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Compromiso tal vez sea la virtud principal del grupo que compone el Foro de Sevilla. Hablamos con tres de las personas que integran, hoy día, la comisión permanente que mentiene la savia fluyendo en el grupo. Se trata de Francesc Imbernón, catedrático de la Universidad de Barcelona; Juana M. Sancho, catedrática de la misma Universidad, y Rodrigo J. García, pedagogo y, entre otras muchas cosas, responsable del blog Escuelas en Red de El País.
Y efectivamente es compromiso con la mejora de la educación lo que mantiene este grupo en marcha puesto que la mayor parte de quienes lo conforman ya tienen una carrera más que asentada. Tanto es así que, según ellos mismos dicen, uno de los retos que hace algún tiempo han comenzado a plantearse es el del natural relevo dentro del Foro. En cualquier caso, seguirán dando la batalla con unas jornadas esta primavera en la ciudad de Valencia, la redacción de un nuevo manifiesto y, para 2024 quieren ultimar un congreso internacional.
Hace 10 años que comenzó su andadura el Foro de Sevilla, ¿Qué os hizo juntaros entonces?
Francesc Imbernón
El hecho de reunirnos en Sevilla en 2012 trataba de dar respuesta a una inquietud ante el cariz que estaban tomando las políticas educativas, sobre todo por los recortes del gobierno central y los autonómicos. Después aparecen los borradores de la Lomce. Es un punto de inflexión porque no estábamos de acuerdo con las decisiones que se estaban tomando en materia educativa.
Al principio las reuniones eran de profesores de universidad, asociaciones educativas, profesionales de diferentes niveles.
Nos reunimos bajo el compromiso por la mejora del sistema educativo. Queríamos dar argumentos, puntos de vista, análisis de cuestiones que afectaban al sistema y, sobre todo, a elaborar alternativas. De ahí salió el primer documento, el manifiesto Escuela pública de todos y para todos que se publicó en Morata.
A lo largo de estos 10 años hemos ido constituyendo un foro de discusión, debate dentro de las divergencias que tenemos entre nosotros. Nos une lo que podríamos llamar, entre comillas, “progresismo”, es decir, luchar por el cambio y la mejora.
Rodrigo J. García
El Foro ha tenido como centro las políticas educativas, es decir, el conjunto de regulaciones y prácticas no solo educativas y sociales que determinaba un modelo de relación entre la ciudadanía y un modelo educativo determinado. Retomando lo que decía Paco sobre los borradores de la Lomce, como sabéis aparecía ese primer borrador con un discurso tan economicista que era escandaloso. Esos primeros borradores, digamos, incitaron a que los profesionales que llevan mucho tiempo pensando y haciendo educación dijeran que había que hacer algo. Esa instrumentalización de la educación con un fin tan espurio y restrictivo, solo para formar cuadros, nos parecía que atentaba contra una tradición que decía que la educación tenía valor per se para formar las mejores personas en el sentido profesional pero también humano, social, ciudadano, etc.
Lo digo por el contexto político entonces, con una mayoría absoluta del PP y luego con una mayoría que tiene que pactar en los últimos momentos del segundo gobierno popular. Este fue el marco donde nace el Foro de Sevilla. Siempre ha estado unido a políticas educativa, y a un discurso sobre cómo se hacen estas, con la participación de la ciudadanía.
Juana M. Sancho
Cuando Carmen Rodríguez me invitó a esa primera reunión en Sevilla, lo que me dijo me interpeló mucho porque para mí, siempre, la educación tiene que ver con las personas y las sociedades. Lo que me gustó es que en la primera reunión hubiera personas de los diferentes niveles, por decirlo así, o nodos, que para mí son nodos (para mí, el sistema educativo es una red o no es). Siempre me interpela mucho la distancia entre la política y la práctica, lo fácil que es poner cosas en papel y lo difícil que es transformar las realidades y los contextos. Esta tensión me apasiona: ver cómo conectamos con las prácticas desde las propuestas políticas. Es lo que más me interesa.
Francesc Imbernón
La Lomce fue punto de inflexión, era una amenaza para la escuela pública. Y uno de los puntos importantes del Foro es la defensa de la escuela pública. La defendemos totalmente y más ahora.
