Es más fácil encontrar profesores que tienen un mayor impacto en los resultados de los alumnos en las evaluaciones internacionales en centros privados (concertados o no) que en los públicos. También lo es, encontrarlos en aquellos centros en los que las familias tienen mayores índices socioeconómicos y culturales que en el resto.
Es una de las conclusiones que se extraen de la monografía La calidad del profesorado en la adquisición de competencias de alumnos. Un análisis basado en Pirls 2011 elaborado por los profesores Jorge Calero y Orial Escardíbul y editado por las fundaciones Ramón Areces y Europea Sociedad y Educación.
El estudio intenta determinar cuál es el impacto que un determinado docente tiene sobre el alumnado en relación con los resultados en competencia lectora que estos tienen en el informe Pirls del año 2011. Para hacerlo se han controlado todo el resto de variables que pudieran estar influenciando los resultados (la más importante de ellas siempre es la relacionada con el índice socioeconómico y cultural de las familias), de manera que los investigadores han determinado que los docentes suponen una variación del 6% en la media (500 puntos en la escala Pirls) en los resultados de sus alumnos.
El estudio, además, ha comparado el impacto de los docentes «mejores» y «peores» en relación a los resultados de sus alumnos. De esta forma, el grupo de docentes con un percentil 75 en la escala de «calidad» determinada por este estudio, frente a los de percentil 25, la diferencia de puntos de sus alumnos es de prácticamente 30, siendo el valor de España 513. La diferencia en los extremos es mayor, y comparando los del percentil 95 frente a los de percentil 5, la variación es de 80 puntos.
A parte de la influencia del docente en los resultados, el estudio determina que estos docentes se encuentran en los centros educativos privados, así como en aquellos cuyas familias tienen mejores posiciones socioeconómicas y culturales. Es decir, los mejores están donde menos se les necesita.
Entre las razones para que esto sea así, el profesor de la universidad de Barcelona ha apuntado a causas como la mayor capacidad de las direcciones escolares a la hora de conformar los equipos educativos que existe en la privada, frente a la pública. También a otros motivos como las condiciones laborales o la posibilidad de elección de los propios docentes.
Los centros privados tienen una mayor capacidad para atraer a personal y fijarlo al proyecto. Consiguen formar equipos estables en el claustro, frente a una pública que, en los últimos años y desde 2010, ha pasado de una interinidad del 8% a una de más del 25%.
Preguntado por la posibilidad de que el sistema de acceso a la función pública docente no esté garantizando que los mejores docentes accedan a las aulas, Calero ha dejado claro que las oposiciones son un sistema de selección, al igual que la privada tiene sus propios sistemas. «El sistema de oposiciones es un fitro, no el único ni necesariamente el mejor», afirmó, aunque «el estudio no dice que la oposición sea un mal filtro».
Entre las características que podrían influir, aunque no era este el objeto del informe, en la calidad de los docentes, se encuentran una mayor experiencia enseñando, la formación permanente y que hayan hecho una formación específica en relación a la comprensión lectora, ámbito al que se circunscribe la evaluación de Pirls.
Para Jorge Calero sería deseable evitar el conocido como Efecto Mateo, es decir, que quienes mejor lo tienen consiguen mejores recursos, y hacer que los mejores docentes o los que parecen influir más positivamente en los resultados de los escolares, estén más representados en la pública o en aquellos centros de entornos no más desfavorecidos. Eso sí, no está claro cómo conseguirlo, y no apuesta específicamente por utilizar incentivos económicos.