«No sé qué haces aquí si los gitanos no estudian», «gitano de mierda», «no soporto a los gitanos, todos son iguales, son unos arrabaleros», «en un futuro serás chatarrera», «me caes mal, pero tengo que aguantarte». Son algunos de los casos de discriminación o acoso que han vivido en el último año niñas y niños gitanos en centros educativos. Se trata de comentarios que han recibido por parte de compañeras de clase y también de docentes o personal de apoyo.
La Fundación Secretariado Gitano publicó hace unos días su vigésimo informe sobre la discriminación de las personas gitanas. En sus casi 300 páginas de extensión, dedica una parte a los testimonios y casos relacionados con la educación.
A pesar de algunos avances legislativos en estas últimas dos décadas de informes de la FSG, el antigitanismo, la discriminación directamente relacionada con la pertenencia a este pueblo, sigue enraizado en España en muy diversas actividades. Siglos de persecuciones, obviamente, no se solucionan en unos pocos años.
Formación
Niñas, niños y adolescentes, así como sus familias, tienen que escuchar comentarios insultantes relacionados con su pertenencia al pueblo romaní. Es especialmente grave si se tiene en cuenta que en no pocas ocasiones los profiere el profesorado.
«Los gitanos, esta gente rara», “es que los gitanos queréis coger las cosas muy fáciles” son algunos de los comentarios que varias niñas y niños gitanos han tenido que estuchar de profesores o evaluadores en el último año.
Entre las situaciones más violentas que describe el informe de FSG se encuentra la de una profesora que, después de que un niños gitano tirase una tapa al suelo, le quitó la camiseta y la lanzó por la ventana para después agredirle, según se describe en el informe. El caso acabó con el despido de la docente, que estaba haciendo una suplencia.
Pero no son las únicas. El Ayuntamiento de Alicante retiró un cartel de los centros educativos de la ciudad en el que se decía: “Pedirse o casarse NO justifica las faltas de asistencia a clase” en referencia a las niñas y jóvenes gitanas.
Para hacer frente a situaciones de este estilo, FSG aboga por la incorporación de formación específica para el profesorado en antigitanismo tanto al inicio como a lo largo de la carrera.
En dicha formación deberían incorporarse cuestiones como el reconocimiento del antigitanismo como una forma específica de racismo, la identificación de actitudes y comportamientos discriminatorios en espacios educativos, así como el uso de herramientas pedagógicas para fomentar la inclusión y atender la diversidad en el aula.
Concienciación
En el otro lado está el alumnado, las y los compañeros de de las y los gitanos. Además de la formación para el profesorado, es importante concienciar a resto mediante programas de sensibilización centrados en la lucha contra los estereotipos contra el pueblo gitano así como la promoción de los valores como la igualdad, la convivencia y el respeto mutuo.
Como ya se estipula en la legislación, la FSG defiende la necesidad de incluir contenidos sobre la cultura gitana en el currículo educativo para romper con los estereotipos promover el reconocimiento de las constribuciones que el pueblo gitano ha hecho a la historia y a al cultura. Y esto, al mismo tiempo que se fomenta el sentimiento de pertenencia y el respeto hacia la comunidad gitana.
Como recuerdan desde la Fundación, ya existen materiales didácticos elaborados en colaboración con el Ministerio de Educación, FP y Deporte tanto para primaria como para secundaria.
Segregación
Uno de los problemas más habituales relacionados con la discriminación de las niñas y niños gitanos es que suelen terminar en centros considerados gueto, en los que se concentra un alto porcentaje de estudiantes gitanos, en muchos casos, muy por encima del que existe en los barrios en los que se encuentran.
Por eso la FSG aboga por la revisión de las políticas de admisión de alumnos para que se promueva la diversidad en los centros.
También defienden la redacción de un Plan Nacional de Inclusión Educativa y Contra la Segregación Escolar con objetivos como garantizar la distribución equilibrada del alumnado gitano en los centros o la erradicación de la concentración de alumnado gitano en centros con pocos recursos.
También defienden el seguimiento y sanción de prácticas discriminatorias en la asignación de plazas escolares.
Queda, pues, mucho camino por recorrer en la lucha contra la discriminación y el antigitanismo, también en el sistema educativos. A pesar de ciertos avances legislativos, la segregación en la educación permanece prácticamente inalterada, con centros gueto para los que no se pone solución y sin que se hayan desarrollado herramientas suficientes o necesarias, como podría ser un plan nacional.