Mi experiencia en USEE (Unidad Especial de Apoyo Educativo) comenzó en 2012, en el Instituto Icaria de Barcelona, donde terminé mi ESO.
En este instituto hice mi formación entre dos aulas, la ordinaria y la adaptada, debido a mis dificultades visuales y de aprendizaje. No fue fácil para mí acostumbrarme a un aula separada del resto. Esta estaba compuesta por 6 alumnos del primer año de ESO y tres de tercero, con discapacidades y trastornos de diferentes tipologías y niveles cognitivos.
Para algunos de nosotros fue la primera experiencia en el uso de computadoras como herramienta para el trabajo personal y de comunicación.
Durante los cuatro años que estudié en el USEE aprendí mucho. El apoyo que nos han dado los profesores de estos años, María Ferrer, Raquel Soto, María Rosa Pérez, Isabel Torregrosa y María José Pérez, nos ayudó a trabajar con tecnología y a confiar más en nosotros mismos.
Cuando empecé como estudiante NEE me tomó mucho ver y aceptar mis dificultades de aprendizaje, me negué, no me dejé ayudar por los maestros. Lo único que quería era estar en la clase ordinaria, porque el hecho de estar en USEE significaba ser diferente a los demás, sentí que me miraban extrañamente. Decían que lo que hacíamos era más fácil, que no podíamos sorprendernos. Empecé a demostrar a mis colegas, para que dejaran de burlarse o de pensar que lo que hicimos no tenía ningún valor, que ser diferente no significa ser inferior a los demás por tener dificultades, puesto que cada uno tiene su ritmo de aprendizaje.
Para los alumnos de NEE es muy importante el acompañamiento, para que ningún alumno crea que es más importante. En realidad, todos somos diferentes, pero nadie es superior al resto de la clase donde existe diversidad de aprendizaje, sin ser juzgados o rechazados, y el objetivo de conseguir que todo el mundo confíe en sus posibilidades. La diferencia con el aula ordinaria es que la USEE ofrece más apoyo y acompañamiento al alumnado ofreciéndole una atención específica y recursos TIC / TAC de manera motivadora.
En la clase ordinaria encontraba muchas dificultades para copiar los ejercicios de la pizarra y esto me desalentaba, me costaba mucho encontrar el punto de motivación para aprender sin olvidar el contenido.
Aprendí haciendo cuadernos específicos adaptados a aquellas materias con cierta dificultad. Pude mejorar sobre la base de actividades en plataformas educativas como edu365, jClic y otras. Tuve que trabajar en la comprensión lectora, algo cuya dificultad, para mí, era y es importante, debido a mis dificultades visuales del 85% que me impiden ver correctamente de lejos y de cerca. Tuve la ayuda de la ONCE para tener las mejores adaptaciones posibles y resolver mi dificultad a la hora de leer. Por otro lado, antes de contar con el apoyo de los profesionales de la ONCE, el profesorado de USEE adaptó el contenido y los textos para que fuera menos costoso.
Los profesores de la USEE me dieron un fuerte impulso para comprobar que tenía buena competencia digital y hacerme responsable de varios proyectos, lo que me ayudó a fortalecer mi relación con los colegas, porque les ayudé a entender un montón de cosas que se pueden hacer con la tecnología. La tecnología me ayuda a superar las barreras de mi problema visual y aprender a utilizarla me divierte mucho más.
Con las herramientas tecnológicas pude descubrir habilidades en mí mismo que no habría imaginado con el método de enseñanza tradicional. Estos años me he esforzado por alcanzar mi gran objetivo, estudiar audiovisuales, específicamente, fotografía. Este sueño ha sido posible después de haber pasado las pruebas de acceso que me abrieron las puertas al módulo intermedio de Imagen y Sonido. Nada detendrá el deseo de cursar el CFGM a pesar de mi limitación visual.
Desde hace algunos años he colaborado como ponente en seminarios educativos sobre educación inclusiva con María Ferrer Sanz, una persona a la que admiro mucho, que ha luchado por mí y me ha enseñado a superar las barreras. Estoy muy agradecido por su apoyo a mi trayectoria educativa y profesional. Si no hubiera sido por su profesionalidad, su gran experiencia como profesora, su amplio dominio de los recursos tecnológicos, su gran pasión por la educación y su experiencia en orientación, no habría logrado resultados tan positivos. Nadie ha estado tan comprometido conmigo como ella, que me ha ayudado a sacar lo mejor de mí mismo.
Desgraciadamente, Maria Ferrer nos dejó hace unos meses, víctima de un cáncer. Nunca olvidaré lo que me repitió durante años: «Sé constante y utiliza todos tus puntos fuertes para compensar los que son más débiles«.
Gracias al apoyo, al esfuerzo y la confianza que he ido ganando, he logrado resultados académicos positivos, trabajo y reconocimiento en redes sociales y en talleres educativos y tecnológicos, donde comparto mi experiencia como antiguo alumno de educación inclusiva.
Ahora lucho por lo mismo que ella luchó, por la educación inclusiva y las TIC/TAC en la educación.
Oscar Soler Rebenaque Twitter