La Organización de las Naciones Unidas dedica el 17 de octubre a la erradicación de la pobreza. ¿Qué es la pobreza? Existen diferentes definiciones, pero hay que pensar la pobreza como las condiciones vitales de privación que sufren muchas personas en el mundo fruto de su escasez de recursos económicos o de la falta de capacidades para vivir con la dignidad que se considera necesaria.
Este 2017 hace 30 años que el sacerdote francés Joseph Wresinski (1917-1988) hizo un llamamiento para luchar contra la pobreza y cinco años después la ONU declaró este día como el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza. Wresinski quiso atraer la atención hacia la exclusión que sufren las personas en situación de pobreza extrema en nuestras sociedades e impulsó el Movimiento Internacional ATD Cuarto Mundo (1957). Wresinski definía la pobreza desde la escucha a lo que le explicaban las personas que la padecían:
“Los más pobres nos lo dicen a menudo: no es sólo tener hambre o no saber leer, ni siquiera el no tener trabajo, que es la peor desgracia que le puede ocurrir al hombre; lo más terrible de todo es saber que uno no cuenta para nada, hasta el punto de que se ignora incluso nuestro sufrimiento. Lo peor es el desprecio de nuestros conciudadanos. Porque es ese desprecio el que nos deja al margen de todo derecho, lo que hace que la gente nos rechace, lo que nos impide ser reconocidos como dignos y capaces de responsabilidades. La mayor desgracia de la extrema pobreza es la de ser una especie de muertos vivientes durante toda nuestra existencia.”
A veces pensamos que son pocas las personas que sufren pobreza, suele ser una realidad oculta. Pensamos en muchas ocasiones que la pobreza es propia de países lejanos. En el mundo hay millones de personas viviendo en situaciones de pobreza. Pero la pobreza también afecta a mucha gente en nuestra sociedad, está en nuestras aulas para que la sufren las familias pero quizás no la tratamos en los espacios formativos. Quizás si atendemos a la pobreza cercana también nos empezará a preocupar más la lejana.
En España se crea riqueza, una clara evidencia es que aumenta la renta media (10.708 euros por persona en 2016; un 3% más que en 2014), pero también es cierto que crece y se cronifica la pobreza. La pobreza se consolida. La población que vive en riesgo de pobreza después de transferencias sociales, después de haber recibido políticas públicas para evitarla, representa un 22,3% de nuestra Sociedad. La pobreza afecta a la infancia más que a otros colectivos. En España, un 28,9% de los menores de 16 años se encuentran en situación de pobreza, un porcentaje por encima del nivel de pobreza de la sociedad. Los datos aquí presentados surgen del Instituto Nacional de Estadística.
La pobreza que viven las personas tiene efectos directos sobre sus vidas. Las personas que sufren la pobreza suelen vivir menos años y en peores condiciones, sufren más enfermedades, deben hacer más estancias hospitalarias, deben tomar más medicamentos… En la escuela también se notan de diferente manera los efectos de la pobreza. Los chicos y las chicas que sufren la pobreza tienen más dificultades educativas, van menos a la universidad… Esto después tendrá efectos que podemos identificar, por ejemplo, en sus trayectorias laborales: tienen trabajos peor pagados y con peores condiciones laborales… En el mercado laboral podemos encontrar una precarización de las condiciones de trabajo. En España el 26,8% de las personas contratadas tienen contratos temporales y esta modalidad afecta sobre todo a la juventud. La tasa crece hasta el 68% en la franja de 16 a 24 años. Es decir, lo tienen muy difícil para salir de la pobreza. Es especialmente difícil en esta época cuando tener trabajo no significa no sufrir pobreza. Podemos ver como ha aumentado el porcentaje de personas que trabaja e, incluso así, continúan en riesgo de pobreza. La tasa de pobreza entre las personas ocupadas ha pasado del 11,7% en 2008 al 14,1% en 2016.
La ONU hoy considera que la pobreza es un problema de derechos humanos urgente y la entiende como causa y consecuencia de vulneraciones de derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales. Afirman que reducir la pobreza y erradicarla es una obligación de toda sociedad. Wresinski el 17 de octubre de 1987 ya dijo: “Allí donde hay personas condenadas a vivir en la miseria, los derechos humanos son violados. Unirse para hacerlos respetar es un deber sagrado”. ¿Cómo contribuir desde las aulas? Cada edad tiene unas características y son varias las maneras de hacer frente a la pobreza. Quizás una manera de empezar siempre es hablando de la complejidad de la pobreza y su erradicación, no hay respuestas sencillas. Un cuento quizás nos puede ayudar.
Antonio Gramsci (1891-1937), desde una prisión del gobierno fascista de Benito Mussolini donde pasó una parte demasiado larga de su vida por sus ideas de libertad e igualdad, escribió una carta a su esposa Giulia para pedirle que contara un cuento a sus hijos. Era un cuento tradicional en su región que él conocía. Ahora lo ha recuperado la editorial Milrazones en El ratón y la montaña a partir de la carta de Gramsci e ilustraciones de Laia Domènech. La historia nos habla de un ratón que se había bebido la leche que estaba preparada para que el niño pudiera tomar el desayuno. Al despertar el niño llora al no tener la leche y su madre también. No hay más leche. El ratón desesperado se da cabezazos contra la pared. Pero ve que eso no le sirve de nada y decide ir a buscar leche a la cabra. Pero la cabra necesita hierba, y el campo agua para poder hacer los pastos… El ratón llega a entender las diferentes actuaciones que tiene que hacer para poder conseguir la leche.
Los problemas que tenemos pueden no tener soluciones sencillas, posiblemente tendremos que actuar en diferentes ámbitos. Y el ratón preparará un plan que desarrollar en los siguientes años para resolver los diferentes problemas de su sociedad. La pobreza no tiene soluciones fáciles, hay que entender los diferentes elementos que tienen que ver, lo que lo origina, y pensar de qué maneras se puede remediar y erradicarla. En todas partes tenemos que hablarlo, también en la escuela, en casa, en los medios de comunicación… Conviene no dejar de pensar cómo podemos hacerlo. La pobreza genera un dolor innecesario en una sociedad que dispone de recursos suficientes para que nadie tenga que sufrirla.