Profesora de Psicología Evolutiva de la Educación en la UAM, María Ángeles Espinosa ha dedica su desempeño profesional a los más pequeños. En calidad de experta y, además, miembro de la comisión permanente de UNICEF, ha escrito el informe La garantía del derecho a la educación en la etapa 0-3. Una inversión necesaria y rentable, en el que realiza una de las disecciones más completas del panorama nacional en la educación infantil. Reacia a las entrevistas, se deja hacer una “por los niños”. Y advierte: “Nosotros [Unicef] no nos posicionamos ni a favor ni en contra de nadie, solo constatamos”.
Es difícil generalizar, pero, ¿cuál es el estado de la educación infantil en España?
Es desigual. La principal conclusión a la que llega el informe es que hay una tremenda desigualdad en esta etapa entre las comunidades autónomas en todo lo que tiene que ver con lo que se consideran criterios de calidad: formación del profesorado, ratio profesor alumno, los criterios de admisión de los alumnos, tasas, exenciones, subvenciones… Es una etapa sin regular, en la que no hay unos mínimos a nivel nacional a diferencia del resto de etapas, esta es la mayor característica.
¿Tiene ese carácter educativo y no asistencial por el que usted aboga?
Sin lugar a dudas, sí. Todavía quedan algunos puntos o lugares donde hay centros para niños y niñas de estas edades con un carácter más asistencial, pero lo que impera en la mayor parte de las comunidades es un modelo educativo con objetivos, contenidos, profesionales cualificados, espacios especialmente diseñados. Lo que se trataría es de garantizar este modelo para todos los niños con independencia de su situación familiar, económica, etc. El problema es que no hay suficientes plazas para todos los niños que las necesitan y, además, la cuestión económica es muy importante. Solo hay un 6% de las plazas escolares en el 0-3 que se financian completamente con fondos públicos. El resto tienen que ser financiadas de un modo u otro por las familias, con mayor o menor cuantía. Es un problema de plazas, no hay para todos los niños y muchos no pueden acceder por una cuestión económica.
¿Lo que se decía de que la LOMCE era asistencial no llegó a bajar a las escueles?
La LOMCE tiene cosas buenas y malas, pero en esta etapa la LOMCE no regula ni garantiza. Todo lo que se ha avanzado, porque se ha avanzado (el plan Educa 3 fue una apuesta fuerte del gobierno que aumentó el número de plazas y escuelas, pero se acabó la subvención), ha resultado ser insuficiente. Ese es el problema.
La escolarización por comunidades está claramente diferenciada: en el norte es más común, en el sur menos. ¿Esto responde a la apuesta de las administraciones, es una cuestión cultural?
Al ser una etapa regulada por cada comunidad autónoma, cada una ha establecido unas prioridades. Toda la normativa depende única y exclusivamente de las comunidades autónomas, no hay un decreto de mínimos.
¿Lo ideal sería una escolarización universal como en primaria o no hace falta aspirar a tanto?
Lo ideal sería que todos los niños que necesiten una plaza escolar dispongan de ella, independientemente de su situación económica. Y en especial los que proceden de entornos socioeconómicos más vulnerables. Lo que demuestran los estudios es que la educación infantil mejora el desarrollo infantil en todos los ámbitos (cognitivo, sensorial, emocional), pero esta mejora es especialmente sensible en los niños de estos entornos. La educación infantil en estas primeras etapas es una herramienta de compensación de las desigualdades sociales.
¿Cree que la Administración le da a la etapa la importancia que debería tener?
Yo creo que sí. Las administraciones educativas dan a la etapa la importancia que tiene, pero tiene que haber una confluencia de factores. Tiene que haber una inversión económica importante, una cualificación del profesorado adecuada, tiene que haber una apuesta fuerte por la equidad, por aumentar el número de plazas. Todo ello pasa por una colaboración que quizá no sea única y exclusivamente responsabilidad de las comunidades autónomas, quizá tenga que haber un compromiso de mayor nivel. Si hubiera un pacto educativo y un pacto por la infancia todo sería mucho más fácil. Un pacto por la infancia es por lo que abogamos en Unicef. Habría una implicación más potente y comprometida de todos los niveles, desde el Estado central, las administraciones autonómicas, locales, para conseguir este objetivo de dotar de plazas escolares para los niños y niñas de estas edades. No es una cuestión de falta de compromiso, sino que es un problema complejo con muchas aristas que hay que abordar de forma integral.
Pero —y aquí le hablo de lo que conozco, que es Madrid— si el Ayuntamiento se ve obligado a abrir escuelas infantiles por la falta de plazas públicas, competencia que no le corresponde, quizá sea indicativo de que el Gobierno competente, el regional, no está haciendo su labor.
Lo que pasa es que al no ser una etapa regulada hay una enorme diversidad en cuanto a la titularidad de los centros. Los hay privados, municipales, de las consejerías de Educación, de bienestar social. Lo bueno que tendría una regulación de mínimos sería establecer un paraguas bajo el que cupiesen todos los centros educativos que respondieran a esos criterios de calidad que se exigen para que la educación infantil tenga los efectos deseados. No es cuestión de llevar a un niño a un sitio para que le guarden sino para que le eduquen. Esta es la diferencia entre guardería y escuela infantil.
