“La educación me ha secuestrado”, explica Isabel Ortega. Vitoriana de 42 años, Ortega admite que no tenía vocación docente. Licenciada en Económicas, las clases empezaron como una manera de ganarse la vida mientras estudiaba y de obtener unos ingresos extra mientras probaba en el mundo financiero. Hasta que se dio cuenta de que no era lo suyo. “Lo dejé todo y monté mi propio negocio en el pueblo”.
Unos 15 años después, Ortega dirige el Centro CLIP, dedicado a enseñar idiomas y ayudar a chicos con problemas de aprendizaje con métodos innovadores como la robótica o los Lego. También es impulsora y responsable de la #eduhora, un claustro virtual que se celebra los martes por la noche en Twitter y en el que profesionales de la educación debaten sobre el sector. Ortega destaca con orgullo que ha conseguido que la eduhora sea Trending Topic (uno de los temas más comentados de la red social), probablemente el único TT recurrente del mundo educativo.
¿Cuánto se puede debatir en 140 caracteres?
Te las ingenias. Es un ejercicio fantástico de resumir que debería llevarse a las aulas. Cuesta resumir las ideas, pero, como dura una hora, al final consigues exponer lo que opinas de un tema determinado. Por poder, una hora da para mucho.
¿De qué temas se habla?
La mayoría tienen que ver con la innovación educativa, nuevas tecnologías que pegan fuerte a la hora de implantarse en el aula. Es un claustro transgresor, que no se conforma con el sistema actual. Los temas que más auge tienen son aquellos donde se busca dar una solución a problemas en los que el sistema educativo está estancado. Uno de los últimos fue la educación emocional, que repetimos por aclamación particular. O cómo utilizar otras disciplinas en el aula para la mejora del aprendizaje, cómo mejorar la lectura, incentivarla en el aula, que a veces parece que les quitamos las ganas de leer a los niños. Siempre son temas en los que se pretende ir un poco más allá y ver cómo hacer las cosas un poco mejor. También tratamos cuestiones de actualidad, como el pacto educativo o las elecciones. La LOMCE es un tema estrella. Siempre es con un espíritu crítico, pero buscando la mejora. Queremos crítica constructiva y compartir conocimiento.
¿Algún ejemplo de este estancamiento en el sistema?
Uno de los problemas que veo, y que preocupa mucho, es atender a la diversidad en el aula. Llegas a tu clase y tienes 25 niños, de los que el 80% va a responder bien (entendido como que aprenderán lo que tú necesitas que aprendan), mejor o peor, pero lo harán. Pero después hay un 20%-30% al que los profesores no llegan. En primer lugar, porque atender a 25 niños es complicado y luego porque no tienen herramientas para trabajar con enfoques inclusivos.
Es una de las cosas que más me preocupan, el profesorado no está formado en toda la diversidad que se puede encontrar en el aula. No es culpa suya. Cuando tienes un niño hiperactivo en el aula, lo puedes atender. Pero si tienes tres, de 25, y luego otro que habla el idioma muy justo, es complicado. Cuanto más pequeño es el grupo, mejor se trabaja. Eso es algo que a nivel institucional debería corregirse. Hacen falta más profesores, más clases, más colegios y más de todo. En este país no se le da a la educación la importancia que tiene. Es algo muy serio y en lo que hay que invertir. Cuando no hay medios todo se ve afectado, y la reforma educativa debería venir desde arriba, pero con una inversión mucho mayor que la actual.
Uno pensaría que mala solución hay si depende de la administración…
Efectivamente, pero lo que pasa es que estamos en un país conformista y no hacemos fuerza. Si a mi hijo no se le atiende bien, es más fácil culpar al profesor que unirnos y pedir una educación para todos. Nos hemos acomodado, pasa también con la Sanidad y la corrupción; somos un país que no protesta. Cuando yo era niña estábamos día sí día también de huelga y se consiguieron grandes derechos como sociedad. Había huelga en las fábricas, las universidades, en todas partes. La educación se está salvando hoy en día por la buena voluntad de muchos profesores. Cuando se habla de que no hay vocación, o que hay profesores que no valen… Pues los habrá, como en todas las profesiones, pero es difícil mantener la vocación cuando no tienes los medios. Esto no te lo cuenta nadie cuando haces Magisterio.
La inmensa mayoría de gente a la que entrevisto habla de innovación, de cambiar el sistema, etc. Pero si todos piensan así, ¿quién lo mantiene atrasado? ¿No tienen los profesores la capacidad de cambiarlo desde dentro?
Es muy complicado. El cambio ha empezado ya y es verdad que lo ha hecho desde dentro. Hay muchos centros que están haciendo cosas, adaptando prácticas innovadoras a un sistema que está obsoleto. Pero es complicado cuando, por ley, te están diciendo que tienes que hacer otra cosa. Aquí juegan un papel fundamental los equipos directivos. Cuando tienes un equipo directivo comprometido con la innovación, dispuesto a invertir en tecnología, ese cambio es más viable. Pero cuando está cómodo en metodologías antiguas y la ley te ampara en seguir haciendo las cosas como antes es complicado que el cambio se haga a nivel global.
