Las bibliotecas públicas son uno de los elementos fundamentales en el fomento de la lectura. Ya hace años que no son solo ese lugar del que se sacan libros y se deuelven a los 20 días. Ahora, prácticamente son centros culturales, bien pegados al entorno en el que se encuentran.
Nos acercamos a la Villa de Vallecas, un barrio de Madrid enclavado entre varias de las circunvalaciones de la ciudad y que desde hace algún tiempo ya no es el último lugar antes del campo. Ahora lo es el PAU que durante la burbuja inmobiliaria apareció prácticamente de la nada.
En la Villa hay una biblioteca perteneciente a la Comunidad de Madrid, la biblioteca pública Luis Martín-Santos, dirigida por Ana Salvador desde hace 10 años. Las dos llevan una década en el barrio, construyendo tejido barrial gracias a todo tipo de iniciativas.
Muchas de ellas se relacionan con los centros educativos que están a su alrededor. La mayoría de ellos públicos. Aunque si tienen algún hueco, trabajan también con los concertados.
Cada curso realizan una campaña escolar con el alumnado de estos centros… desde infantil hasta secundaria obligatoria. Se han tenido que repartir, eso sí, los cursos, porque es imposible que todo el alumnado de los centros pase en un solo curso por las instalaciones de esta moderna biblioteca. Hay centros que son línea 5.
En cualquier caos, pasan niñas y niños de 5 años, de 1º, 3º y 5º de ESO, además de algunos de 2º de ESO. En estos talleres no solo se lee, si no que el alumnado realiza una auténtica investigación alrededor de una de las lecturas que se les proponen. Pasan varias horas hablando y debatiendo sobre la lectura que han realizado, buscando información y datos, poniendo en común lo que han descubierto.
En estos días de conmemoración del Día del Libro, además, se une el hecho de que además de las iniciativas de la propia biblioteca, se celebra Vallecas, calle del libro. Un evento en el que participan colegios, bibliotecas públicas, librerías y asociaciones dle barrio en un gran evento literario. Todos los años se invita a algún poeta y este año le ha tocado el turno a Luis García Montero.
La biblioteca se divide en dos grandes salas, una la infantil y juvenil, en la que también hay una bebeteca, y la sala general: un gran espacio en el que se encuentran quienes quieren ir a estudiar, o a consultar algo en Internet o quienes va a por algún libro en concreto.
Tres grandes claraboyas parten el espacio y llenan de luz natural un espacio que no deja de mirar hacia afuera, tanto en lo arquitectónico como en lo organizativo.
Ana Salvador tiene claro que buena parte de la labor de este espacio es participar del tejido asociativo del barrio. Un tejido que, por suerte para todo el mundo, sigue siendo muy amplio. Por eso abren sus puertas al vecindario, cuando alguien quiere hacer una presentación de algún libro, o montar una exposición, por ejemplo. Una labor que a ratos comparten con el centro cultural del barrio, muy cercano a la biblioteca. Tal vez sea este, así como la relación con la biblioteca municipal, los dos puntos negros, si así se los puede considerar, dentro de las relaciones que ana Salvador trabaja desde la biblioteca. Aunque comparten informaciones unas instituciones con otras, no trabajan tan codo a codo como podría pensarse.
El Día del Libro pasaron buena parte de la mañana con todo tipo de actividades relacionadas con la lectura. Pero, claro, no es lo único que hacen. Por la tarde es un lugar más tranquilo, pero los fines de semana, puesto que permanece abierta también en fin de semana, son muchas las familias que se acercan con niños y niñas a participar de las actividades de lectura y cuentacuentos que en ella se hacen.
También, claro, hay talleres de escritura y lectura para personas adultas todo el año, aunquue en buena medida no dependen de la biblioteca, sino de la Consejería y de empresas que se subcontratan para ponerlos en marcha.
En definitiva, la biblioteca es un lugar de encuentro e intercambio, un aglutinador de actividades culturales, no solo relacionadas directamente con la lectura, dentro del barrio, del distrito o del pueblo. Así lo entiende Ana Salvador.