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El resultado de las elecciones en Andalucía ha cogido a propios y a extraños con el pie cambiado. Hace unos días hablábamos en el diario de la falta de debate en profundidad alrededor de la educación en las fechas previas a los comicios que probablemente supongan la salida del PSOE de la Junta de Andalucía después de casi cuatro décadas.
Ahora comienza un difícil tiempo en el que lamentablemente caben muchas posibilidades de que el Partido Popular gobierne en coalición con Ciudadanos y el apoyo más o menos incondicional de VOX, de la extrema derecha.
Qué dicen de la educación
El programa del partido liderado por Santiago Abascal que ha conseguido una docena de sillones en el Parlamento Andaluz y que virtualmente tiene la llave de la legislatura, habla más bien poco de educación. Y salvo algunas medidas concretas muy claras, la imagen de cómo debe ser el sistema educativo solamente se intuye.
En un primer momento, VOX defiende la eliminación del Estado de las Autonomías. Lo que esto supondría, entre otras muchas cosas, la vuelta al Estado central de la gestión de toda la educación. Un escenario anterior al año 2000, cuando la inverión en educación y los resultado obtenidos no eran especialmente buenos.
Además, VOX defiende la creación de un cheque escolar para que la libertad de elección de los padres en lo educativo quede clara desde el principio. El español se convertiría en la lengua vehicular de la educación, siendo las lenguas cooficiales opcionales para el sistema educativo. «Los padres deben tener derecho a elegir la lengua de escolarización de sus hijos», asegura el documento.
La formación de extrema derecha, la primera en la historia democrática española con representación en un parlamento, quiere poner en marcha un «PIN Parental y Autorización Expresa» para la obtención del consentimiento expreso de los padres en el caso de que en la escuela se fueran a tratar «contenidos de valores éticos, sociales, cívicos morales o sexuales».
La evaluación censal recuperaría todo el peso que el PP quiso darle con las conocidas «reválidas». VOX defiende que haya «exámenes de control a nivel nacional» en los últimos cursos de primaria, ESO y bachillerato. No especifica si de su aprobado dependería la consecución de los diferentes títulos académicos o no, si impedirían o facilitarían el camino posterior en el sistema educativo. También defienden la homogeneización de las oposiciones «para una igualdad efectiva de oportunidades».
El último de los puntos dedicados a la educación en exclusiva en el programa de VOX asegura que se implantará un «generoso y exigente» sistema de becas para las «familias con menos recursos».
Otros elementos alrededor de la educación
Lo puramente educativo no es solo lo que puede afectar a la vida diaria de un centro. Por ejemplo, entre las apuestas de VOX está la supresión de la ley de violencia de género, lo que supondría cambios importantes en las políticas educativas relacionadas, en un primer momento, con la convivencia en los centros educativos, con la mirada que se hace desde ellos a la realidad, o la coeducación.
También se defiende la tauromaquia como parte de patrimonio cultural español. Algo en sintonía con las políticas seguidas en los últimos años del PP en Moncloa, que entre otras cosas aprobó la creación de una materia optativa sobre tauromaquia.
En su defensa por la lengua, y fuera del apartado educativo, VOX pretente suprimir el requisito de conocimiento de la lengua cooficial allá donde la haya en las oposiciones a la función pública. Una medida que afectaría a buena parte del arco mediterráneo, además de a Galicia y Euskadi.
Unas medidas de corte fuertemente racista y antimigratorio. Asegura el programa electoral de extrema derecha que quiere «acabar con el efecto llamada: cualquier inmigrante que haya entrado ilegalmente en España estará incapacitado, de por vida, a legalizar su situación y por lo tanto a recibir cualquier tipo de ayuda de la administración». Algo que podría suponer el mayor menosprecio a los derechos humanos, así como a la obligación de lo poderes públicos de velar por su cumplimiento. Muy acorde con la línea que siguen ya otros partidos y dirigentes de extrema derecha en Europa y el mundo. Por no hablar de la peligrosa correlación que desde esta formación se hace de la migración y la delincuencia.
En esta misma línea, VOX defiende la creación de «un muro infranqueable» en Ceuta y Melilla y equipara en prácticamente todo momento islam con islamismo y fundamentalismmo religioso y terrorista.
VOX ha conseguido, aunque no lo ha hecho solo, colar nada menos que a 12 diputados en el parlamento andaluz, institución que el partido promete eliminar si llegase al Gobierno de Moncloa.
Pactar con un partido de extrema derecha es algo que nadie había tenido que elucubrar hasta ahora. En este momento PP y Cs parecen más que dispuestos a actuar en coalición a tres bandas con VOX. Una apuesta muy arriesgada que en otras elecciones en otros países europeos se ha intentado eliminar o minimizar en la mayor medida posible.