El pasado mes de marzo se decidieron los premios Nacional de Buenas Prácticas Educativas. En la modalidad de convivencia, el CEIP Ángel de Haro, de la provincia de Almería, fue el que consiguió llevarse a casa el galardón que va emparejado a una cuantía económica.
Hablamos con Manuel González, coordinador del programa de convivencia en el colegio, sobre algunos de los puntos clave de las acciones que desarrollan para poder hacer que los conflictos, «inherentes a las relaciones humanas», como explica el docente, sean fuente de aprendizaje entre iguales.
Manuel, ante todo enhorabuena por el reconocimiento y el premio recibido por el Ministerio. ¿Qué impacto ha tenido este reconocimiento en el centro?
El mayor reconocimiento no ha sido cruzar la meta, ha sido disfrutar del camino. Nuestro alumnado se ha empoderado y le ha servido en su día a día. Además, el centro ha mejorado el clima en cuanto a motivación, participación y satisfacción personal.
A nivel económico, el dinero del reconocimiento nos va a permitir crear espacios inclusivos, transformar nuestro centro, ampliar la biblioteca…
Gracias a ese reconocimiento, otros centros educativos, CEP y gabinetes de convivencia se han interesado por implantar y extender este proyecto.
Vuestro centro cuenta con más de 20 nacionalidades distintas ¿qué oportunidades de aprendizaje permite contar con tal diversidad cultural?
En el caso que nos ocupa, el CEIP Ángel de Haro, ubicado en el municipio de Vera (Almería), la riqueza cultural está muy diferenciada con respecto al resto de centros de la zona, con la presencia de más de 20 nacionalidades diferentes, entre las que predomina el alumnado de origen magrebí y latinoamericano y con un peso importante de la etnia gitana entre el alumnado nacional.
La multiplicidad de culturas que conviven en el contexto del centro lo dota de oportunidades para el conocimiento y enriquecimiento sobre la base de una enseñanza plena en convivencia y respeto mutuo, donde el alumnado sea el verdadero protagonista del proceso de transformación del propio centro. Transformación que es difícil de llevar a cabo sin la implicación del equipo directivo y, más aún, en centros con un contexto diverso como el descrito. La voluntad e implicación en el desarrollo de nuevas estrategias son factores clave para el cambio, factores muy presentes en el centro objeto de análisis que propicia el escenario ideal, la ventana de oportunidad para el cambio y el impulso de un nuevo enfoque para la mediación.
Trabajáis con diferentes técnicas relacionadas con la mediación y en las prácticas restaurativas ¿podrías hablarnos un poco sobre ellas?
Por un lado está el Parlamento de la Paz. Se trata de una estrategia restaurativa adaptación de los trabajos de mediación coordinados por Jorge de Prada en el IES Ramiro II de La Robla (León). A partir de ellos se ha desarrollado el modelo propio de mediación informal en aquellos casos de conflicto susceptibles de sanción, ofreciendo la oportunidad al alumnado de reflexionar, expresar sus sentimientos y emociones, como mecanismo de aprendizaje dialogado distinto al estilo únicamente sancionador. El parlamento es un proceso estructurado en el que un grupo de alumnos y alumnas previamente formados, a los que llamamos facilitadores, utilizan como estrategias la mediación y el arbitraje, bajo la supervisión de un docente (tutor, especialista, …) y el coordinador del proyecto.
También realizamos un Encuentro restaurativo. Dentro de la lógica restaurativa de nuestro centro entendemos que el conflicto es inherente a las relaciones humanas. Por ello, el encuentro restaurativo es una estrategia implementada por el alumnado para abordar conflictos que se producen en nuestro centro educativo.
En esta práctica participan las personas implicadas en el conflicto junto a una tercera parte que facilita la comunicación y regulación del proceso, intentando conseguir que se asuman responsabilidades y buscando la reparación del daño causado.
Por otro lado, dicha estrategia, a diferencia de la mediación escolar que también desarrollamos en nuestro centro de manera voluntaria, es de participación obligatoria entendiendo que las conductas que se han llevado a cabo no son aceptables y es necesario gestionarlas con el diálogo y el enfoque restaurativo. Finalmente, el encuentro restaurativo es un proceso organizado en cinco fases, las cuales corresponden a los 5 principios restaurativos en los que se fundamenta nuestro proyecto (Hopkins, 2009).
