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El pasado viernes 9, el Ministerio de Educación dio a conocer a la comunidad educativa cuáles serán los ejes sobre los que girará la nueva ley educativa que pretende frenar los efectos más perniciosos de la Lomce. Es prácticamente la eliminación formal del papel que la ley Wert ha tenido en estos últimos años, al menos en buena parte.
Siete son los apartados en los que Educación divide la reforma: equidad, enseñanzas y su ordenación, enseñanza de la religión, evaluación, participación, reforma de los conciertos y la relación del sistema educativo y el modelo territorial.
Entre las novedades destaca la eliminación de la referencia a los estándares de aprendizaje evaluables así como las referencias directas a la metodología que utilizar en el aula en un intento por permitir la adaptación de los aprendizajes al contexto de los centros. Los estándares llegan a ser decenas por cada una de las materias, algo que dificulta y burocratiza mucho la labor docente.
La supresión de las evaluaciones finales de primaria y secundaria obligatoria es otra de las reivindicaciones de la comunidad educativa desde la aprobación de la Lomce en 2013. El nuevo Ministerio pretende hacerlo, además de reconvertir estas pruebas en termómetros de la situación del sistema educativo. Serían, las de 6º de primaria y 4º de ESO, pruebas muestrales y plurianuales. Eso sí, se plantean nuevas pruebas, en este caso censales, en 3º o 4º de primaria, así como en 2º de ESO con la intención de realizar los ajustes necesarios para que cualquier alumno pueda superar las dificultades que tenga.
El de la evaluación es un punto importante en el que Educación quiere incidir para recuperar su papel de diagnóstico y hoja de ruta con la que guiar y orientar al alumnado en su paso por la educación. De esta misma forma se retomará la prohibición de conformar listados de centros en función de los resultados obtenidos.
En general, el texto que prepara el Ministerio pretende flexibilizar el paso por el sistema educativo así como devolver competencias a la comunidad educativa y a sus docentes. Por ejemplo, prevé que el personal docente tenga más peso a la hora de que el alumnado titule en la secundaria obligatoria. Se recuperarán los ciclos en la primaria y, con ellos, la forma de concebir el paso por ella. O también se estudiará la posibilidad de titular en el Bachillerato con una asignatura suspensa.
Se da más peso a la orientación al alumnado con dificultades o para aquel que vaya a dejar los estudios sin alcanzar el graduado en secundaria, para que opte por otras posibilidades.
La participación de la comunidad educativa, la democracia interna de los centros, fue otra de las víctimas de la Lomce, muy contestada desde organizaciones de familias como CEAPA o por los sindicatos docentes. Se pretende recuperar el papel que tenían los consejos escolares reequilibrando estos ante la dirección de los centros. De hecho, volverán a tener capacidad en la selección de las direcciones escolares.
Equidad
La pelea entre equidad y calidad de la educación lleva años dividiendo a la derecha y a la izquierda en los debates educativos. Con el nuevo texto legal, el gobierno socialista quiere recuperar el papel de la equidad en diferentes aspectos de la vida escolar. Por ejemplo, se tendrá en cuenta y se eliminarán, en su caso, los procesos de segregación escolar provocados por las enseñanzas plurilingües.
O se hará que el título de ESO sea accesible tanto por la vía ordinaria como a través de cualquier medida de atención a la diversidad.
También se contemplan cambios en la baremación en los procesos de admisión de alumnado. Para ello se atenderá al alumnado de familias monomarentales o monoparentales, así como a las de víctimas de violencia de género o del terrorismo.
En medidas más directas, por ejemplo, con la posibilidad de alargar la escolarización de alumnado con necesidades educativas si con ello se facilita la consecución del título; o con la puesta en marcha de mecanismos educativos previos a la repetición del alumnado o, si esta llega, estableciendo planes personalizados ante ella.
Conciertos
La Lomce supuso un cambio importante en relación con la concertada gracias a dos puntos principalmente. Por una parte al asumir que la demanda social es el principio rector de cara a organizar las enseñanzas y, además, admitiendo en su texto el concierto a los centros que separan al alumnado por sexos.
Ambos puntos serán revisados en la nueva normativa. Por una parte, la demanda social será suprimida de la ley además de que el papel de los poderes públicos en la programación del sistema recuperará el peso perdido. Al tiempo, Educación priorizará la coeducación frente a la separación por sexos a la hora de conceder conciertos a empresas privadas.
En el capítulo de conciertos también hay una recuperación del papel de la comunidad educativa de los centros. Esta, a través del consejo escolar, tendrá más peso en la selección y despido de los docentes, así como recuperará su papel en los procesos de admisión de alumnos. Procesos en los que, de nuevo, habrá un representante del ayuntamiento en el que se encuentre el centro en cuestión.