Contradicciones del sistema educativo
A las instituciones les ocurre lo mismo que a las personas, que tienen sus contradicciones internas. El sistema educativo y la educación mediática no son una excepción. En la actualidad tanto el sistema educativo como la educación mediática mantienen una actitud obsesiva en la lucha contra la desinformación, pero paradójicamente están potenciando la desinformación en un ámbito tan capital como el del conocimiento de uno mismo.
Veintinueve siglos después de que el oráculo de Delfos instituyera el conocimiento de uno mismo como el principio de la sabiduría y la base de todo conocimiento, el psicólogo social Timothy D. Wilson (2002) asegura que somos unos desconocidos para nosotros mismos. Si es así, el sistema educativo tiene una buena parte de la responsabilidad.
En el sistema educativo y en la educación mediática se está desinformando por omisión y por equívoco
En Alfamed, red interuniversitaria euroamericana de investigación sobre competencia mediática, somos conscientes de que como educadores (mediáticos) formamos parte de este juego de contradicciones. Estamos convencidos de la validez de nuestro trabajo, de que estamos prestando un servicio académico y social, pero también de que nuestras aportaciones son siempre provisionales y necesitan ser sustituidas continuamente por nuevas aportaciones provisionales. Es la única forma de avanzar científicamente y de superar las contradicciones. En la era digital el espíritu de Delfos nos interpela para afrontar esta contradicción.
En el sistema educativo y en la educación mediática se está desinformando por omisión y por equívoco, es decir, en unos casos por no ofrecer unas informaciones que son sustanciales en algún ámbito importante de la vida y en otros por ofrecer unas informaciones que no se adecuan a la realidad.
Para analizar las omisiones y los equívocos del sistema educativo en los párrafos que siguen se ha recurrido a los documentos de la última remodelación del sistema educativo realizada en España el año 2022, la LOMLOE, el Real Decreto por el que se establecen la ordenación y las enseñanzas mínimas de la Educación Primaria y el equivalente de la Educación Secundaria (BOE, 2022).
Para analizar las omisiones y los equívocos de la educación mediática se han analizado los dos currículos más reconocidos en el ámbito hispano, el de Alfabetización mediática e informacional de la UNESCO, Pensar críticamente, hacer clic sabiamente. Ciudadanía alfabetizada en medios e información (Grizzle, A. et al., 2023), traducido a más de 30 idiomas, y el de la red Alfamed, Currículum Alfamed de formación de profesores en educación mediática (Aguaded et al., 2021), que es utilizado como mínimo en los 22 países de Europa, América Latina y el Caribe que conforman la Red Alfamed.
Para detectar las omisiones y los equívocos se contrastan los contenidos ofrecidos (y escamoteados) en estos tres currículos con declaraciones de neurocientíficos y de psicólogos cognitivos en torno a los descubrimientos realizados en las últimas décadas sobre el funcionamiento de la mente.
Omisiones en el conocimiento de uno mismo
Cuando se habla de que somos unos desconocidos para nosotros mismos se hace referencia, en primer lugar, al hecho de que carecemos de informaciones que son sustanciales para la comprensión del funcionamiento de nuestra mente.
Los científicos de la mente hablan, por ejemplo, sobre la importancia del inconsciente. El neurocientífico, Joseph LeDoux, (1999, p. 20) afirma que “Freud tenía razón cuando definió la conciencia como la punta del iceberg mental”. El experto en neuromarketing, Néstor Braidot, (2005, p. 177) lo corrobora diciendo que “en el inconsciente radica una porción mucho mayor de la vida psíquica de la que imaginó Freud”. Y el neurocientífico, David Eagleman, (2013, p. 123) es aún más radical al afirmar que “el yo consciente es el personaje más secundario del cerebro”.
En conexión con la importancia del inconsciente los científicos del cerebro hablan de un circuito cerebral que procesa las informaciones de manera rápida y automática, en interacción con otro circuito que las procesa de manera lenta, consciente y deliberativa (Kahneman, 2012; Manes & Niro, 2021).
La mente queda reducida, pues, a la racionalidad y a la conciencia, a los procesos cognitivos y a los deliberativos. Este reduccionismo es desinformativo
Finalmente, en la elaboración de juicios y en la toma de decisiones distinguen entre el uso de unos mecanismos mentales de carácter cognitivo y el de unos mecanismos basados en estímulos condicionados “conductismo y cognitivismo han jugado durante décadas al todo o nada, manteniéndonos ciegos a la mitad de la mente” (John Bargh, 2018).
¿Qué presencia tienen todos estos contenidos en los tres currículos analizados? En ellos hay algunas referencias al inconsciente, pero son muy escasas y en ningún caso se habla de él como objeto de estudio, como contenido curricular. Por otra parte, se habla en ocasiones de automatismos, pero referidos siempre a procesos tecnológicos, nunca a procesos mentales. Y no hay referencias al conductismo. Se habla siempre desde parámetros cognitivistas.