Al aprobar la Lomce pensamos que tenemos que reflexionar y proponer. Entonces comenzamos a construir grupos de trabajo en torno a temas nucleares que la Lomce ataca: derecho a la educación, currículo, el profesorado, universidad… en ese momento tenemos la conciencia, como otros grupos, de unirnos contra la lomce y sus políticas. Ahora tenemos que prepararnos para lo que nos puede venir.
Todo esto coincide con el compromiso de los partidos políticos, 17 de julio de 2013, para derogar la Lomce cuando el PP pierda la mayoría. Pero derogarla supone que necesitamos una ley alternativa.
Empezamos a trabajar en jornadas, mesas redondas… en la búsqueda de este nuevo modelo educativo que todavía estamos intentando. Creemos que es importante crear opinión haciendo escritos, llamando a la gente para hacerle ver que necesitamos un cambio en el modelo educativo.
Digamos que el Foro tampoco está muy contento con la ley actual, que no reúne los requisitos que consideramos. En el fondo, la utopía es un camino que seguimos aunque ella se vaya alejando. Continuamos trabajando.
Nos planifican la vida escolar desde organismos internacionales con intereses propios. Y establecen una política muy dirigida y con un control muy burocrático que encorseta la vida de los centros
Hablando de la necesidad de cambio y de que la Lomloe no es la ley que hubiera escrito el Foro. ¿Qué es lo que menos os gusta de la ley o de su desarrollo?
Rodrigo J. García
Desde el Foro elaboramos un Documento de bases que planteaba toda una regulación de un sistema que fuera coherente con un modelo de escuela pública laica, democrática y de todos. No solo era un discurso de esto no me gusta. Hicimos un documento con más de 22 asociaciones, colectivos, partidos políticos, sindicatos, familias y estudiantes… Fue un trabajo enorme y coherente con la idea de que una política que no es pública, es decir, que esté hecha por el público, no es una política legítima. Si es de todos, tiene que hacerse con todos. Es más costosa, claro. Lo más rápido es hacer una norma y con ella prescribir un cierto juicio aparentemente experto (no existe ninguno que no esté contaminado ideológicamente). Eso de que las cosas son técnicas y neutrales es hablar por hablar.
Elaboramos una norma con todas esas entidades: movimientos de distinta tendencia política, aunque no contamos con la derecha, que apoyaba la Lomce. La idea no era hacer un buen texto, sino hacer un texto de todos y para todos. Cualquier norma reguladora, y más en el ámbito educativo, o se construye entre todos o será “porque yo lo consigo por mayoría parlamentaria”, pero cuando llegue el otro partido, la cambiará.
Con la Lomloe hay un elemento sustancial: apuesta por lo público pero deja muchas puertas abiertas. Lo vemos en su concreción en las CCAA. Decimos una escuela laica y es verdad que la religión cuenta menos, pero sigue estando. Decimos una escuela pública, pero en algunas comunidades la concertación está más inflada que nunca. Decimos que es una escuela para la cudadanía, pero nos dotamos de un currículo que es una ingeniería de planificación, no es un currículo en el que se reconozca la gran tradición del sistema educativo o la reflexión pedagógica de este país… Se olvidan de la tradición republicana, de la escuela vinculada al entorno y aparece un discurso que tiene mucho de valioso pero que, al mismo tiempo, tiene un caparazón burocrático enorme y nos mete en una ingeniería planificadora generada por unos organismos que no son el ministerio de Educación, tipo la OCDE, el Banco Mundial. Nos planifican la vida escolar desde organismos internacionales con intereses propios. Y establecen una política muy dirigida y con un control muy burocrático que encorseta la vida de los centros y los elementos positivos que incorpora se rompen con la tensión que genera, con su terminología o su planificación racionalista, etc.
Hay muchos avances en educación infantil, en el tema de la titulación o la FP básica, no digo que no. Pero hay elementos troncales que han hecho aguas.
Juana M. Sancho
Como yo empecé en la escuela fue antes de la EGB, he vivido muchas leyes. Nos encontramos una vez más con que es difícil que una ley educativa vehicule nuestros ideales, nuestra visión de la educación, nuestras visiones políticas (que no partidistas). Es difícil que todo esto se vea reflejado en una ley. Ha vuelto a verse con la Lomloe.
