Cabecear el balón forma parte del fútbol. Cuando saca el portero, cuando se lanza un córner, cuando se rechaza un centro al área… Los jugadores, algunos más que otros, impactan constantemente el esférico con la cabeza. Y eso no es lo más saludable. Así lo ha alertado un estudio publicado recientemente en Inglaterra, en la Universidad de Stirling, cuyas conclusiones han abierto un debate en el fútbol inglés que ha llegado incluso a las categorías de base. ¿Deberían cabecear los niños asumiendo que esta práctica puede conllevar riesgos?
En el estudio, 23 jugadores remataron veinte lanzamientos de esquina en 10 minutos. Antes y después de hacerlo, se les sometió a pruebas de funcionamiento del cerebro y de memoria. Los resultados demostraron que inmediatamente después de la prueba su test de memoria se reducía entre un 41 y un 67%, a pesar de que al cabo de 24 horas sus capacidades quedaban restauradas como si nada hubiera pasado. «Aunque los cambios [sobre el cerebro] son temporales, pensamos que son importantes para la salud del cerebro», expone la neurocientífica cognitiva Magdalena Letswaart, una de las autoras del estudio, que considera «importante» que los millones de personas que juegan al fútbol en todo el mundo «sean conscientes de lo que pasa en el cerebro y los efectos perdurables que esto les puede causar».
Y entre esos millones de jugadores, hay niños y niñas de todas las edades. Es por ello que la Professional Association of Footballers, el sindicato de profesionales del fútbol inglés, pidió que se plantee la prohibición de cabecear entre los menores de 10 años, según publica el diario The Telegraph. «Nuestra investigación no habla de los cerebros», puntualiza William Stewart, otro de los invesitgadors de Stirling, «personalmente creo que no debe ser una buena idea exponer de esta manera los cerebros; es un presentimiento «.
No todos los investigadores, sin embargo, están de acuerdo. Parte del debate generado en Inglaterra ha empujado diferentes científicos a pedir más estudios que profundicen en la materia antes de tomar decisiones drásticas. Sobre todo teniendo en cuenta que el de la Universidad de Stirling se ha llevado a cabo con sólo 23 personas, una muestra reducida. Esta opinión la comparte el pediatra catalán Luis Rajmil, que afirma que «con estos datos no hay suficiente evidencia científica para recomendar cambios en el reglamento» del fútbol base.
Más sensibilidad cuando hay choques y traumatismos
Hay un país en el mundo que ya ha prohibido que los menores de 10 años rematen de cabeza cuando juegan al fútbol: los Estados Unidos. Pero no porque rematar el balón con la cabeza les pueda parecer perjudicial, sino para reducir la posibilidad de sufrir traumatismos craneales, muchos de los cuales, en el fútbol, se producen en el juego aéreo: golpes de cabezas entre dos jugadores, codazos en al cabeza… la asociación US Soccer, la federación estadounidense de fútbol, optó hace un año para dejar los remates de cabeza para los niños de 11 años o más, depsués de que un grupo de familias de California emprendieran medidas legales contra el entidad por lo que consideraban una situación de negligencia.
Ante esta problemática, la Mutualidad Catalana de Futbolistas sí cree que hay que tomar cartas en el asunto. Aseguran que están «altamente concienciados» con los riesgos de los traumatismos, y revelan en El Diario de la Educación que este 2017 ya han enviado una circular a todos los entrenadores de base y árbitros – «los adultos más cercanos a los niños y niñas», remarcan fuentes de la Mutualitat- conminándoles a actuar cuando un niño sufre un impacto de este tipo en la cabeza. «Les decimos que este niño debe dejar el terreno de juego y no puede volver a entrar si no lo ve un médico antes», sostiene un portavoz de la entidad médica. Lo que de momento no se plantean, sin embargo, es restringir el juego aéreo.
En un artículo publicado en su web, la Mutualidad enumera las causas y las consecuencias de los traumatismos, así como consejos para detectar los síntomas y prevenirlos. Con respecto a esto último, el texto sugiere la posibilidad de incorporar cascos en el caso de los porteros -más propensos al choque, sobre todo con los postes de la portería, pero principalmente priorizar el juego limpio por delante de la rivalidad. Rajmil coincide: «Estamos hablando de traumas accidentales para los que la mejor prevención es educar como se debe hacer para evitarlo».