La cinefilia es el término que se utiliza para referirse al interés por el cine, la teoría y la crítica cinematográfica. Jean LucGodard, Wes Anderson, Agnes Vardá, François Truffaut, Quentin Tarantino, Paul Thomas Anderson o Aki Kaurismaki son grandes cinéfilos aunque seguramente los conozcáis por su faceta como excelentes cineastas. Ser cinéfilo no siempre va ligado a ser cineasta y algunas personas, como es mi caso, somos simplemente apasionados del cine. Esta filia debe ser alimentada y con una buena guía podemos y debemos incentivar a los jóvenes para que sepan “leer” el séptimo arte.
El cine contado con sencillez y El cine español contado con sencillez
Del Equipo de Radio ‘Lo que yo te diga’
El Cine de LoQueYoTeDiga fue un programa de radio de la Cadena ser (1989-2009) dedicado al cine. En 2003, Antonio Martínez, Elio Castro y Juan Zavala publicaron esta sencilla historia del cine (Editorial Maeva). En octubre de 2007 los mismos autores lanzaron una segunda parte llamada El cine español contado con sencillez.
“¿Por qué una caja de puros fue tan importante para la historia del cine? ¿Por qué Buster Keaton no se reía nunca? ¿Qué director español llevó el surrealismo al cine? ¿Cómo influyó la Revolución rusa en el cine? ¿Hubo alguna vez un Drácula con acento andaluz? ¿Qué era el neorrealismo? ¿Cómo reaccionó Hollywood a la llegada de la televisión? ¿Qué fueron las conversaciones de Salamanca? ¿Cómo logró El espíritu de la colmena esquivar a los censores? ¿Cuándo nació el cine underground? ¿Qué directoras españolas recogieron el testigo de Pilar Miró?” son algunas de las preguntas que se van sucediendo para relatar la historia del cine.
Utilizan el cambio del largo de la falda de Jane entre las películas de Tarzán para explicar el código Hays o el cambio de estilo en el western para explicar las limitaciones técnicas que supuso el sonoro.
Estos dos libros, que se pueden leer de forma independiente, son el punto de partida no sólo por sentar unas bases cronológicas sino también por su facilidad de lectura. Podéis empezar por cualquiera de los dos pero… ¡empezad por El cine español contado con sencillez que al fin y al cabo es NUESTRO CINE!
Dentro de los libros más habituales en la bibliografía de cualquier estudiante de cine ¡Salva al gato! de Blake Snyder y En el momento del parpadeo de Walter Murch son perfectamente asequibles para un adolescente. Reflexionan sobre el guion y el montaje, respectivamente. Las dos etapas en las que tradicionalmente se dice que se “escribe” una película.
Salva al gato
De Blake Snyder, está publicado en castellano por la editorial Alba dentro de la colección Fuera de Campo. Blake, exitoso guionista mainstream, desarrolla a lo largo de 247 páginas sus famosas teorías sobre escritura de guion.
Snyder se dirige al lector de tú a tú, con un lenguaje sencillo y recurre a películas que la mayoría de los adolescentes habrán visto (Miss Agente Especial, Una rubia muy legal, ET…). El libro se estructura en una introducción seguida de ocho capítulos con sus ejercicios prácticos correspondientes y finaliza con un pequeño glosario.
El título hace referencia a una escena “fundamental”, según el autor, en la que se debe introducir al héroe realizando un pequeño gesto que provoque simpatía por parte del espectador.
Su filósofía de trabajo se articula en que si tienes una idea, “¡Una gran idea!”, con un título contundente y una buena premisa, has revisionado todas las películas del género y has sido capaz de conseguir “contar lo mismo pero distinto”, tienes un protagonista con potencial y un objetivo, un malo malísimo y has marcado los tiempos de tu película en una estructura sólida, ya puedes ponerte a escribir porque ya tienes tu película. Plantea un modelo aplicable en el cine comercial hollywoodiense, sin embargo y como él mismo señala, el valor de estos estos mecanismos está en conocerlos para luego poder saltárselos: “Antes de experimentar con el cubismo, Picasso tuvo que dominar las bases del dibujo”.
Existe una segunda parte publicada en castellano también por Alba Editorial, ¡Salva al gato! Va al cine (2007) que profundiza algo más en su clasificación de los géneros y que puede resultar una lectura complementaria satisfactoria para los lectores que se interesen por la escritura de guion.
En el momento del parpadeo
Walter Murch, editor cinematográfico y diseñador de sonido (La conversación, El padrino II, Apocalypse now, El paciente inglés…) plasmó sus ideas y mecanismos de trabajo En el momento de parpadeo (2001) editado en castellano por Ocho y Medio Libros de Cine (178 páginas).
