El Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) celebro la segunda Escuela de Verano en Barcelona durante la primera semana de julio, dedicada a “La Inteligencia Artificial (IA), una mirada desde la educación y la investigación”. Más de 100 personas del mundo de la docencia y de la investigación participaron de forma presencial en CaixaForum-Palau Macaya, en un programa con dos itinerarios interrelacionados: uno para docentes titulado Educando en la IA y otro para investigadores, llamado Retos de la IA. Entre los objetivos, los principales se centraron en educar en IA y sus retos y formar al profesorado para transmitir a las nuevas generaciones cómo vivir una vida mediatizada por las tecnologías inteligentes de una forma ética. Todo con educadores e investigadores conectados que se han de contaminar entre ellos, según algunos ponentes. Se insistió mucho en un cambio de paradigma: considerar los centros educativos no universitarios como auténticos centros de investigación, donde investigadores y educadores deberían estar más fusionados para trabajar a la par, aprender mutuamente, compartir clases, optar a ayudas, reconocimientos y subvenciones. También, sistematizar tantos conocimientos como se generan en las aulas y promover su difusión en abierto para quienes los puedan utilizar.
Presencias
La presencia de la IA en nuestras vidas, ya desde hace años, parece que se ha descubierto ahora con la popularización del uso del ChatGPT y Dall E en sus últimas versiones de la mano de la empresa Open AI, de San Altman. Su notoriedad se ha debido a la difusión e insistencia por todas partes, por un uso repetitivo y compulsivo, por querer saber qué nos descubre una inteligencia creada por humanos, que se alimenta de todo aquello que encuentra en Internet y que todos hemos ido incorporando por vías muy diversas y aparentemente inocuas.
Después de las sorpresas iniciales, con pruebas diversas para que elabore textos, nos responda a todo tipo de consultas, nos ayude a explorar preguntas divergentes o a resolver trabajos diversos, aparecen sospechas, interrogantes sobre cómo funciona, cómo evolucionará en el futuro, qué interese puede haber detrás, qué supondrá en nuestras vidas la cantidad de aplicaciones y peligros que tiene, cómo pueden legislar las autoridades para proteger la ciudadanía o cómo se respetan los derechos de autoría de las fuentes informativas que utiliza.
Mientras tanto, investigadores como los del CSIC mostraron algunos resultados de su dedicación y trabajo en aspectos que ligan con la educación: la IA en las ciencias de la vida, la IA subsimbólica, IA generativa, IA en las ciencias físicas, en las ciencias sociales, el aprendizaje automático en el aula, y las matemáticas como la base imprescindible de todo.
Saberes
Sapere Aude (Atrévete a saber) fue la frase en latín, original del poeta Horacio, popularizada por el filósofo Kant, que figuraba en la camiseta de las jornadas. Significó una gran apuesta, un reto global para todos, en espacios donde la investigación y la docencia compartieron saberes. La IA interviene y ayuda a progresas en investigaciones científicas y en aplicaciones a las aulas de la mano de personas expertas, docentes y un público (presencial y virtual gracias al streaming) versado o interesado en la temática, con muchas reflexiones como para pensar, por ejemplo: “La IA nos deja saber más sobre nosotros mismos”. Las conferencias, focus group, pósters y talleres trataron, entre otros temas, sobre las políticas educativas públicas para la enseñanza de la IA; el aprendizaje automático; su presencia en las ciencias de la vida; la IA simbólica, subsimbólica y generativa, oportunidades y limitaciones en el aula; cocreación de materiales didácticos; la ética en la IA.
Aprendizajes
Participar en estas jornadas como docente es descubrir la cantidad y calidad de investigadores que profundizan en temas que después repercutirán en nuestras vidas, y de educadores comprometidos que tienen muchas inquietudes y que quieren trasladar a las aulas (o ya lo hacen) contenidos que a menudo ya han probado los alumnos y las alumnas y están preparados para reflexionar sobre sus implicaciones, evoluciones y cómo todo será imprescindible en su formación. Ante los nervios, el miedo o la duda, es necesario saber.
De entrada, la IA puede poner en cuestión y desorientar la labor del docente, o verla como una amenaza. Cuando se conocen las enseñanzas de expertos del CSIC que llevan muchos años utilizándola, se demuestra que su utilidad inicial ayuda en las explicaciones, en los ejemplos y en aprender a mostrar errores o a encontrarlos a partir de textos y otras producciones que la IA nos elabora.