También utilizamos los Círculos de diálogo. Se trata de una práctica restaurativa realizada en grupo con carácter proactivo, que sirve para cohesionar construyendo relaciones y mejorando la convivencia (Hopkins, 2020), desarrollando el razonamiento crítico a través de un clima positivo y de respeto que fomenta la participación del alumnado (figura 5). Esta estrategia se ha desarrollado a partir de las prácticas restaurativas propuestas por Boqué (2020), convirtiendo los conflictos en oportunidades de aprendizaje individual y grupal, además de ofrecer un banco de recursos (círculos ya diseñados y trabajados con objetivos diferentes) para ser utilizados en caso de ser necesarios en un grupo clase para trabajar, por ejemplo, las normas de clase, la empatía, las necesidades e intereses, etc.
La Patrulla de la Paz y Alumnado Ayudante es una estrategia que nació en respuesta a la llegada constante al centro de nuevo alumnado, principalmente inmigrante, fundamentada en la ayuda entre iguales para mejorar la convivencia escolar de Torrego (2018). El alumnado ayudante, que también forma parte de la patrulla, es responsable de la acogida del nuevo alumnado y de llevar un registro de las incidencias que se pueden producir en el horario de recreo, prestar su ayuda para mediar y resolver los conflictos con el apoyo de los docentes responsables de la vigilancia en dicho horario.
Finalmente, está el Círculo restaurativo. Se trata de reuniones en círculo que responden a un hecho que ha causado un daño, en las que todos los involucrados y afectados por el incidente se reúnen con uno o dos facilitadores capacitados para aclarar qué fue lo que sucedió, quiénes resultaron afectados y qué se tiene que hacer para resolver el conflicto. Se reúnen tanto las personas que se han visto más directamente afectadas por el conflicto, como otras que se han visto indirectamente afectadas. Un proceso de círculo restaurativo tiene tres fases: pre-círculo, círculo y post-círculo.
Las prácticas que lleváis a cabo son realmente interesantes, pero… ¿cómo se gestionan y se organizan?, ¿existen responsables de su organización?
En el proyecto existe un coordinador responsable de las actividades y su equipo restaurativo formado por seis docentes y 11 estudiantes que actúan de facilitadores en el desarrollo de las estrategias.
En septiembre se crea una planificación para el curso escolar, siendo el punto de partida el claustro monográfico, donde se informa a todo el profesorado de las actuaciones que se llevan a cabo en el centro. En esa organización de actuaciones debemos tener en cuenta el protocolo de actuación para cada uno de los casos, eligiendo la estrategia adecuada.
En esta imagen se puede ver cuál es el protocolo de actuación y cronograma.
Para poder llevar a cabo esas prácticas debe ser necesario contar con momentos previos de organización y otros de seguimiento ¿con que recursos materiales, espaciales o temporales contáis?
Como recursos materiales y espaciales disponemos de la biblioteca del centro donde se realizan los círculos y los encuentros restaurativos.
El parlamento de la paz, se realiza en una zona exterior elegida y decorada por el alumnado a través de un taller que se realizó con graffitti.
En cuanto a los recursos personales, contamos con el equipo restaurativo que se forma al inicio de curso, que se explica a todos los grupos del centro para que sepan a quién tienen que acudir.
Además, al inicio de curso se establecen unas fechas para informar al claustro y formar al alumnado.
Para su correcto funcionamiento, es necesario establecer dos sesiones semanales, para la realización de estrategias reactivas (parlamentos, encuentros y círculos restaurativos).
Los círculos de diálogo se llevan a cabo de 3º a 6º curso una sesión en semana. La patrulla de la paz, interviene diariamente en horario de recreo. Las actividades de la Magia de Convivir en infantil y primer ciclo realizan una sesión cada quince días. También contamos con La Magia en Vera, la metodología ApS, donde programamos una actividad mensual. Además, quincenalmente se reúne el equipo restaurativo para realizar el seguimiento y control del proyecto.
En el claustro y el equipo de ciclo se informa de todas las actividades llevadas a cabo y de la evaluación trimestral.
Finalmente, cada dos meses nos reunimos con los facilitadores para llevar a cabo el observatorio de convivencia, en el que se analiza el desarrollo de la convivencia en todos sus aspectos.
