Desde hace cerca de dos años, el Ayuntamiento de Madrid lleva preparando una gran apuesta por las escuelas infantiles municipales que gestiona (algunas). Hace dos años, el consistorio decidió sacar sus escuelas infantiles de la red de la Comunidad de Madrid y tener así capacidad para tomar decisiones importantes sobre las condiciones de trabajo, contratación o proyecto pedagógico. De hecho, creó una red municipal con unas condiciones muy particulares.
Hace más de un año y medio que se preparó una gran formación para las mil maestras y maestros de infantil que trabajan en las 56 escuelas municipales que hay en la ciudad. El objetivo era que conociesen el proyecto de la pareja pedagógica, una apuesta que ha llegado a todos los centros de la red municipal.
Prácticamente durante todo el año pasado se ha desarrollado esta formación en diferentes momentos y, además, se ha estado trabajando, junto a organizaciones del sector de la educación infantil, en la redacción de los nuevos pliegos de condiciones para la apertura de las escuelas que el pasado 28 de enero comenzaron su andadura.
Además de esta apuesta por la pareja pedagógica, se hicieron importantes cambios enlos pliegos para la concesión de la gestión de las escuelas infantiles. Los cambios más importantes tienen que ver con la puntuación que se concede a aquellos proyectos que mejoran las condiciones de trabajo de las maestras y maestros de infantil (no muy buenas en general), así como se ha hecho una apuesta por una alimentación sana y sostenible realizada en los centros educativos y con productos ecológicos.
A esto se suma el hecho de que hace unos días se anunciara que para el próximo curso se ha decidido que la matrícula en la red sea gratuita. Lo que tendrán que pagar las familias será otros servicios, como el del comedor, con un coste, según Marta Higueras, de unos 96 euros al mes. Cantidad sobre la que existen reducciones, exenciones o becas en función de la situación económica de las familias.
Visto así, parecen todo ventajas. Y efecivamente, la apuesta del Ayuntamiento es la de la mejora de la calidad de estos centros, de las enseñanzas que se desarrollan en ellas, así como del servicio que se ofrece a niños y niñas y a las familias. Pero no todo puede ser luz.
Gestión indirecta
Aunque el Ayuntamiento de Manuela Carmena es propietario de las 56 escuelas «antiguas» y de als 13 escuelas que ha dicho que abrirá durante 2019, la mayor parte de ellas es de gestión indirecta, es decir, la gestiona una empresa privada, no la administración.
Durante la visita que la alcaldesa, así como de la responsable del Área de Servicios Sociales de la que depende educación, Marta Higueras, esta última confirmó que el consistorio solo tiene la gestión directa de dos escuelas. El resto las gestionan empresas privadas. Manuela Carmena matizó que estas entidades, fundamentalmente, son cooperativas. No pocas formadas por maestras de infantil en un intento por generar proyectos de autoempleo así como de llevar la educación de calidad a los centros educativos.
A pesar de esta gestión indirecta, en los nuevos pliegos, el equipo que ha trabajado en su elaboración ha hecho un gran esfuerzo en la mejora de las condiciones de trabajo, sobre tod retributivas, de quienes trabajarán en estos centros, obligando a las empresas a que paguen más a sus empleadas.
Algunas voces se han alzado por el hecho de que en algunos casos, grandes compañías como Clece (empresa de Florentino Pérez que se dedica a temas tan dispares como la limpieza de oficinas, la gestión de residencias de ancianos o ha realizar servicios de seguridad), se han hecho con el control y gestión de algunas de estas escuelas municipales.
Paloma Catalina, directora de Educación y Juventud de Madrid, responde a esto que, efectivamente, ha habido casos en los que Clece se ha hecho con la gestión de alguna de las escuelas municipales. Ha asegurado a este periodista que ha ocurrido o bien porque no se presentó otra empresa o, en otro caso, porque la empresa que fue seleccionada para hacerlo, se retiró y la segunda en puntos era Clece, de manera que se hizo con el contrato.
Otro de los problemas que se señalan desde algunas de las asociaciones que defienden la educación infantil es el hecho de que en los contratos públicos se exija un nivel de solvencia económica que deja a muchas cooperativas, asociaciones y pequeñas empresas fuera de la posibilidad de presentarse a los concursos.
Ana Fernández, presidenta de REIM, asegura que aunque la oferta económica ya no es el factor que más pesa para elegir entre los proyectos, sigue teniendo demasiada presencia a la hora de dar a una entidad u otra la gestión de un centro. El problema está en la Ley de contratos del Estado, que exige una solvencia económica a quienes se presenten ante la posibilidad de que la Administración tarde en los pagos que ha de realizar a los centros.
Esta solvencia, que viene de tiempos de Cristóbal Montoro como ministro de Hacienda, ha supuesto que algunas cooperativas y pequeñas empresas, asegura Fernández, que ya gestionan centros no pudieran optar por más concursos. Dicha ley está concebida para grandes proyectos civiles, de manera que los pliegos favorecen a grandes y medianas empresas. Asegura, además, que algunas de las docentes que forman parte de las cooperativas se han visto en la obligación de solicitar avales para poder hacer frente a este punto de la solvencia económica.
Como posibles soluciones, además de cambiar esta exigencia de solvencia, Ana Fernández propone prime la formación, capacitación y experiencia de los profesionales, una gestión transparente y una financiación por módulos. Para ello, eso sí, cree que el Ayuntamiento debería crear un equipo de asesoramiento pedagógico para hacer seguimiento de las escuelas, con indicadores de control y supervisión objetivables, para dar fe de que lo que dice el proyecto del centro se está cumpliendo. Fernández también opina que las escuelas infantiles gestionadas por cooperativas y pequeñas empresas deberían tener esa consideración de «red sostenida con fondos públicos».
Desde la Plataforma en Defensa de la Educación Pública 0-6 de Madrid, Alicia Alonso está de acuerdo en la creación de este equipo, que de hecho se propuso por parte de todas las organización de infantil. Las dos profesionales que hoy día se están encargando de este seguimiento, dice Alonso, están haciendo un muy buen trabajo, además de visitando las escuelas, organizando formaciones con las maestras y maestros para dar una mayor solvencia al proyecto de la red municipal de escuelas infantiles de Madrid.
Hoy por hoy, Madrid solo cuenta con dos personas para hacer el seguimiento de las ya 60 escuelas infantiles (serán 63 a lo largo de este mes y alcanzarán las 69 a finales de año si se cumple con la previsión del equipo de Manuela Carmena).