Lo que a mí me preocupa, como ciudadana, educadora y parte del Foro de Sevilla es esta incapacidad de aprender, como sociedades, y de planificar juntos. Viene alguien ycambia la ley, y viene alguien y cambia la ley…
Yo recuerdo siempre a Mayor Zaragoza que explicó que, cuando fue ministro de Educación quiso cambiar la enseñanza secundaria pero antes de hacerlo, leyó qué había pasado antes que él. Y se dio cuenta de que en los últimos años había habido muchas modificaciones y pensó que al sistema educativo no le daba tiempo: a los docentes, a las estructuras, a los formadores… todo esto es imposible transformarlo si vamos cambiando una ley detrás de otra. Ahora está la Lomloe, ¿hasta cuándo?
Si un docente no sabe cómo propiciar una situación de aprendizaje es un problema
La distancia entre la práctica y el papel es enorme. El otro día una persona hacía un chiste en Twitter: “Doctor, no sé lo que es una situación de aprendizaje, ¿tengo un problema?”. Y pensé que sí, que si un docente no sabe cómo propiciar una situación de aprendizaje es un problema. El problema está en la formación del profesorado… Las leyes nos dan marcos, pero la realidad va por muchos lugares que sobrepasan las leyes. Mi sugerencia es que tenemos que pensar más globalmente, no solo centrarnos en las leyes aunque sean importantes porque nos enmarcan.
Y lo que decía Rodrigo sobre los organismos internacionales. Lo que se está haciendo ahora con los Next Generation y con la digitalización de la educación me pone los pelos de punta. Digitalización de la educación. Esto va más allá de la ley y no lo hemos discutido en el Foro todavía, pero es el aterrizaje de las multinacionales (que ya lo estaban haciendo) en la educación y sobrepasa todos estos marcos.
Francesc Imbernón
Tenemos que denunciar lo que no nos gusta y anunciar alternativas, que es lo que hemos hecho en nuestros documentos.
Pero fíjate qué paradoja que ahora, algunos de nosotros, a través de las redes sociales, tenemos que defender la Lomloe porque ha habido un movimiento regresivo, de crítica, cualquiera que esté en Twitter lo puede ver, no ya del aprendizaje. La Lomloe no es la ley que desearíamos, pero una cuestión son los movimientos políticos, los movimientos sociales o educativos y la política real.
Lo que nos da fuerza para seguir luchando es la profundización democrática. No recuperar estigmas del pasado que es lo que vemos hoy en redes sociales. La gente dice que llevamos siete leyes educativas y que esta es una más pero hagamos lo mismo, porque no pasa nada.
Nosotros luchamos por principios de igualdad, laicidad, autonomía, participación democrática… pero, sobre todo, el derecho a la educación de todos en centros de titularidad pública. Hasta hemos elaborado documentos en los que pedíamos al Gobierno unos años para pasar de concertada a pública. Esto también está en el Documento de bases.
Hay algo que defendemos y que es posible que nunca se logre en este país que es el de las dos Españas de Machado, el que la educación nazca de un acuerdo político y social. Ya se intentó durante el gobierno del PSOE. No tenemos estabilidad en el sistema y esto que está pasando con el profesorado es porque no hay esta estabilidad.
La educación no puede basarse solamente en pactos políticos de despachos, pasillos o en ciertos movimientos.
Luchamos todavía contra las desigualdades de las políticas de los recortes del 2012, por poner una fecha. No hemos podido revertir los recortes. Hay un tema fundamental que ha señalado Juana, la formación docente. Los partidos están divididos por esos temas. El currículo ha sido, creo, precipitado, desordenado y un poco el de siempre, como si fuera la Enciclopedia Álvarez. Sobre el profesorado hicimos una mesa redonda en Madrid en la que estaba una representante del parlamento madrileño.
La educación no puede basarse solamente en pactos políticos de despachos, pasillos o en ciertos movimientos
Ahora nos sacan 24 propuestas, no se discute, no concretamos nada y no sabemos qué hacer. Las facultades de Educación están en crisis porque no saben cómo tomar el cambio curricular, la formación permanente está desapareciendo en muchos lugares, no se regula desde el Gobierno. La Lomloe establece unos criterios normativos que tampoco ayudan al profesorado.