Cuando se traslada el tema a las políticas educativas, surgen incógnitas sobre los contenidos de la nueva y próxima asignatura llamada Digitalización, saber si inorporará la IA, o cómo se piensa planificar el desarrollo sostenible, equitativo y ético de las tecnologías con IA. O su relación con un tema trascendental, según diversos expertos presentes en las jornadas: los datos, su tratamiento, permisos, protocolos. O los aprendizajes con la aplicación de la IA y su gran apoyo para la personalización del aprendizaje, por ejemplo en la definición de ayudas específicas a alumnado con dificultades, detección a tiempo y prevención del abandono escolar. O en la toma de decisiones por parte de los equipos directivos si pudieran tratar con la IA tantos datos como disponen los centros educativos en sus historiales, establecer prioridades, ayudar a la definición de actuaciones, automatización de aspectos concretos de la evaluación. Si la IA lleva años cambiándolo todo, la educación ha de aprovechar los cambios, enseñar sobre su funcionamiento, entender cómo se rigen los algoritmos que nos guían, ChatGPT, DALL-E, IA Generativa, etc. No es otra opción: es la opción.
Más aprendizajes referidos al ámbito de la educación, extraídos de las jornadas, en formato argumental o con preguntas para incentivar la curiosidad y la investigación personal:
- Ante los eternos debates entre educación analógica y/o digital, la tecnología suma en las aulas, mejora los escenarios y no sustituye a los recursos analógicos. El mundo es más digital cuanto mayor uso se le da a la IA, en constante e imparable aumento. Las actuales propuestas para prohibir libros digitales, móviles en las aulas, censuras diversas de todo tipo y las que puedan venir, no tienen sentido en un mundo global, abierto y libre.
- Vivimos en una alfabetización desigual sobre la IA. Por otro lado, cuanto más inteligente es la IA, más personas trabajadoras hay detrás, muchas mal pagadas, explotadas a su servicio en países del Tercer Mundo, implicadas en alimentar a sistemas tecnológicos que gastan mucha energía.
- ¿Alguna vez nos hemos preguntado sobre la potencia de los sensores de nuestro cuerpo y cuántos gigas por segundo le envían al cerebro?
- Potenciar la creatividad en las aulas es muy importante. A veces puede significar un riesgo para el docente, no para el alumno. En todo caso, ¿cómo se modifican o se multiplican los procesos creativos cuando se utilizan herramientas con IA?
- Hay quien se atreve a cuestionar la presencia de la IA en las aulas, pero no su ausencia.
- Suprimir la tecnología en los centros va contra los derechos del alumnado y contra su futuro, donde seguirá siendo imprescindible.
- Una pregunta difícil, plateada por el público, para consultar su respuesta hasta con el ChatGPT: ¿Es posible desligar un sesgo humano de un algoritmo complejo?
Como propuestas finales, además de las que se pueden deducir de las ideas anteriores, se apuntaron algunas: se ha de potenciar la educación digital de forma holística y obligatoria desde la infancia hasta el resto de cursos posteriores, incidiendo en su transmisión también al público adulto, el cual no ha tenido demasiadas oportunidades para ser educado antes de estar rodeado por tecnologías que se usan sin tener un manual de instrucciones previo que forme en ética, respeto, límites, humanismo y convivencia. También, el mundo docente necesita de directrices claras sobre el tratamiento de los datos y sus responsabilidades. Además, ante la tecnología se necesita un mayor trabajo en equipo, la potenciación de la comunicación, la transparencia, la transversalidad y la reflexión, encarando el futuro de forma positiva.
ya que hemos recogido preguntas extraídas de las jornadas, pensemos en otra como reto final: ¿El ChatGPT miente mejor que los humanos?
1 comentario
Dewey sostiene que la educación no es preparación para la vida, la educación es la vida en si misma, y cuando la vida del ser humano constituye en el tiempo una espiral de descubrimientos como expresiones del conocimiento universal, la IA como todos los anteriores per se es neutra, más la neutralidad desaparece cuando el usuario aplica en su interés propio o colectivo. La educación jamás podrá abstraerse de los avances y novedades en todos lo órdenes y este no puede ser la excepción, por ello la cada vez más meridiana importancia del rol docente de que el aprendizaje no solo de contenidos sino pensamiento y actitud y sus transaversalidades siempre deberían estar al servicio de la construcción de una sociedad más justa y equilibrada en la que la dimensión humana sea el patrón de referencia.
Las preguntas formuladas en el evento como la que plantea el autor constituyen una buena entrada para la reflexión personal y colectiva en el amplio y complejo ámbito de la educación y formación.