La mente queda reducida, pues, a la racionalidad y a la conciencia, a los procesos cognitivos y a los deliberativos. Este reduccionismo es desinformativo, porque “la conciencia sólo podrá ser comprendida si se estudian los procesos inconscientes que la hacen posible” (LeDoux, 1999, p. 32). En el mejor de los casos mantenemos a las personas ciegas a la mitad de su mente.
Una última omisión. Hace casi cincuenta años el psicólogo Daniel Kahneman, premio Nobel de economía, descubrió los sesgos cognitivos, entendidos como desviaciones sistemáticas de la racionalidad que afectan nuestras decisiones y juicios y que nos llevan a cometer errores que se podrían evitar porque son previsibles (Kahneman, 2012). Los sesgos cognitivos son, pues, la expresión de una razón limitada y no siempre fiable.
Pues bien, en los currículos analizados se habla de sesgos (por ejemplo, de género), pero muy poco de sesgos cognitivos y, cuando se habla de ellos, se hace referencia a sesgos que habría que identificar en los mensajes mediáticos, no a los que condicionan la mente del usuario cuando evalúa los mensajes.
Equívocos en el conocimiento de uno mismo
Tanto en los currículos analizados como en las revistas especializadas se da por supuesto que el pensamiento crítico es el eje en torno al que ha de girar la educación mediática. Se sitúa la competencia mediática en el ámbito cognitivo: pensamiento crítico, comprensión crítica, análisis crítico. El título de la UNESCO (Grizzle et al, 2023) es significativo: Pensar críticamente, hacer clic sabiamente.
El pensamiento crítico necesita, pues, asociarse con la emoción
Hace treinta años Antonio Damasio (1996) demostró desde la ciencia del cerebro que pensar críticamente no garantiza un comportamiento eficaz. Sin la ayuda de la emoción, el pensamiento es incapaz de incidir en la toma de decisiones.
Estudiando a pacientes con las facultades de comprensión, análisis y lenguaje intactas, pero con daños en la corteza prefrontal ventromedial, que procesa las emociones, Damasio comprobó que eran capaces de elaborar juicios intelectualmente impecables, pero incapaces de pasar a la acción, de tomar decisiones adecuadas ni en cuanto a eficacia ni en cuanto a ética. “Determinados aspectos del proceso de la emoción y del sentimiento son indispensables para la racionalidad” (ídem, p. 10).
El pensamiento crítico necesita, pues, asociarse con la emoción, con el drive, con el impulso que garantiza que el pensamiento se convierta en comportamiento. En síntesis, el pensamiento crítico necesita convertirse en actitud crítica
Por otra parte, si la razón y la emoción se necesitan mutuamente para sacar lo mejor de la persona, es también un equívoco que en la educación mediática se distinga entre mensajes emocionales y mensajes racionales (Grizzle et al, 2023, p. 295). Un razonamiento solo puede convencer a una persona si tiene una carga emocional para ella.
Es un equívoco contraponer lo emocional y lo racional. Si acaso hay que distinguir entre mensajes solo emocionales y mensajes emocionales-racionales, es decir, entre una emoción activada o sustentada por la razón y una emoción basada en un estímulo condicionado, en una asociación arbitraria.
Recuperar el espíritu de Delfos
Cerramos esta reflexión recurriendo de nuevo a las contradicciones del sistema educativo y de la educación mediática. Cuando denunciamos a las plataformas digitales porque están secuestrando la atención de los usuarios, deberíamos tomar conciencia que este secuestro ha sido posible porque gestionan los conocimientos sobre la mente humana extraídos de los descubrimientos de la neurociencia y de los big data, unos conocimientos a los que el sistema educativo y la educación mediática tienen acceso, pero que no asumen ni imparten. Los han dejado en manos del mercado.
En definitiva, en la era digital, Delfos interpela a los educadores (mediáticos). Es contradictorio y lamentable que en plena sociedad del conocimiento las personas abandonen el sistema educativo conociéndolo todo, menos lo más importante, a ellas mismas.
Bibliografía
Aguaded, I; Jaramillo-Dent, D. & Delgado-Ponce, A. (coord.), 2021. Currículum Alfamed de formación de profesores en educación mediática. Octaedro, Barcelona.
BOE, 2022. Real Decreto 157/2022, de 1 de marzo, por el que se establecen la ordenación y las enseñanzas mínimas de la Educación Primaria. https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2022-3296
Braidot, N.P. (2005). Neuromarketing. Neuroeconomía y negocios. Madrid: Puerto Norte-Sur.
Damasio, A. (1996). El error de Descartes. La emoción, la razón y el cerebro humano, Crítica, Grijalbo Mondadori, S.A., Col. Drakontos, Barcelona.
Eagleman, D. (2013). Incógnito. Las vidas secretas del cerebro. Anagrama.
Grizzle, A., Wilson, C., Tuazon, R., Cheung, C. K., Lau, J., Fischer, R., … & Gulston, C. (2023). Pensar críticamente, hacer clic sabiamente. Currículum de Alfabetización Mediática e Informacional para educadores y estudiantes. UNESCO.
Wilson, T. D. (2002). Strangers to Ourselves: Discovering the Adaptive Unconscious. United States: Harvard University Press.