El Foro tiene un compromiso de avanzar a lo que puede pasar. No podemos ser reactivos aunque lo hayamos sido en un momento dado. Tenemos que ser más proactivos y ahí, lo apuntaba Juana, hay temas como la digitalización u otros. Han sido 10 años muy intensos, de mucho trabajo.
Os quería preguntar por el balance que hacéis de este trabajo ingente que habéis hecho. ¿Cuánto impacto o discusión ha podido generar vuestro trabajo?
Juana M. Sancho
No tengo evidencias de lo que hayan podido suponer las aportaciones del foro. Se me hace difícil también por la ingente cantidad de información y de grupos que hablan de muchos temas. Nos podíamos plantear la manera de conectarnos. Pero no tengo evidencias sobre si las ideas o propuestas han impulsado diferentes temas. Es verdad que desde el Ministerio nos han llamado en diversas ocasiones en las que han participado algunos de los miembros, de manera que resonancia política tiene.
Francesc Imbernón
Yo lo valoro positivamente. Son 10 años, que no es nada. Nacimos para analizar problemas de la realidad educativa del país y dar alternativas a las políticas educativas dominantes. Hemos estado en muchos lugares para hablar de nuestras propuestas, hemos publicado en diferentes revistas. Cada cual se ha ido impregnando de ser miembro del grupo y esto nos ha dado cierto carácter. La lectura que hago es positiva sobre lo mucho que se ha trabajado en este tiempo. Hemos aportado nuestro granito de arena. Que esto hace cambiar la educación del país, bueno, es un paso más que continuaremos haciendo.
Creo que hemos hecho cambiar algunas cosas. Esto de crear estados de opinión lo hemos ido consiguiendo. Hay muchos movimientos y grupos y algunos participan con nosotros.
Ha sido un trabajo ingente de todas y todos de crear mucha opinión.
Rodrigo J. García
Podríamos distinguir qué influencia ha tenido en el público en general. Hay una cierta tibieza pero se incorpora con cierta familiaridad que hay un discurso avalado en una serie de documentos. Lo mismo que existe referencias a los MRP o a una fundación, se habla del Foro de Sevilla porque hemos participado en el debate con muchos de estos grupos como Save the Children, Oxfam, Fundación Cotec… En ningún sitio se nos han considerado enemigos. Podemos no estar de acuerdo, pero a todos los sitios hemos sido invitados porque aportamos. Se nos tiene en cuenta. Incluso grupos no muy afines, que no voy a nombrar, nos han invitado a hablar en sus páginas. Un indicador de que no somos enemigos, aunque seamos divergentes en nuestras opiniones, es el hecho de que se nos invita.
El discurso que defendemos lo defendemos con cierta radicalidad teórica, tenemos los conceptos muy claros, lo cual no significa que no estemos dispuestos a escuchar
El discurso que defendemos lo defendemos con cierta radicalidad teórica, tenemos los conceptos muy claros, lo cual no significa que no estemos dispuestos a escuchar y, la mismo tiempo, a cambiar en aquello que consideremos razonable, o útil en algún momento. Hemos entrado a formar parte, en este ámbito más público de ciudadanía y profesional, somos uno más.
Nuestra influencia creo que es importante en Marea Verde y su liderazgo en Madrid. El movimiento ha encontrado mucha referencia teórica a lo que han defendido de forma más intuitiva. Encontró en el Foro respaldo y discurso que dejamos gustosamente que se utilizara. Hubo algún momento en el que potenciamos Redes, esos más de 20 colectivos que elaboraron un Documento de Bases que generó algo más estable, y que sigue existiendo: su comisión permanente.
En el ámbito más de partidos o influencia en la toma de decisiones creo que ha sido bastante. Hemos sido escuchados, por ejemplo, por Podemos, también con el PSOE. Desde el Ministerio se nos ha convocado y escuchado. También hemos estado en el Congreso con reuniones específicas con los partidos políticos, en mesas redondas. Hemos tenido influencia relevante a nivel político.
Y, luego, como grupo, hemos crecido profesionalmente en la medida en que las y los integrantes son personas con un gran recorrido, con mucha reflexión y conocimiento. Y cualquier documento nos enriquece como grupo en nuestro pensamiento. Algunos documentos son de una riqueza tremenda.
