Desarrollo educativo y la narrativa edTech
En un mundo donde la tecnología y la educación se relaciona cada vez más, es crucial comprender la diferencia entre usar tecnología en la educación e integrar la tecnología para el desarrollo educativo. Esta relación entre las tecnologías especialmente desarrolladas para su uso en educación (y tal vez no como su integración) se puede identificar con el anglicismo «EdTech». Un término cada vez más común en la literatura especializada y general. Muchas veces, el enfoque EdTech se inclina más hacia los aspectos tecnológicos que hacia las condiciones, aplicaciones e impactos educativos reales. Un informe reciente de la UNESCO revela que la mayoría de las innovaciones en EdTech se centran más en la novedad tecnológica que en su potencial educativo. Esto se debe, en parte, a que el concepto de ‘EdTech’ está profundamente arraigado en el mundo empresarial, al rendimiento, incluyendo startups y financiación de capital riesgo.
Visto lo anterior, el dilema está servido: ¿Las EdTech favorecen el desarrollo humano y la reducción de desigualdades, o atienden más bien a promesas cuyo fin último es el de un modelo de negocio?
Parece necesario adoptar una perspectiva crítica que, sin detener el progreso tecnológico, busque abrazar un enfoque holístico y ético. Para ello, es importante analizar tanto la narrativa oficial, como la no oficial, sobre la tecnología y entender cómo funciona e impacta en el quehacer educativo. Esa narrativa se constituye, podríamos decir, como una suerte de “mito”, ligada a lo que sin mediar una consideración racional, nos atrae y nos convence. Una parte de esa narrativa goza de mucha popularidad, pero se construye sin respaldo teórico y científico sólido y se diseña sobre todo en base a las bondades de la oferta tecnológica. Esta narrativa puede caracterizarse como mitos edTech y forma parte del imaginario pedagógico sobre la tecnología.
Los mitos son, de hecho, una parte integral de nuestra cultura y ayudan a dar sentido a nuestras vidas en distintos momentos de la civilización y en diversos aspectos de la vida. En la investigación lingüística y semiótica del siglo XX, se dio lugar a la comprensión de los mitos contemporáneos como narrativas manipuladas por los medios de comunicación para favorecer ciertas estructuras de poder, interés o posturas políticas. Los mitos son complejos, pero como dice Campbell, estos son instrumentos para interpretar la realidad ya que forman parte de los dilemas de la propia existencia humana
Un elemento clave en este análisis es esclarecer cuáles son los mitos de EdTech. Estudiarlos para entender su impacto en los comportamientos, preferencias, imaginarios del profesorado y el estudiantado, de las familias y de los formuladores de políticas parece crucial, pues es esta la via maestra que nos podría conducir a tomar decisiones fundamentadas sobre necesidades genuinas, más bien que en…¡construcciones míticas!
En efecto, la relación entre educación y tecnología, en el marco de la narrativa “mítica” EdTech, a menudo se presenta excesivamente optimista. La tecnología es vista como la solución universal, la palanca de Arquimides, que se basta por sí sola para resolver los problemas educativos sin cuestionar los factores que acompañan una explicación cabal del aprendizaje. Y como esa narrativa se asocia a específicos “focos” de significado, es decir, mitos que frecuentemente favorecen intereses comerciales y presentan la tecnología como algo neutral y eficiente, ignorando el contexto, los propósitos y los efectos adversos, nuestra propuesta se centra especialmente en revisar críticamente esos mitos. Nuestro enfoque resuena en la idea que no se trata solo de añadir nuevas herramientas a las aulas, sino de comprender cómo pueden mejorar efectivamente la enseñanza y el aprendizaje y esto supone también atender las ideas, visiones o expectativas con las que se integra la tecnología en educación .
Mitos edTech como objeto de estudio
En la educación actual, cada concepto de EdTech está enmarcado en teorías epistemológicas y ontológicas que influencian el aprendizaje a nivel individual y social. Bajo esta línea, Ornellas y Sancho han propuesto desmitificar la percepción exagerada sobre el poder de la tecnología digital en educación mediante una pedagogía crítica. Selwyn et al. plantean la importancia de cuestionar los valores educativos inherentes a la tecnología educativa, además de defender que no todo debe ser necesariamente digital. Además, Esta perspectiva se ha desarrollado en un contexto de visión crítica sobre la tecnología como un fenómeno social. Por ejemplo, Fischer alertaba sobre el ciberprimitivismo, mientras que van Dijk en años recientes señalaba los riesgos de la plataformización, del almacenamiento de datos y el uso opaco de Big Data. En la misma línea de acción crítica, Zuboff introdujo el término ‘capitalismo de vigilancia’ para justamente describir y denunciar el impacto de las tecnologías extractivas en la sociedad. Estos estudios revelan que el desarrollo tecnológico no implica automáticamente bienestar social o educativo. La tecnología digital, lejos de ser un simple instrumento, está entrelazada con la sociedad y la educación.
