Hoy por hoy, el 43 % de las familias que acuden a centros públicos de primaria dejan a sus hijas e hijos en el comedor escolar. El resto no, por diferentes motivos. Uno, más o menos importante es que el 18 % de los centros no cuentan con comedor. Pero otro, muy llamativo, está relacionado con la renta de las familias.
La Fundación Educo lleva años haciendo un importante esfuerzo por conseguir que los servicios de comedor sean universales y gratuitos. Hace un año, de hecho, publicaba un estudio en el que hacía el cálculo de los costes de tomar esta decisión. Ahora ha realizado una encuesta entre las familias para conocer cómo utilizan este servicio, por qué y cuándo.
Como se ve en el gráfico, un 45 % de las familias no utilizan el servicio, parte de ellas porque ni siquiera existe comedor en su escuela. Otra explicación posible es el precio que tiene este servicio en las diferentes comunidades autónomas, de las que depende.
El factor económico
Esta afirmación se apoya en dos gráficas más que se desprenden de la encuesta realizada por la Fundación Educo. Una de ellas relaciona los ingresos familiares y la utilización del servicio y otra muestra cuál sería el porcentaje de familias que acudirían al comedor si este fuera gratuito.
En el primero de los casos, según los datos recogidos por la encuesta, son las familias de rentas más altas las que con más frecuencia dejan a sus hijas e hijos en el comedor, frente a las de menor renta. La oenegé ha hech tres clasificaciones por renta: rentas altas, por encima de los 2.100 euros; medias, entre 1.300 y 1.600 y, finalmente, bajas, por debajo de los 1.300.
Junto a estos datos se pueden analizar también los producidos al preguntar a estas mismas familias si utilizarían el comedor (en el caso de que existiese) si este fuera gratuito. Ahora son el 43 % las que lo usan. En el caso hipotético de la gratuidad, ascendería hastas el 77,38 %.
Algo más de la mitad de las familias no solicitaron becas para el comedor porque declararon no necesitarla. Por contra, el 44,4 % restante sí las necesita. Una parte de estas familias las solicitó, pero un tercio de ellas no lo hizo, o bien porque se les pasó el plazo o porque no sabían cómo solicitarlas.
Según los resultados del informe de Educo, aunque este último porcentaje hay que tomarlo con precaución debido a que la muestra, en este caso es muy baja, atendiendo a las rentas de las familias que no supieron pedir la beca, la mayor parte está entre las de rentas bajas. Según la ONG se puede deber a la falta de comunicación o a la falta de accesibilidad a la información. Educo señala que la falta de un histórico supone que no se pueda saber si la digitalización de estos procedimientos ha supuesto un problema para estas familias.
Del 30 % que pidieron la beca, solo el 54,8 % la consiguieron y, de ellas, el 50,3 % fue parcial y el resto, completa. De las familias que no la consiguieron (45,2 %), el 76,8 % no lo hicieron por exceder el nivel máximo de renta. Como explica la ONG, en la mayor parte de las comunidades autónomas, el nivel de renta máximo es menor que el del indicador de pobreza y exclusión social, de manera que hay familias en situaciones realmente precarias que se quedan fuera.
Como era de esperar, las diferencias entre las comunidades autónomas son grandes. Educo señala, por ejemplo, que mientras que en Galicia, siete de cada 10 solicitantes recibieron la ayuda, en Castilla-La Mancha tan solo lo consiguieron tres. A esto, además, se suma las diferencias entre quienes consiguen una total y una parcial.
Las diferencias entre autonomías también se ven en el tipo de becas que dan, si son totales y parciales. Como se ve en el gráfico anterior, la mayor parte de las becas que se dan en nuestro país no cubren el coste total de los comedores. Esto, explica Céspedes, deja a muchas fuera. Lo ejemplifica con la Comunidad de Madrid. En ella, según recuerda de los datos oficiales, se dan 70.000 becas a niñas y niños de primaria. El coste en esta autonomía es de unos 4,8 euros por día, es decir, cerca de los 100 al mes. Las becas parciales solo cubren el 30 % del total, de manera que quien lleve a su hijo ha de desembolsar unos 70 euros cada mes. Si se mira el gráfico se comprenderá las pocas familias que tienen acceso a una beca completa, con la que tendrían que pagar solo un tercio del coste, es decir, unos 30 euros. «Pedimos que se garantice que las que lo necesitan, todas, puedan acceder de forma gratuita», afirma Céspedes
Dos son las razones fundamentales para que las familias quieran o necesiten dejar a sus hijos en el comedor escolar. Entre quienes ya les dejan ahora, el trabajo o su búsqueda es la primera de las razones (73 %). En el caso de aquellas que no lo hacen pero lo harían si fuera gratuito, sin embargo, la primera razón es que «en el comedor aprende a comer de todo y de manera saludable». Esta es también el motivo principal para las familias en cuyo colegio no hay comedor, con un 80 %. En el segundo puesto, para estos dos grupos de familias, sin embargo, el trabajo o su búsqueda es el motivo con un 68 % y un 53,42 % respectivamente.
Conclusiones
Dadas las diferentes razones por las que las familias no envían mayoritariamente a sus hijos e hijas a los comedores ecolares, principalmente el precio, Educo pone sobre la mesa algunas conclusiones y demandas que hace a las administraciones educativas.
Entre las primeras, que todos los centros educativos cuenten con comedor escolar y que este servicio sea gratuito y universal para que cualquiera pueda utilizarlo.
En esta línea, el informe señala también los sistemas de becas como insuficientes. Estos solo llegan al 11,8 % del alumnado cuando el nivel de pobreza infantil en España está en el 33,4 % según las últimas cifras publicadas este mismo año. Como desmuestra la encuesta, hay un porcentaje de familias que no accede a estas ayudar porque los umbrales están por debajo de los que marcan la pobreza y la exclusión, y otro porcentaje que podría beneficiarse pero no sabe cómo solicitarlas. Por eso Educo pide que se realicen acompañamientos en los barrios y centros escolares para apoyar estas tramitaciones.
También, que se modifiquen los barems para su concesión en los que entren todas las personas que se encuentren en situación de necesitarlo. Y, lógicamente, que se aumenten los presupuestos para las becas de comedor.
A estas peticiones más materiales, Educo añade otras como incluir el comedor dentro del proyecto educativo del centro, que se impulse la participación de la infancia en este espacio, que se aumente la comunicación con las familias para generar mayores vínculos entre la escuela y el hogar y que los hábitos de vida saludable se den en ambos y, finalmente, que se dote a los centros con financiación para mejorar sus infraestructuras con cocinas propias, para la reducción de ruidos o para la adquisición de materiales para realizar actividades.