No tenemos un barómetro que nos mida, pero podemos estar satisfechos. Sobre todo porque no hemos tirado la toalla en momentos en los que había un desierto. Y ahora, que no es que esté lloviendo tampoco, creo que tendremos que dar el relevo, aunque cuesta, pero lo intentamos. Pienso en grupos como DIME. Aunque sería interesante que no hiciéramos las guerras por nuestra cuenta y podríamos pensar en unir DIME, Redes, el Foro de Sevilla… pero bueno.
También hemos influido en algunos de los programas de los partidos políticos porque algunos de los miembros participamos en su elaboración, como en el de Podemos, o ahora en el de Sumar. Todo esto se puede contar como influencia.
No hemos tirado la toalla en momentos en los que había un desierto
Francesc Imbernón
Pero necesitamos gente más joven. Es algo que vamos consiguiendo poco: hacer un cambio de personas sin perder las referencias.
De cara a las elecciones, decidimos trabajar aspectos que nos avancen al futuro, ideas nuevas para hacer un nuevo manifiesto, convocar a reuniones. Intentamos animarnos nosotros y a las demás personas. Que nos hagan caso o no es otra cosa. Somos un movimiento, no un partido y hacemos lo posible.
Ahora es un punto de inflexión importante, como el tercero: primero fue la Lomce, luego la Lomloe y ahora, el tercero, conseguir relevo generacional y nuevas ideas para el futuro.
No es poca cosa, las renovaciones suelen ser complicadas…
Francesc Imbernón
Hace años que lo intentamos y ahora lo empezamos a conseguir. Quizá sea porque la gente piense que el Foro es de “eminentes intelectuales”, cosa que no es cierta. Como dice Pepe Gimeno, “no soy un teórico, soy un práctico teórico”. Ahora han ido entrando persona que llegarán a ser la sucesión del trabajo, los referentes del futuro. Y esto se ha de decir, la mayoría de los referentes pedagógicos del país están en el Foro, se ha de reconocer.
Rodrigo J. García
Es curioso que en los debates de los últimos meses no se haya señalado al Foro de Sevilla como pedabobos o cosas parecidas. He estado en algunas de las reuniones de pedagogos y antipedagogos, con Ignacio Rivas. Pero no nos tienen asignados ahí, por suerte.
Nosotros pensamos que la educación no es, ni mucho menos, de pedagogos. Lo es de pedagogos y de trabajadores sociales, psicólogos, sociólogos, etc. Somos los mejores defensores del trabajo en el ámbito social, de la psicología comunitaria… No es cuestión de una profesión.
¿Por qué creéis que se ha dado esta confrontación tan dura entre sectores de la educación en las redes sociales y también en los medios?
Juana M. Sancho
Para mí, en esta discusión no solo educativa sino política, hay un sustrato paupérrimo. Cuando tienes que utilizar adjetivos, no utilizas razonamientos. Podría un reto a los educadores, a los profesores, pedagogos… les propondría que no utilizaran adjetivos calificativos, que expusiesen sus razones, sus argumentos pero que no acabasen con un adjetivo. Cuando se pone la etiqueta se acaba el pensamiento. Y para mí es un problema grave este.
Por otra parte, hay gente muy inquieta porque estamos en un mundo que no entienden, nos sobrepasa, está fuera de nuestro control. No sabemos dónde están los estudiantes, las personas, hay muchos foros, todo el mundo sabe de todo. Y es un momento muy “histérico”. Por eso propondría a las personas que nos suponemos como pensantes que no utilizásemos adjetivos, sino razonamientos, argumentos y evidencias. Utiliza fundamentos, pero no pongas etiquetas porque demuestran una falta total de pensamiento racional.
Yo aprendo de la discrepancia. Escucha y luego argumenta. A mí hay cosas que no me interpelan. Que me llamen lo que quieran, no es problema mío. Para mí el principio de esa “histeria colectiva” está en un mundo que no entendemos.
Francesc Imbernón
Creo que hay diferentes variables. Una es la covid, que paraliza, la gente entra en la virtualidad y se generan muchos problemas. Se esperaba una nueva realidad y esta ha sido la de siempre. Creíamos que la covid nos iba a traer una nueva manera de pensar la educación, pero la gente ha vuelto a las aulas y se encuentra peor.
