Somos una Fundación que ejercemos el periodismo en abierto, sin muros de pago. Pero no podemos hacerlo solos, como explicamos en este editorial.
¡Clica aquí y ayúdanos!
El próximo día 23 de abril hay cerrada una reunión entre la Consejería de Educación, Plena Inclusión Albacete y Asproba Albacete para intentar encontrar una solución que permita que el pionero servicio que el CEE Asprona de Almansa pueda seguir siendo posible y mantenga la escolarización ordinaria para casi 40 niñas y niños con diversidad.
El centro se encontró hace unas semanas con la posibilidad de perder una de las cuatro aulas concertadas que tiene actualmente. Como han ido perdiendo alumnado a causa de su trabajo de asesoramiento y apoyo educativo a centros de la comarca de Almansa, ese aula ya no tiene justificación jurídica para mantenerse.
Una de las discordias entre el centro y la Administración educativa es qué pasará cuando pierdan esa aula concertada. La tutora o tutor mantendría su trabajo gracias a un acuerdo que existe entre Educación, la patronal y los sindicatos. Sus horas, ahora ya no asociadas a un aula y su alumnado, podrían utilizarse para asesoramiento y apoyo a otros centros o al suyo propio.
El problema está con el resto de personal: maestras AL y PT, auxiliares técnicos de Educación, fisioterapéutas o maestros de educación física. Este personal, no educativo según la normativa de los centros concertados de educación especial, queda bajo el paraguas del Convenio Colectivo General de Centros y Servicios de Atención a Personas con Discapacidad. Esto se traduce en que sus nóminas están sujetas al concierto, pero no a través del pago delegado, sino como parte de los gastos de funcionamiento de las aulas concertadas.
El hecho de que la Inspección educativa obligue al centro a seguir la normativa de conciertos y, por lo tanto, a perder una de esas cuatro aulas, impactará, razonablemente en los contratos de trabajo del personal no educativo, o bien, con su eliminación o bien con una reducción de sus horas de de trabajo. En cualquier caso parece razonable pensar que habrá un impacto en los trabajos y en la prestación del servicio de atención y apoyo educativos que se viene prestando.
Al mismo tiempo, al obligar al centro a, en virtud de esta misma normativa, a escolarizar a tiempo completo a alumnado que se encontraba hasta ahora en una modalidad combinada, hace que el personal no docentes y de servicios quede atado físicamente al aula. No hay una prohibición expresa de realización de asesoramiento en el exterior, pero sí parece haber una imposibilidad implícita.
Educación, según explican a este medio, no ha recortado el número de horas que permite al CEE Asprona para hacer asesoramiento, es decir, 12,5 horas semanales. Educación insiste en que se trata de 25 horas. De facto, al hacer que pierdan un aula y obligar a cambiar la escolarización de varios de sus estudiantes que pasarían de la opción combinada a la presencial 100 % en el centro especial, ata a las y los profesionales no educativos a permanecer en su centro.
Algunos de ellos confirmaban a este medio hace unos días que suponían que a partir de semana santa tendrían que hacer esta labor por teléfono o videoconferencia, pero no desde luego entrando en las aulas para poder evaluar in situ la situación en cada momento.
«No tiene, por tanto, el centro pérdida alguna de recursos personales y podrá continuar con su SAAE como lo lleva haciendo en años anteriores», aseguran fuentes de educación. Efectivamente el CEE Asprona no pierde personal. La mayor parte de quienes desarrollan su labor en él, trabajan a media jornada. Tan solo el personal tutor tiene contratos a jornada completa. esto supone que a la nómina, ya menguada, se le sumará el nuevo recorte al perder los recursos económicos de pérdida del aula concertada.