Más allá de la factoría Disney, cuyas películas de animación están mayormente dirigidas a un público infantil, la industria de la animación, y, en este caso concreto, la española, abarca a más tramos de edad, por sus variadas temáticas que van desde la denuncia social, el respeto a lo diferente, a los derechos humanos, hasta la exaltación de valores como la amistad, la tolerancia o el cuidado del medio ambiente.
Detrás de muchas historias de aventuras, con el viaje del héroe como esquema narrativo, se esconde un amalgama de contenidos que promueven el respecto al otro, como principio de convivencia, enfocado al público de todas las edades.
El cine, como ventana al mundo, sirve de herramienta de conocimiento de lo que nos rodea y, la animación, casi como la magia, permite representar la realidad y la imaginación a través de infinitas y muy distintas técnicas.
Para un amplio espectro de público, que abarca desde la infancia hasta la tercera edad, existe un buen número de películas españolas de animación que emocionan, entretienen y permiten realizar una reflexión sobre nosotros y nuestro lugar en el mundo. He aquí un recorrido por esos títulos imprescindibles.
El Hotel Eléctrico (Segundo de Chomón, 1908)
Uno de los primeros títulos emblemáticos del cine mudo español, firmado por el director turolense, que anticipa el cine de animación a través del uso de trucos de magia, sumado a una imaginación desbordante y la creación de una técnica que supuso una gran aportación al cine: el paso de manivela (la apariencia de movimiento de objetos estáticos a través de una serie de imágenes fijas sucesivas).
Además del rendimiento técnico, el director sacó también provecho a un argumento muy desarrollado (a diferencia de sus anteriores trabajos) que habla sobre las bondades y los males del progreso técnico, proponiendo un relato moderno y muy innovador.
Chico y Rita (Tono Errando, Javier Mariscal y Fernando Trueba, 2010)
Historia de amor, situada en la Cuba de finales de los años cuarenta, entre un pianista de jazz y una joven que aspira a ser una gran cantante. La pasión por la música de Fernando Trueba y el dibujante Javier Mariscal les une para ofrecer una retrato sensual, recreando las ciudades de La Habana y Nueva York en esos años de esplendor del jazz.
La película, que se alzó con el Goya a la mejor película de animación en 2011, utiliza una animación poco convencional, en la que destaca el detalle, tomando como base los dibujos originales de Mariscal. El filme ofrece un retrato muy realista de las calles y locales de La Habana, gracias al trabajo previo de los codirectores que estuvieron cuatro semanas filmando en la capital cubana, captando el ambiente así como el movimiento y gestos de sus gentes, para trasladarlos a la película, dotándola de mayor autenticidad.
Arrugas (Ignacio Ferreras, 2011)
Basado en el cómic homónimo de Paco Roca (Premio Nacional del Cómic 2008), este largometraje de animación 2D, cuestiona temas sociales tan vitales como el ostracismo al que se relega a los ancianos y su aislamiento del mundo, sirviendo como telón de fondo de una sensible y entrañable historia de amistad en un geriátrico. La película, que cuenta con la colaboración en el guion del propio Paco Roca, obtuvo dos Premios Goya en 2012 (mejor guion adaptado y mejor largometraje de animación).
Un día más con vida (Raúl de la Fuente, Damian Nenow, 2017)
Avalada por multitud de reconocimientos internacionales, entre ellos, el premio a la mejor película de animación en los European Film Awards, el filme hispanopolaco es la historia del conmovedor viaje de tres meses que el prestigioso reportero Ryszard Kapuściński realizó a través de una Angola devastada por la guerra, en 1975. El largometraje de animación, que alterna imagen real, incluyendo entrevistas a los supervivientes, está basado en el libro homónimo de Ryszard Kapuściński en el que el periodista narra el drama humano de la guerra. Un día más con vida borra las fronteras entre el documental y la ficción sumergiéndonos en la psicología del célebre reportero y ofreciéndonos los testimonios de aquellos que vivieron los desastres del conflicto bélico en primera persona.
Buñuel en el laberinto de las tortugas (Salvador Simó, 2018)
Basada en el cómic homónimo de Fermín Solís, la película que producen Manuel Cristóbal, José Fernández de la Vega y Javier Espada, como productor asociado, se estrenará en España el 26 de abril de 2019, precisamente el mismo día en que Buñuel estrenaba en Madrid Las Hurdes: tierra sin pan, en 1933. El filme, que sirve de homenaje al director turolense, sitúa la historia a finales de los años veinte y principios de los 30, cuando Luis Buñuel era un joven director de cine que estaba afianzando su carrera a pesar de que sus filmes fueran incomprendidos en esa época. La película de animación 2D, recrea el universo buñuelesco trasladando los elementos propios del estilo y la personalidad del cineasta: el surrealismo, el sentido del humor y su devoción por sus amigos. Una oportunidad única de acercarse a una de las figuras más importantes de nuestro cine.
https://www.youtube.com/watch?v=IeMS2bFAr6k
Si este recorrido nos transporta a un cine dirigido prácticamente a todos los públicos, también la animación explora tramas destinadas exclusivamente a adultos. Un ejemplo reseñable es Historia de amor y masacre (Jordi Amorós, 1979), primera película de animación española para adultos contada en siete episodios con historietas de los más destacados humoristas gráficos del momento como Gila, Chumy Chúmez o Ja.
Mucho más reciente en el tiempo es Psiconautas, los niños olvidados, de Alberto Vázquez, ganadora del premio Goya a la mejor película de animación en 2016, y basada en un cómic del mismo autor. Se trata de una historia teñida de una fuerte crítica social que se desarrolla en un mundo oscuro y desolador. Una apuesta por reflejar algunos males sociales, por ejemplo y en palabras de su director, los estragos causados por las drogas en la Galicia de los años 80.
Marta Tarín. Doctora en Teoría, Análisis y Documentación Cinematográfica por la UCM y periodista especializada en cine. Gestora cultural en la Fundación Academia de Cine donde coordina el proyecto “Cine y Educación”. Además es la coordinadora en España de la Federación Iberoamericana de Academias de Cine (FIACINE).