¿Por qué es tan importante la escolarización temprana?
Todos los estudios demuestran que la escolarización desde las primeras etapas del desarrollo mejora el desarrollo cognitivo, social y emocional. Algunos estudios incluso ponen de manifiesto que hay una cierta mejora de las habilidades que facilitan la inserción en etapas educativas posteriores, una ventaja que se mantiene durante determinado número de años. Esto es especialmente notable en los niños que proceden de entornos menos satisfactorios o más vulnerables. En entornos gratificantes o satisfactores los niños pueden conseguir esos estímulos, desarrollar esas capacidades, con sus referentes familiares. En entornos menos favorecedores esos niños nunca van a conseguir desarrollar esas capacidades con sus referentes familiares. Una escuela infantil de calidad tiene espacios adecuados para los niños que permiten que sean autónomos, que exploren y se muevan de forma segura, tiene profesiornales cualificados para planificar las tareas de manera que los niños lo puedan abordar, siempre a través de metodologías lúdicas, motivadoras. Si un niño tiene algún retraso estos profesionales lo pueden detectar y compensar, algo que en casa es difícil. Se dan todas las condiciones para que se fomente todo esto.
¿Son las familias conscientes de la importancia de la educación infantil que usted destaca?
Creo que cada vez más. La escuela infantil es buena para los niños, pero también es una herramienta potente para eliminar la pobreza infantil. Disponer de una plaza de educación infantil gratuita o con un coste adaptado a los ingresos familiares permite que una de las personas de la familia, que generalmente son las madres aunque no tenga por qué, pueda dedicarse a formarse o buscar trabajo. Es una posibliidad de aumentar los ingresos familiares. Es una posibliidad, en el caso de familias vulnerables, de tenr un referente normalizados, de tener un modelo de referencia que ayude a las familias a satisfacer las necesidades de su hijo de manera adecuada o le ayuda a buscar alternativas en caso de tener una carencia. Las familias vulnerables a veces no saben que existen ciertos recursos y la escuela infantil puede ser mediadora entre familia y servicios sociales, por ejemplo.
El informe indica que existen en España diferentes modelos de acceso. ¿Es partidaria de priorizar la renta o el estatus laboral de las familias?
Hay tres modelos de acceso. Uno está fundamentado en la conciliación: los criterios de admisión están relacionados con la situación laboral de la familia. Hay otro más relacionado con la equidad, donde los criterios de admisión están más fundamentados con la situación económica de las familias. Por último, hay un modelo mixto, que mezcla cuestiones de conciliación y equidad. En teoría el modelo ideal sería este que combina la corresponsabilidad con la equidad. Pero el modelo a veces hace primar factores que tienen que ver con la situación laboral y deja de lado la equidad. Entonces el modelo ideal sería el que hace que ningún niño se queda sin plaza de educación infantil, sea cuál sea su situación. Los criterios de admisión no pueden ser los mismos para las familias que no tienen ingresos regulares que para las que sí los tienen. En algunos casos, para familias que no tengan ingresos regulares sería el modelo de la equidad el ideal. En otras, el que combina ambas. Nosotros partimos de la idea de que la educación en estas edades también es un derecho y todos los niños deben tenerlo garantizado.
¿Cómo está la formación de maestros?
El mayor reto yo creo que viene de una homogenización de los criterios. Que en todas las comunidades se exija un determinado nivel de formación a los profesionales que van a atender a los niños de estas edades. Que en todas las comunidades se establezcan unas ratios mínimas, unos criterios de admisión básicos, que haya unos precios públicos mínimos, como en el resto de etapas educativas. El mayor reto es una regulación de mínimos a partir de la cual cada autonomía pueda tomar sus propias decisiones igual que se hace en otras etapas educativas.
¿Nos hemos dejado alguna cosa que sea importante destacar?
Que la educación en la etapa 0-3 es una inversión necesaria y rentable. Todos los niños y niñas tienen derecho a tener los mejores comienzos para su vida, y es una inversión rentable porque es una herramienta de compensación de las desigualdades sociales, y no hay nada más caro que la pobreza, que la falta de educación, que las desigualdades. En términos de justicia social no puede haber desarrollo social si no hay desarrollo humano, y la mejor manera de invertir en desarrollo humano es educar desde las primeras etapas. Zeckman, un economista que ganó el Nobel hace unos años, tiene una serie de estudios que demuestran que la inversión más rentable del sistema educativo es la que se ha realiza en las primeras etapas. Y, sin embargo la inversión en esta etapa es la mitad aproximadamente de lo que se gastan en otras etapas, esto para para cualquier país.
Pero en España estamos por debajo en inversión educativa, en infantil entonces…
Sí, y también de la inversión que se hace en prestaciones familiares en apoyo de las familias con hijos.
No sé si resulta contradictorio decir que la Administración le da a la educación la importancia que tiene, pero no invierte lo suficiente.
No es que no le dé la importancia que tiene, es que no pone los recursos. Quizá porque la educación infantil o en las primeras etapas se considera que surge de manera espontánea. No diré que las administraciones no dan importancia a la educación infantil, pero sí decimos que no hay suficientes recursos para atender las necesidades que requiere una educación infantil de calidad.