Son tiempos convulsos a nivel político, social, económico y cultural. Esto repercute de forma profunda en el terreno educativo y, especialmente, a la hora de orientar un cambio significativo que haga de la educación una praxis transformadora, en lugar de una técnica de sumisión y adaptación a los postulados neoliberales. Así se puso de manifiesto desde el primer momento en el marco de la ponencia inaugural presentada magistralmente por Xavier Besalú. Este protagonista, estudioso y académico comprometido con la renovación en las últimas décadas esbozó una panorámica histórica para denunciar las voces reaccionarias actuales que enarbolan un pasado educativo inexistente para criticar las apuestas educativas de carácter humanista e inclusivas.
Durante los dos días que duró el Congreso hubo tiempo, pues, para la historia y para la crítica, para recuperar viejos debates y reflexionar sobre aquello que se podría haber hecho mejor. Pero lo más relevante fue la voluntad de actualizar la renovación como motor y guía de la transformación actual. Las ponencias, la presentación de comunicaciones y los debates se hicieron en un clima de confianza y de compromiso social y educativo. Dio cuenta de ello la obra de teatro realizada por alumnos y profesores de la Facultad y el foro-debate que se realizó posteriormente, en el que estuvo presente la denuncia de la brutalidad perpetrada por el Estado israelí en Palestina. Además, la presentación de experiencias y comunicaciones se hizo deliberadamente libre de tecnologías, dando protagonismo a la conversación entre los asistentes y a la presencialidad como valor para la reflexión y el pensamiento.
Propuestas desarrolladas en centros de infantil, primaria y secundaria, así como experiencias llevadas a cabo en los centros universitarios articularon y canalizaron la reflexión en torno al cambio educativo en curso y a la necesidad de politizarlo en un sentido equitativo, cooperativo, antisexista y antifascista. Bajo esta perspectiva se puso de manifiesto la necesidad de transformar el currículo, mejorar la formación inicial y permanente de los docentes, ensanchar el imaginario pedagógico, profundizar en la tradición renovadora y asumir la pluralidad pedagógica como elemento característico de la misma.
Dicho esto, es menester seguir promoviendo congresos con la calidad, proximidad y complicidad de este, seguir enlazando iniciativas y propuestas transformadoras, promover la transmisión intergeneracional y potenciar la implicación de las nuevas generaciones de maestros y docentes en una renovación más necesaria que nunca.
Desde nuestra perspectiva, sin embargo, también hace falta afrontar las cuestiones político-pedagógicas polémicas que, a veces, se omiten o se evita hacer explícitas. Nos referimos, entre otras, al olvido de las maestras y a la persistencia en la poca presencia de los nombres propios de las protagonistas de la renovación en el siglo XX; o a la inexistente denuncia de la persecución de los maestros catalanes durante el procés que, a pesar de haber sido señalados y perseguidos por parte de la prensa y los políticos más reaccionarios y en nombre de la neutralidad, no recibieron prácticamente apoyo por parte de los docentes fuera de Catalunya, algo que sigue estando pendiente de reparación en congresos como este. Si una cosa caracteriza la renovación es la valentía por afrontar desde el terreno educativo los retos sociales de cada contexto histórico, comprometerse con los excluidos y represaliados, arremangarse para con las causas justas; así que animamos a realizar nuevos encuentros que profundicen en estas cuestiones y en los retos que, sin ninguna duda, es urgente afrontar.
En otras palabras, esperamos seguir tejiendo alianzas y desarrollar acciones para transformar la educación y la sociedad gracias y a través de los postulados de la renovación pedagógica, una apuesta con una historia prolífica por lo que se refiere a propuestas y experiencias; y con un presente lleno de potencialidades para orientar un futuro con adversidades de calado que hay que afrontar tal y como hicieron antaño maestras y maestros comprometidos para con una educación crítica y emancipadora.