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Centros abiertos con jornadas no lectivas. Desigualdad entre unos y otros en cuanto a la asistencia. Tareas de repaso, nada de continuar con el temario. Colegios e institutos convertidos, hoy sí, en grandes guarderías al servicio de la conciliación.
Jorge Delgado es el director del Colegio de Educación Infantil y Primaria Blas Infante, de Écija, y el presidente de Fedeip, Federación de directivas y directivos de centros públicos de educación infantil y primaria. Por teléfono explica que han asistido a su colegio el 80 % del alumnado, y que en la puerta, algunas familias, de hecho, han mostrado cierta sorpresa por el hecho de que faltaran estudiantes.
María (nombreficticio) es maestra en un colegio público de la ciudad de Madrid. En sus aulas ha habido mucha diferencia. Desde algunas en las que había siete u ocho criaturas, a otras en las que estaban 10 o 12. En cualquier caso, ha faltado cerca del 50 % del estudiantado de este centro de 500 escolares en una barriada sociológicamente compleja de la capital.
En ambos casos, se han planteado el día como les han ordenado sus respectivas consejerías de Educación, es decir, como lectivo pero no. Han hecho algunas tareas de refuerzo, han jugado, leído y pasado la mayor parte del día en el patio.
En el caso de Delgado, el centro ha asegurado la realización de las actividades complementarias, así como las extraescolares que tenían previstas. Entre ellas, la representación de una obra de teatro y una excursión de uno de los grupos.
La mayor dificultad que ha tenido este director ha sido hablar con la empresa que le suministra la comida del comedor escolar puesto que no podían preparar el menú previsto por el apagón de la víspera. Sí es garantizaban, en cualquier caso, la comida, a base de tortillas, explica.
En Madrid, el colegio de María cuenta con cocina y cocinero propios y, a pesar de las dificultades del lunes, han podido preparar la comida prevista para todos los comensales.
En la Comunidad Valenciana, al igual que en Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha, Galicia, Extremadura, La Rioja y Madrid, se hab abierto las puertas de los centros, pero sin jornada lectiva. Con la salvedad de que ayer allí no fue lectivo y toda la semana pasada estuvieron de vacaciones.
Según Toni Solano, director del IES Bovalar en la ciudad de Castellón, anoche fueron siguiendo las recomendaciones que se publicaban en los medios. En un primer momento, supieron de la situación de estado 3 con la recomendación de abrir centros sin que fuera día lectivo por la intervención televisada del presidente del Gobierno. Más tarde, por un mensaje del 112 y, finalmente, gracias a un grupo de WhatsApp creado tras la DANA por la concejala de Educación de Castellón. La Conselleria no mandó ninguna comunicación a los centros.
En cualquier caso, comenta que al final de la mañana, con suerte, eran 100 estudiantes de los más de 800 que suelen poblar sus aulas. Principalmente, de los cursos inferiores. «Tenía a primera hora clase con un 2º de bachillerato y eran cinco», explica. Algunos alumnos han ido porque tenían previsto un examen hoy que, como era de esperar, no se ha celebrado. Se trata de estudiantes que están a muy pocas semanas de terminar el curso y de tener que pasar por la EvAU.
Según explica, ha sido la tónica general entre los institutos a los que ha preguntado. Mucha ausencia, sobre todo a partir de 3º de la ESO y muchas familias recogiendo o autorizando la salida prematura de sus hijas e hijos para que volvieran a casa. También, cuenta, quejas de algunas que ven que los chavales llevaban muchos días festivos y a los que esta semana se les quedará en dos días mediados por el festivo del jueves.
Noemí Infantes trabaja en el IES Virgen del Carmen de Cádiz. Su centro tiene desde secundaria obligatoria hasta ciclos formativos, desdoblados en turno de mañana y tarde a causa de unas obras que, dice, se eternizan en el tiempo.
En su instituto ha habido, como en el de Solano, cierta disparidad y mientras que el estudiantado menor ha acudido en mayor número, el de bachillerato y ciclos lo ha hecho en menor medida.
Esta profesora de Lengua y Literatura se duele de que, como en este caso, el sistema educativo, sus centros, sean el recurso fácil y barato de las administraciones públicas para apoyar la conciliación laboral y personal de las familias. Según su opinion, en situaciones como las vividas entre hoy y ayer, lo más razonables es que las familias hubieran podido permanecer en las casa con sus hijas e hijos.
En cualquier caso, describe, como Solano y sus compañeras de primaria, un día tranquilo, con poco alumnado, entre otras cosas, porque las comunicaciones de las autoridades llegaron de madrugada, más allá de la 1:30. Infantes explica que en su centro algunos compañeros no recuperaron la luz ni el agua, en ciertos casos, antes de las 4:00 de la madrugada y tenían la obligación de llegar a las 8 horas al centro educativo.
Algun caso más extremo relata Carmen Yuste, docente de Lengua también en un centro de difícil desempeño en la ciudad de Sevilla. A primera hora de la mañana el claustro se ha encontrado con cuatro o cinco alumnos nada más que, finalmente, se han dado la vuelta para volver a sus casas. El instituto es de linea uno y solo tiene secundaria, de manera que no tienen muchos estudiantes. Han aprovechado para realizar labores administrativas que normalmente no pueden hacer en el horario convencional.