Walter parte de la transcripción de una conferencia que posteriormente revisitó y amplió para dar forma a este ensayo, de manera que la accesibilidad del lenguaje y la narración es muy sencilla, a pesar de la relativa complejidad de los conceptos que trata.
El libro se divide en dos partes. En la primera explica la importancia de la relación del parpadeo con el corte adecuado, compara al montador con un mago que debe desviar la atención, con un cocinero o cirujano que trabajan de pie, con un guía turístico que debe señalar las cosas importantes para que el espectador pueda encontrarse a sí mismo, define lo que es un buen corte (regla de seis), la virginidad del montador que es el principal defensor del espectador y la necesidad de que montador y director desarrollen un lenguaje común para la película. La segunda parte, el epílogo, reflexiona sobre el montaje digital: su presente y su futuro.
100 películas sin las que no podría vivir
De Ricarado Cavolo. Mi principal objetivo al recomendar 100 películas sin las que no podría vivir del ilustrador Ricardo Cavolo (Lunwerg Editores) es despertar la cinefilia. Ricardo Cavolo, no es un crítico, es un entusiasta del cine. Ser cinéfilo y encontrar tus gustos dentro del extenso universo cinematográfico es fundamental para crear adherencia a este arte.
Es un libro de amores cinematográficos y como tal algunas recomendaciones son obras maestras y otras placeres culpables. Esta novela gráfica es un diario personal compuesto por coloridas ilustraciones y anotaciones a mano de sus opiniones sobre las películas (cine mudo, clásico, neorrealismo, mucho cine ochentero y casi todas las películas sobre la mafia italoamericana que se han rodado jamás).
Sus apreciaciones sobre las películas no son sinopsis, son lo que le dirías a un amigo para convencerle de que vea una película (ese momento delante de la cartelera leyendo los títulos en voz alta del que habla Blake Snyder en ¡Salva al gato!). “Ver esta película me hizo inmortal” (refiriéndose a Entrevista con el vampiro, 1994). “Hay tanto giro y engaño en cada secuencia que necesitas tocarte el bolsillo para comprobar que no te han robado la cartera” (El golpe, 1973). “Vaya peliculón. Es una obra maestra redonda… con esta llegó al olimpo también como director“ (Sin perdón, 1992). Pero al mismo tiempo y tomando esta última como ejemplo, también señala que en Sin perdón nos encontramos con personajes “seres humanos” y no tanto estereotipos del género o cómo en La ventana indiscreta Hitchcok utiliza “planos voyeurs” que es algo que después desarrollaría Wes Anderson. Además de sus gustos te da un detalle en el que fijarte, un primer paso hacia la construcción del pensamiento crítico audiovisual.
Podéis echar un vistazo a un fragmento del libro aquí
Filmish. Un viaje gráfico por el cine
De Edward Ross.
En forma de novela gráfica monocromática (editada en castellano por Reservoir Books), Edward Ross te introduce en la teoría cinematográfica a través de siete lentes: El ojo (o cómo el cine ha contribuido al potencial audiovisual); El cuerpo (hace referencia a la interpretación pero también a la representación de la raza y el género); Los decorados y la arquitectura (como crear nuevos mundos); El tiempo (y como el cine lo dilata o acorta a diferencia de otras artes plásticas); La voz y el lenguaje (que nos permite descubrir nuestras propias historias); El poder y la ideología (el cine como medio de comunicación de masas), y La tecnología y la tecnofobia (ese nexo que vincula el cine con la tecnología). Al final del libro incluye un apartado de notas que resultan muy reveladoras y de gran ayuda.
Este ensayo gráfico que utiliza el lenguaje del comic es un recorrido temático y no cronológico, y a pesar de ser un texto con pretensiones claramente divulgativas recomiendo aproximarse a él después de un texto como El cine contado con sencillez del que hemos hablado previamente. Aquí podéis consultar un fragmento.
Estas lecturas pueden servir de puente hacia Notas sobre cinematógrafo de Robert Bresson, Esculpir en el tiempo de Andrei Tarkovski, El cine según Hitchcok de François Truffaut, Cuéntalo bien de Ana Sanz-Magallón, Los tres usos del cuchillo de David Mamet o incluso La poética de Aristóteles, la primera lectura obligatoria para cualquier estudiante de escuela de cine.
Leer sobre cine es fundamental y enriquecerá muchísimo el imaginario de los alumnos que componen vuestras aulas pero será siempre complementario, lo indispensable es ver películas. El mejor libro de cine que os puedo recomendar lo podéis escribir vosotros apuntando en una libretita las películas que cada uno está interesado en ver.
Cristina Porras es Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid y diplomada en Producción por la ECAM, Escuela de Cine y Audiovisual de la Comunidad de Madrid. Trabajó como ayudante en la Asesoría de cine de la Comunidad de Madrid y actualmente es responsable de Mediateca ECAM.