También está la Lomloe, que desencadena angustias e inquietudes, sobre todo la parte terminológica (no tanto la parte conceptual), pero se confunden. También nosotros hemos criticado a los gurús. Hay que diferencias entre algunas prácticas de innovación y otra cosa es el gurú. Aquí interviene la variable de que la educación es un negocio.
Es verdad que hay mucha información, desconcierto e incertidumbre. Porque el profesorado recibe formaciones variadas, muchas de ellas de gurús que intentan vender un producto determinado pensando que es la verdad educativa. Mil cosas que desorientan a la gente y la hacen ponerse a la defensiva y criticar todo para volver a lo básico.
Y pasa que personas con pensamiento progresista defienden a lo básico. Creo que se equivoca el tiro. No hay que ir en contra de quienes intentan cambiar la educación, sino de quienes intentan vender la educación.
El debate también está centrado en la secundaria que, en este país, ha sido siempre uno de los problemas. También algo de universidad, pero esto ha pasado siempre. Pienso que todo esto se calmará.
Rodrigo J. García
Creo que habéis planteado los asuntos fundamentales: la confusión, la incertidumbre y algunas salidas que se están produciendo. Esto no es baladí. Acordaos de las resistencias que tuvo la Logse en secundaria, de lo que fue el decreto de humanidades entonces y la bajada de contenidos y las acusasiones de andar buscando el aprobado de todos. Aquello se enquistó. Cuando empieza la Logse, a los pocos años ya se habla de la bajada de nivel, que aquí aprueba todo el mundo.
Con los años vino la Lomce que, creo, satisfacía un currículo más al uso, más académico y calmó una cierta reacción en ámbitos de la secundaria, aunque hiciéramos en su momento una alternativa en el Documento de Bases. La Lomce supone una cierta calma y aunque trajo ya las competencias, no hubo un desarrollo real porque la vida de la escuela iba por su camino y los desarrollos curriculares no tenían nada que ver con las competencias.
Lo malo es que se cree que todo lo que la Logse hizo tenía que ver con expertos, gurús, en teoría, pedagogos. Pero la hicieron psicólogos cognitivistas y demás, no eran pedagogos.
Cuando llega la Lomloe y se habla de situaciones de aprendizaje, de saberes relevantes, de competencias específicas y tal, se señala a los pedagogos. Pero cuando tú observas el Documento de Bases o el discurso de Gimeno Sacristán que es todo un referente para nosotros, critica duramente las competencias porque son una visión y una estructura determinadas que puede tener elementos buenos pero que también se deben a unas lógicas que no son las educativas. Pero se asocia que la reforma es de los pedagogos. ¡Pero si no ha habido ninguno haciéndola! En los currículos había muchos profesores, ninguno pedagogo.
El discurso de que los pedagogos no han visto un niños ni una escuela ya está obsoleto, pero vuelve
Francesc Imbernón
El tema ya aparece con el Manifiesto antipedagógico, que lanza el concepto y señala a los pedagogos de la universidad “que no han visto un niño ni una escuela”. Este discurso ya está obsoleto, pero vuelve.
Rodrigo J. García
Arranca de esa tradición y vuelve a revitalizarse y asegura que todo es traído y defendido por los pedagogos, en virtud a que se asocia la reforma a una bajada de contenidos, a que se centra en el sujeto y no solo en el objeto del conocimiento, en el niño, se dice que no hay esfuerzo. Se mezcla todo eso. Todo esto en un ambiente de incertidumbre.
Cuando hay un grupo que se siente reforzado en una misma lógica, se mantiene en ella, no hay una escucha, la plaza pública se rompe y se trocea en miles de pequeños grupúsculos que están todo el día dándose la razón, para evitación de los males que genera esa incertidumbre.
Quería preguntaros por el futuro. Mirando un poco más allá de la ley, ¿qué os planteáis en el horizonte del Foro?
Francesc Imbernón
Ahora estamos trabajando unas jornadas, en Valencia, en las que rendiremos homenaje a Pepe Gimeno. Queremos presentar un nuevo manifiesto que recoge algunas nuevas ideas. No todo el mundo coincide, pero después de 10 años lo estamos trabajando. Abrimos el abanico a los movimientos sociales y que pueda ser un poco más internacional.