Confío en que lo vamos a conseguir pese a las dificultades, que las hay, y muchas. Cuando quieres por ejemplo trabajar por proyectos, y el aprendizaje así es muy significativo, pero no llegas a todos los puntos y las comas que requiere la ley que aprendan los alumnos en un determinado curso, no puedes hacer todo lo que te gustaría. Otro gran debate que hemos tenido en la #eduhora es si el sistema por asignaturas no es ya como un palo en la rueda, cuando estamos en una sociedad donde vemos que el aprendizaje es transversal. No haces ahora mates, ahora lengua y ahora sociales. Necesitas un compendio de saberes. Pero cuando te marcan las asignaturas que tienes que dar, las horas y los contenidos, conseguir un cambio es complicado.
¿Cómo es esto? ¿Cree que las asignaturas son obsoletas ya?
Tal y como está definido ahora, sí. Los contenidos curriculares deberían estar más interrelacionados entre sí. ¿De qué me sirve saber una ecuación o mucho inglés o cualquier otro contenido si luego no los sé relacionar entre sí? En la vida adulta, ¿quién ha utilizado alguna vez una ecuación de segundo grado para resolver un problema de su vida? Nadie. Deberían ser contenidos más cercanos a la vida y los problemas reales, soy firme defensora de que el sistema educativo debe enseñar a los niños a enfrentarse a los problemas vitales. Los problemas de la vida son cada vez más inesperados, vamos a prepararles para lo que venga, sea lo que sea, no cosas concretas. Que sean capaces de buscar el saber, relacionarlo, utilizarlo. Ahí está la verdadera innovación, hacer cosas diferentes pero útiles.
Dice que con la innovación hay que tener cuidado. ¿Por qué?
Se están haciendo muchas cosas muy mal en aras de la innovación. No todo vale. Hace falta formarse, saber lo que se está haciendo. Parece que con hacer algo distinto ya vale. Pero no, hay que hacer las cosas con rigor, con el método científico, y a veces nos lo saltamos. La flipped classroom, meter el ajedrez en clase… Metemos contenidos y formas diferentes de enseñar, pero si no lo hacemos bien igual estamos empeorando las cosas. Hay que innovar, pero con rigor.
Usted tiene en una academia especializada en las dificultades de aprendizaje. ¿Cómo se trabaja con estos chicos? ¿Qué problemas suelen tener?
Es fundamental saber qué le pasa a cada niño que no es capaz de asimilar los contenidos de una manera estándar. Una cosa que me asusta un poco es que, hasta una edad, todo se achaca a la madurez. Yo tengo chicos con dislexia que no tienen diagnóstico hasta la Secundaria. Me llegan en Secundaria porque no entienden lo que leen. Ese chico lo que necesita es que esos contenidos se le den de forma oral. Si no se sabe lo que necesita, por mucho que se le ponga un apoyo no va a mejorar. Pero muchas veces, como decíamos, los profesores no tienen herramientas. No saben. Machacan a este chico con que tiene mala letra. Claro que la tiene, no puede hacerla mejor. Si no te ponen los medios para que aprendas de la manera en que puedas hacerlo, que en el caso de la dislexia es oralmente, estás abocado al fracaso. A veces con las dificultades de aprendizaje, como están en el límite y no son necesidades educativas especiales (si tienes un niño invidente, por ejemplo, si se ponen los medios), hay mucho desconocimiento. Pasan por niños vagos, que no ponen interés. Hay que ponerles la atención individualizada, pero sabiendo cómo. Diría que la solución es la formación del profesorado en atender a la diversidad.
Utilizan la robótica y los Lego en sus clases. ¿Cómo? ¿Qué ventajas ofrecen?
Han sido todo un descubrimiento. Entendemos la robótica como una herramienta, no como un fin. El fin no es que aprendan a montar robots y programarlos, sino que en ese proceso desarrollen otras destrezas como trabajar en equipo, razonar de una manera adecuada (el lenguaje de la programación necesita de este pensamiento previo, pensar todos los comandos). En un mundo donde los niños cada vez son más impulsivos, que se tengan que parar a pensar les viene fenomenal. La robótica es un gancho, gusta mucho, y a través de eso les enseñamos muchas otras cosas.
¿Y los Lego?
Al mundo Lego llegamos a través de la comprensión lectora. Hay niños que no comprenden lo que leen, y tenerlos con una fotocopia y una ficha de preguntas a ver si lo han entendido es un infierno para ellos. Consigues casi el efecto contrario: que el crío vea un texto y rechace la lectura. Si hablamos desde la educación emocional para aprender hay que estar en modo asombro, desde el miedo o el rechazo no se puede aprender. Nosotros usamos los legos para que cuando un niño tenga que leer un texto, en vez de contestar a las preguntas, primero construyan la historia. Es muy motivador para ellos y además estás trabajando lo mismo, pero en vez de contestar preguntas, construyen la historia. Luego les puedes preguntar también, es el mismo ejercicio, pero innovando.