Por tanto, partimos de un enfoque que critica el ‘determinismo tecnológico’, término popularizado por Marshal McLuhan en los años 60, y busca deconstruir mitos asociados a la tecnología, enfocándose en las complejas relaciones causa-efecto entre tecnología y educación. De hecho, quienes escribimos este artículo realizamos recientemente un ejercicio investigativo que nos llevó a identificar y analizar cinco mitos edTech, que presentamos y proponemos como parte de una agenda del trabajo pedagógico crítico. Estos son:
- Mito edTech 1. «La bala de plata». La tecnología digital resolverá los problemas educativos. Se trata de la suposición de una relación directa de causa y efecto con la tecnología digital. Esta no es una solución mágica para los problemas educativos. Si bien es una herramienta clave en la sociedad del conocimiento, como señala Buckingham, pensar que por sí sola generará un avance educativo significativo es insostenible. Los procesos educativos son multidimensionales y sustancialmente complejos, y no pueden reducirse a una sola variable.
- Mito edtech 2. «Natividad digital». La competencia digital es una extensión del uso. Aquí se presupone que la mera exposición a la tecnología garantiza su uso efectivo. Contrario a la creencia de la ‘natividad digital’, la proximidad a la tecnología no implica automáticamente habilidades digitales para un uso seguro, ético y productivo.
- Mito edtech 3. «La neutralidad de la evidencia». Se encuentra suficiente apoyo científico en el uso de la tecnología digital. Aquí se plantea cómo la investigación en tecnologías educativas a menudo refleja intereses comerciales o institucionales, careciendo de metodologías sólidas y transparentes, lo que cuestiona la transferibilidad y contextualización efectiva de sus resultados.
- Mito edtech 4. «Materialismo pedagógico». Internet es material educativo añadido al aula. En este mito, se sostiene que usar Internet en educación va más allá de considerarlo un simple artefacto; implica habitar un entorno de acción y representación, abriendo el análisis a aspectos como legitimación, apropiación, cultura, innovación e identidad, desafiando la investigación y política educativa.
- Mito edtech 5. «Sin tecnología no hay paraíso». La tecnología digital garantiza un futuro socioeducativo mejor. Aquí, se critica la confianza excesiva en el potencial de las tecnologías digitales, destacando que la influencia de BigTech en definir problemas y soluciones educativas surge de la ineficiencia administrativa y la falta de capacidad técnica de la administración pública.
Deconstruir mitos EdTech para dar sentido a nuestra acción educativa
El proceso de desmitificar EdTech es crucial para dar un sentido más profundo a la acción educativa, más allá de la simple incorporación de tecnología. Esta desmitificación no solo implica desafiar la narrativa sesgada que rodea a los mitos de EdTech, sino también reconocer que la transformación educativa es una cuestión mucho más profunda que la mera adopción de nuevas herramientas tecnológicas. Como señala Suárez-Guerrero, únicamente un debate técnico, ni mucho menos, sino también un debate crítico y una mirada contextual más profunda que permita analizar sus grandes oportunidades, también sus dilemas y mitos en la construcción del aprendizaje, así como de la propia humanidad mediada por la tecnología. Por ello es fundamental clarificar el papel real de la tecnología dentro del contexto educativo, actualmente oscurecido por estos mitos, e iniciar un debate pedagógico crítico que recupere la visión teleológica de la educación, enfocándose no como un proyecto tecnológico, sino como un proyecto humano
Desmontar estas falacias mediante pruebas y argumentos nos permite comprender la tecnología en la educación en toda su complejidad, con sus ventajas y dilemas. Adentrarse en el análisis de estos y otros mitos digitales es explorar el mundo simbólico que moldea las prácticas de enseñanza y aprendizaje combinadas con la tecnología. En diversos estudios se afirma que las creencias construidas a partir de la observación y la deducción son fundamentales para el uso y apropiación de la tecnología en la educación. Al examinar los cinco mitos de EdTech, reconocemos cómo se basan en una visión determinista de la tecnología, una perspectiva que debe ser cuestionada y reelaborada en todos los ámbitos educativos.
La tecnología en educación (EdTech) debe ser comprendida y revelada en su totalidad. No se trata simplemente de un instrumento en las aulas, sino un elemento con múltiples implicaciones para educadores y estudiantes. Como subraya Raffaghelli, esto implica desarrollar alfabetizaciones que permitan a las personas adoptar una postura crítica y consciente sobre cómo la tecnología influye en sus posibilidades de agencia y emancipación.
En palabras de Goetz, la idea de educación es algo de mayor importancia que la descarga acrítica de la última aplicación basada en una idea popular de sus virtudes. Por ello, queda abierto el espacio no sólo para reconocer otros mitos EdTech, sino, a partir de ellos, configurar una agenda educativa dotada de principios de acción y procesamiento crítico dentro de la relación entre educación y tecnología.
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Este artículo ofrece una perspectiva valiosa y crítica sobre la relación entre la tecnología educativa (EdTech) y el desarrollo humano. La propuesta de desmitificar conceptos arraigados en la narrativa actual es acertada, especialmente al destacar la tendencia de muchos enfoques de EdTech a centrarse en la tecnología en lugar de la mejora educativa real. La identificación y refutación de cinco mitos específicos proporciona una base sólida para cuestionar percepciones comunes, como la creencia en que la tecnología resolverá automáticamente los problemas educativos.