Otra idea es hacer un congreso o jornadas de debate en 2024, antes de las elecciones generales, para plantear ideas para la educación futura. Estas son algunas de las ideas que han surgido últimamente.
En marzo-abril será la convocatoria en Valencia. Trabajar un nuevo manifiesto y, después, el congreso para hablar de la educación que vendrá. Todo esto saliendo un poco de nuestros límites para abrirnos más al tema social.
Juana M. Sancho
Yo, como he dicho en el Foro, es necesario que para el manifiesto participen muchísimas personas y no un grupo pequeño. Uno de nuestros retos es implicar a personas ajenas al foro para que lo firmen y colaboren.
Las jornadas pueden ser un momento de reflexión para analizar el momento en el que estamos, que es fundamental. Es un momento con muchas capas que hay que tener en cuenta. Vamos demasiado a un solo foco y perdemos el fuera de campo. Si conseguimos hacer un congreso internacional, sería muy positivo. Propondría que abramos el foco, porque el sistema educativo es tremendamente complejo en sus niveles macro, meso y micro. Como decía Foucault de que los sistemas educativos son dispositivos en los que intervienen muchos discursos y acciones.
Tenemos unos retos fantásticos y espero que los abordaremos de la mejor manera posible y aportaremos, como siempre, el máximo de ideas y propuestas.
Rodrigo J. García
Solo añadir la posibilidad de revitalizar las redes. Los movimiento que haya tienen que participar, los profesores también… tenemos una fuerza limitada, pero la idea es abrir. La vocación del Foro no es recibir el protagonismo, sino poner las condiciones para que adquieran el protagonismo los demás: la ciudadanía, los movimientos, los colectivos, etc. y que el Foro sea una herramienta utilizada para unos fines que consideremos que son ajustados, buenos y ajustados a una escuela más justa, pública, de todos, etc.
Y hay un objetivo, que señalaba Juana y que es complicado: acercar el dicho al hecho. En el Foro tenemos cierta facilidad a los dichos, comprometidos y fundamentados, sí; sabemos argumentar el discurso, pero la práctica se separa cada vez más por la convergencia de discursos y la complejidad de la realidad. Eso es un reto latente en todos nosotros.
Por eso decimos que una transformación educativa que no parte de abajo ya ha creado fractura. No todo lo que pasa en los centros es un elemento de referencia para la generalización, pero hay que partir de un profundo respeto a la escucha. Esto es complicado y se trata años.
Juana M. Sancho
Sigo en contacto con escuelas primarias y secundarias y les importa poco lo que hemos hablado aquí. Tienen problemas reales de llegar cada día, encontrarse a chicas y chicos en situaciones muy diferentes, familias, falta de recursos, etc. Las escuelas con las que trabajo tienen a personas que piensan, que leen, pero van desbordadas. Me gustaría que pudiéramos trabajar juntos, conectando más la teoría y la práctica. No podemos quedarnos solo en las cuestiones políticas y sí acercarnos más a la práctica.
1 comentario
No es que el discurso de que «los pedagogos no han visto a un niño ni una escuela», es que no se ha ido, en modo alguno es obsoleto, porque en buena parte es cierto, aunque sea una generalización injusta. Pueda que sea un tópico, pero con gran parte de verdad. Y eso es así como ocurre con quienes hablan, escriben y pontifican de ciertas minorías étnicas, o del medio rural o suburbano, etc., porque no los conocen bien, no están con ellos o allí, solo de oídas o en los libros. Es como afirmar que la escuela ha de estar inserta en el entorno y después el profesorado no está allí, solo queda el edificio abandonado por las tardes en ese entorno. Entonces, ¿de qué estamos hablando? Los pedagogos -no todos, claro- viven de un tinglado organizado entre ellos, leyéndose y copiándose unos a otros, pero sin compromiso auténtico con lo que se cuece realmente en los centros, en las familias, en los pueblos, barrios, etc. La misión del docente es , además de enseñar, «acompañar» al alumno en el proceso de su formación, y hoy día los docentes, salvo excepciones, viven en otro mundo, distinto y alejado del de su alumnado. Así que, de obsoleto, nada; aunque haya quienes lo utilicen interesadamente, como piedra arrojadiza sin mejores argumentos. Es, por el contrario, una asignatura pendiente.