nivel europeo y global.
Los países que han participado representan situaciones totalmente diversas. Desde Francia, donde los estudiantes comienzan el aprendizaje de la ciudadanía a la edad de 6 años, la materia está dentro de la enseñanza obligatoria y además está apoyada de forma complementaria por asociaciones como La Liga Francesa de la Educación. En países como Croacia o Italia, la ECG se introduce en el currículum como materia transversal sin una entidad relevante y queda a iniciativa del profesorado y de las escuelas su trabajo en las aulas. En Eslovenia el clima para la inclusión en la educación formal es favorable y se le reconoce un rol importante, aunque se echa en falta una mejor coordinación y formación del profesorado. En Polonia la ECG está marginalizada, desoyendo el país los principios y valores descritos en el Consejo de Europa.
En España entró en vigor una nueva Ley educativa en 2020, la Lomloe, que sufre una fuerte oposición de los partidos de derecha y ultraderecha. La ley es una apuesta por el fomento de la educación pública y los valores y donde se le da relevancia a contenidos basados en valores cívicos y éticos que se estudiarán en Primaria y Secundaria, con especial atención al respeto de los Derechos Humanos y de la Infancia y a la igualdad, limitando la segregación por sexos para el concierto público y promoviendo el pensamiento crítico enfocado al ejercicio de una ciudadanía democrática.
La Fundación CIVES, de la Liga Española de la Educación, defiende firmemente, como uno de sus objetivos prioritarios, la inclusión de la Educación para la Ciudadanía en el Sistema Educativo formal como vía para la adquisición de competencias sociales y cívicas, el conocimiento y la comprensión de los derechos fundamentales, por lo que hay una implicación natural en este proyecto BEST, que promociona la inclusión de la ECG en el currículo de la educación formal y procura la formación de los profesores futuros y en activo sobre este tema.
En este sentido, el proyecto BEST trabaja en el ámbito de la educación para la ciudadanía democrática, para fomentar los valores democráticos y desarrollar conciencia crítica en torno a temáticas de trascendencia global. Permite trabajar con alumnado de primaria, secundaria, personas adultas y cualquier otro ámbito de la educación no formal.
La metodología diseñada por el proyecto consiste en llevar a cabo una sesión de análisis de imágenes, a partir de unas fotos propuestas, realizadas con la colaboración de profesionales del ámbito de la fotografía social, vinculadas a los temas de cambio climático, feminismo, interculturalidad y migraciones, salud mental, solidaridad intergeneracional y discriminación. Después se trabaja una sesión de escritura, que dará lugar a un mensaje sobre las ideas abordadas en el análisis de imágenes por parte de cada estudiante. Cada uno plasmará en una postal su mensaje, que será enviado a una persona anónima, pueden ser políticos locales, autonómicos, otras escuelas, etc. Se confía en la posibilidad, que se da en algunos casos, de que la persona que recibe la postal responda al participante que se la envió, promoviendo así redes de comunicación con mensajes de fraternidad y solidaridad que permitan establecer alianzas entre personas y/o instituciones. Las actividades posteriores dependen de las iniciativas de cada centro.
Por ejemplo, en Palencia, un grupo de estudiantes del grado de Educación Social realizaron una actividad en la que conectaron, a través de la actividad de las postales, a estudiantes de una escuela de educación de adultos con un grupo de presos de una cárcel de la zona. Después de que cada grupo hiciera la actividad por separado, estudiantes de la Universidad, estudiantes adultos y presos se reconectaron en una jornada conjunta donde pudieron discutir sus puntos de vista sobre la fraternidad y la solidaridad. Esta actividad buscaba promover la solidaridad comunitaria e intergeneracional, mediante el trabajo de los y las estudiantes de la Universidad con otros grupos de personas que tienen diversas perspectivas y experiencias de vida, facilitando comprender las diferentes perspectivas y reflexionar sobre cómo personas con diferentes puntos de vista pueden convivir juntas en paz.
En Cádiz, se analizaron los problemas medioambientales del alrededor del centro escolar y, a través de una serie de acciones organizadas, consiguieron del Ayuntamiento la peatonalización de la calle dónde éste está ubicado, por lo que ahora la zona es un entorno más amable, seguro y saludable.
Desde la Fundación CIVES se ha acompañado y dado soporte a todo el proceso. Se ha realizado una presentación previa de la actividad, dos sesiones formativas con el profesorado para guiar las actividades con el alumnado. Se ha enviado a cada centro la guía didáctica, juego de posters con las fotos y tantas tarjetas postales y sellos como alumnado participa. A los centros se les pide dar visibilidad y difusión local, así como elaborar informes del desarrollo de la actividad y evaluación.
Las últimas actividades realizadas en el marco del proyecto BEST han consistido en mesas redondas online y presenciales, donde profesorado, políticos y otros agentes sociales, como son las ONG, han analizado el estado en el que se encuentra la Educación Cívica Global y su importancia para el futuro educativo.
El proyecto se ha concluido con una reunión conjunta, en Bruselas en el mes de diciembre, de las organizaciones participantes en el proyecto, junto a profesorado y alumnado que ha participado en cada país. En esa reunión ha habido una parte de formación, otra parte donde el profesorado y alumnado ha explicado su experiencia y sus iniciativas originales, así como un apartado de evaluación y perspectivas de futuro.
La evaluación del proyecto nos permite concluir lo positivo que resulta poner al alumnado a trabajar en equipo; cómo el proyecto les ha permitido aprender sobre diversas culturas y valores logrando una mejor comprensión de cómo trabajar dentro de la comunidad y cómo fomentar la solidaridad en cualquier situación.
Nos gustaría terminar con uno de estos mensajes solidarios enviado por una alumna:
Querido/a destinatario/a:
Quiero que por un momento imagines que tu país entra en guerra. Tienes que salir corriendo de allí, pero tu familia no está contigo, cogéis barcos distintos. Tardas varios días en llegar a puerto, pero por suerte te mandan en un barco seguro a diferencia de tu familia que no logró llegar a tiempo y se subió en una patera que nunca llegó a destino por un terrible accidente. Cuando por fin llegas, te montan en un autobús lleno de gente en el que apenas cabes. Estás desconcertada después de todo lo que has vivido y cuando al fin tienes un poco de esperanza, encuentras puños alzados y pancartas con mensajes como “terrorista”, “vuelve a casa”. Son ciudadanos/as que se manifiestan contra ti y contra todas las personas del barco o de esa patera que nunca llegó, personas con esperanza, que se evade al ver todo esto. ¿Puede ser esto un problema de empatía?
Querido/a desconocido/a: pon tu grano de arena dando esperanza y acogiendo a esas personas que tanto lo necesitan. Manifiesta tu empatía al igual que otros/as manifiestan su ignorancia. Ese chico que lee en la imagen espera encontrar una tierra de oportunidad, respeto y paz.
Paula, 14 años. Cádiz