El Diario de la Educación es una referencia fundamental de la prensa pedagógica en España. Hace algún tiempo -y después de un par de años de ser usuarias entusiastas de autoras y autores como Martínez-Bonafé, Torrego, Rogero…- nos hemos planteado desentrañar el significado que este medio otorga a la innovación educativa, ese concepto tan importante, pero incomprendido en nuestro sistema educativo.
Hemos hecho una investigación documental para analizar el contenido de El Diario de la Educación desde 2015 hasta 2022, pensando que muchas veces las personas entusiastas de la educación lo ven como una herramienta de lucha por el derecho universal al conocimiento y la igualdad de oportunidades. A través de nuestra reflexión, hemos constatado que la innovación educativa es un concepto antiguo y polisémico, cuyo objetivo primordial reside en mejorar la calidad de los procesos educativos. Sin embargo, no hemos tardado en percibir cómo su significado se ha visto envuelto en contradicciones, en gran medida debido a la influencia de las lógicas de mercado en la educación. Esta intromisión ha provocado una confusión alarmante, equiparando la innovación con el simple uso de tecnologías o la adopción de métodos educativos específicos. Creemos firmemente que es esencial promover espacios de reflexión sobre la incidencia de la prensa digital educativa en la sociedad para comprender mejor cómo se materializa el discurso de la innovación educativa en este tipo de medios.
En El Diario de la Educación hemos encontrado diversos significados de la innovación educativa, que convergen en una visión que trasciende la mera aplicación de herramientas o metodologías novedosas. Una de las conclusiones más robustas es que la innovación educativa se opone a la reducción de la educación, a la moda tecnológica y metodológica.
En este medio se critica la tendencia a considerar la tecnología digital como la única «fuerza transformadora», olvidando que la verdadera innovación emana de una reflexión pedagógica profunda sobre las prácticas y pensamientos que se replican acríticamente en las aulas. Como bien señalan las autoras y los autores del diario, la tecnología por sí sola no garantiza una mejora del aprendizaje, pudiendo ser novedosa sin ser verdaderamente transformadora.
Otro pilar fundamental que hemos encontrado en esta reflexión es la oposición de la innovación educativa a las lógicas neoliberales. En las líneas del diario se cuestiona cómo la falta de crítica ha permitido que ideales neoliberales se introduzcan en las escuelas bajo la etiqueta de innovación, sin examinar sus verdaderas finalidades. Se advierte que prácticas como la rivalidad entre estudiantes o el enfoque exclusivo en «competencias» pueden estar al servicio del capitalismo, formando futuros adultos eficientes para el sistema laboral, desvirtuando el sentido genuino de la innovación. Se lamenta cómo este enfoque ha llevado a un menosprecio de luchas educativas valiosas, como la defensa de la igualdad y la equidad.
En El Diario de la Educación, la innovación educativa posee finalidades eminentemente educativas, centradas en la emancipación, el aprendizaje y la mejora ética de las personas. Además, en sus líneas se defiende la colaboración y la interdisciplina como acciones necesarias, concibiendo la educación como un derecho que va más allá de las instituciones formales.
Asimismo, las autoras y autores del diario exponen que la innovación educativa tiene un carácter colegiado, por lo que requiere el conocimiento, el consenso y el compartir entre un grupo de personas con un fin común. Este medio destaca la importancia de la iniciativa y la reflexión colectiva de los equipos profesionales, así como el trabajo en red entre docentes para aprender y reflexionar sobre sus prácticas.
Finalmente, pensamos que la innovación educativa requiere un compromiso profundo con la justicia social. Una innovación sin este compromiso corre el riesgo de convertirse en una moda superficial o, incluso, en un disfraz de la exclusión y la segregación. Se enfatizan valores como la solidaridad, el respeto y el cuidado del otro, así como la ecología y el feminismo, como cimientos y objetivos de la innovación. Además, se considera crucial que la innovación garantice la igualdad de oportunidades para todos los estudiantes y centros educativos.
Por tanto, El Diario de la Educación presenta la innovación educativa como un cambio estructural con una perspectiva local y contextual, arraigado en la reflexión crítica de cada comunidad sobre sus propias necesidades y orientado hacia finalidades eminentemente educativas. No es una solución mágica ni estandarizada, sino un proceso continuo y comprometido con la transformación social y el bienestar educativo de toda la comunidad. Por todo ello, reconocemos el valor de El Diario de la Educación como un medio comprometido con una visión crítica y transformadora de la innovación educativa. Su labor ofrece un espacio necesario para la reflexión pedagógica, alejándose de modas y discursos mercantilistas, y apostando por una educación pública, ética y orientada al bien común.
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