Llama la atención en especial la aplicación que se utiliza en el centro para informar de conductas contrarias a la convivencia e indicios de posibles acosos… ¿cómo funciona exactamente este sistema?
Tras un análisis sobre el uso de las tecnologías por parte del alumnado de tercer ciclo, a inicios del curso 2020/2021 se decidió incorporar la aplicación B-resol como complemento online para la detección e intervención ante casos de conflicto con la participación de toda la comunidad educativa, especialmente el alumnado que actúa como observador, agente activo y comprometido con la prevención de conflictos y la mejora de la convivencia. B-resol es una app gratuita para móviles disponible en las diferentes plataformas.
Es un elemento innovador que alerta de forma anónima (víctima u observador) de situaciones problemáticas de manera inmediata, segura y desde cualquier lugar y momento, emitiendo una solicitud de ayuda a la persona del centro que decida quien emite el mensaje, encriptando el mensaje y desapareciendo del dispositivo por temas de seguridad.
La Lopivi (Ley Orgánica de Protección integral de la infancia y la adolescencia frente a la violencia) propone una nueva figura, ya obligatoria para todos los centros educativos, la Coordinación de Bienestar y Protección. ¿Nos explicas, por favor, cómo se ha implementado a nivel regional y cómo la integráis concretamente en vuestro centro?
La Lopivi se integra en el plan Red Andaluza Escuela Espacio de Paz, con el mismo coordinador del proyecto de la Magia de convivir organizando y desarrollando las estrategias explicadas anteriormente.
¿Crees que la actual normativa educativa da cobertura, impulsa y potencia vuestra forma de educar, o lo contrario? ¿Qué fortalezas le reconocéis, o echáis de menos, en la implementación de la Lomloe y la Lopivi?
La normativa actual y algunos planes que se desarrollan potencian el proyecto de la Magia de Convivir, a modo de ejemplo, nuestra última actividad de ApS, “Olimpiada de la Paz”, se ha desarrollado a través de una situación de aprendizaje. Todos los planes del centro se articulan en el eje vertebrador de Espacio de Paz.
La implicación y participación del alumnado es más que evidente en vuestro proyecto “La magia de convivir” ¿qué actuaciones se llevan a cabo con el resto de la comunidad educativa o con otras organizaciones? ¿cuál es el rol de las familias en la gestión de la convivencia?
La comunidad educativa (familias, entidades, profesorado y alumnado), participan en todas las actividades ya que utilizamos el aprendizaje-servicio, como parte principal de la identidad de nuestro centro.
Nos gustaría terminar hablando sobre la evaluación del proyecto ¿cómo es el proceso de revisión, seguimiento y evaluación? ¿Quién y en qué momentos se lleva a cabo?
Este proceso lo llevamos a cabo mediante múltiples estrategias restaurativas con sus registros. De esta manera, utilizamos el análisis Dafo al finalizar cada curso; la evaluación a través de formulario de Google o las rúbricas de evaluación.
Por ejemplo, bajo el epígrafe «Rechazar toda forma de violencia, agresividad o discriminación», pensamos en cuatro posibilidades: excelente, con la que se entiende que «el centro rechaza de forma consensuada toda forma de violencia, agresividad o discriminación, desde todas las concreciones del currículum, apoyado desde sus distintos planes y proyectos: plan de acción tutorial, ROF, Escuela: Espacio de Paz, etc. y desde sus distintos órganos unipersonales y colegiados.
Puede ser bueno, cuando «el centro rechaza toda forma de violencia, agresividad o discriminación, aunque no siempre de forma consensuada desde todas las concreciones del currículum, apoyado desde sus distintos planes y proyectos: plan de acción tutorial, ROF, Escuela: Espacio de Paz, etc. y desde sus distintos órganos unipersonales y colegiados.
El siguiente nivel sería mejorable, cuando detectamos que «aunque el centro rechaza toda forma de violencia, agresividad o discriminación, no siempre es capaz de aplicar de forma equitativa, estos planes y proyectos».
Por último, estaría el nivel inadecuado, en el que «el centro rechaza toda forma de violencia, agresividad o discriminación, pero sin tener en cuenta los documentos aprobados para tal fin y de una forma unilateral, descoordinada y a veces incluso desproporcionada»