La tecnología vinculada a la inclusión está latente, desde hace algunos años, cuando hablamos de metodologías en el aula para poder ofrecer las mismas oportunidades a nuestro alumnado.
A menudo, son los mismos alumnos los que reivindican poder realizar las actividades de la misma manera que el resto de sus compañeros/as. Piden poder participar con sus iguales en las tareas escolares y eso nos obliga a reflexionar sobre nuestra práctica diaria. Con la experiencia, descubrimos que el entorno digital para la inclusión es una herramienta esencial para facilitar el acceso a los aprendizajes.
Aunque busquemos las herramientas digitales específicas para cubrir las necesidades de cada uno, sabemos que esto no es una práctica que pueda minimizar las barreras a la participación y al aprendizaje entre iguales. «No se trata de encontrar la herramienta para cada alumno/a, sino de plantear actividades universales que den respuesta a un grupo clase».
Son numerosas las experiencias en el día a día que nos ayudan a mostrar cómo la tecnología puede ofrecer igualdad de oportunidades y de acceso al aprendizaje.
Tal y como dijo una vez una amiga y gran profesional Julia, fisioterapeuta de un Equipo de Asesoramiento Psicopedagógico (EAP), «te estoy contando sus potencialidades, que serán las que nos ayudarán a que pueda realizar las actividades al igual que lo harán sus compañeros/as», mientras me explicaba el caso de una alumna de cuatro años con graves dificultades motrices. Esta debe ser la mirada que debemos tener hacia cada uno de nuestros alumnos, valorando sus potencialidades (y eliminando etiquetas) para poder facilitarles las herramientas y escenarios necesarios para que se den aprendizajes óptimos. Como bien sabéis, aplicable a cualquier otro contexto, sin necesidad que sea educativo.
Dicen que un árbol no hace un bosque, pero sabemos y confiamos en que sencillas prácticas en el aula donde la tecnología juega un papel inclusivo, nos permiten extenderlas a distintos niveles. De esta manera, se constata que la inclusión debe ser uno de los ejes prioritarios del centro educativo, y si para conseguirlo uno de los recursos es la tecnología, todavía mejor.
Para que el uso de las tecnologías nos ayude a minimizar las barreras del aprendizaje, es necesario pensar en actividades y aplicaciones que puedan satisfacer y ser accesibles a los usuarios. Este objetivo se puede alcanzar buscando herramientas y medidas universales, tal y como indica el Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA).
Las pautas del DUA, como modelo de aprendizaje, basado en la investigación neurocientífica, se organizan en 3 ejes:
- Facilitar distintas maneras de implicarse, motivarse y participar.
- Facilitar distintas maneras de representar la información.
- Facilitar distintas maneras de actuar y expresarse.
Porque cuando se fomentan prácticas en el aula donde la tecnología se convierte en un recurso más, conseguimos, prioritariamente, los siguientes objetivos:
Mejorar la cultura digital en el centro, introduciendo las tecnologías en el aula como una herramienta favorecedora del aprendizaje, que enriquece, motiva y ofrece a los docentes nuevos recursos que permitan adaptarse a los ritmos e intereses de los alumnos.
Facilitar el acceso y la participación para todos/as
Tal y como indicamos, el uso de la tecnología permite ofrecer las mismas oportunidades, siempre y cuando, facilitemos la accesibilidad a todos por igual, al tiempo que les permite aprender a través de ella. El recurso digital se convierte así en una «excusa» para replantear situaciones de aprendizaje que impliquen cambios metodológicos en las aulas. ¿Y tú, te animas?
Agradecimientos a Júlia Aloy, quien me ha acompañado en este camino hacia la mirada inclusiva con ayuda de la tecnología.
Sandra Gay Boelle
Diplomada en Maestra de Educación Primaria, especialista de Educación Física; Máster en Educación y TIC por la UOC; Posgrado “Direcció de centres educatius i serveis educatius” por la FUMH; Formadora de formadores; perfil profesional en competència digital. Actualmente, asesora docente en el Centro de Recursos Pedagógico Vallés Oriental IV, en Bigues i Riells, Barcelona.
Twitter: @sandragabo