El Gobierno aprobará este viernes el proyecto de reforma de la Lomce en el Consejo de Ministros, según ha informado el Ministerio de Educación. Sin embargo, la más que probable convocatoria de elecciones para el 28 de abril hará que la medida sea inútil: el Congreso no tendrá tiempo material para tramitar un proyecto de ley antes de que se disuelvan las cámaras (el 5 de marzo en el caso de que las elecciones sean el 28 de abril).
Un proyecto de ley, y más si es uno tan complejo como una Ley Orgánica, necesita en condiciones normales unos tres o cuatro meses para su tramitación completa en las Cámaras, explican fuentes parlamentarias. El texto debe aprobarse primero en el Congreso, luego pasar por el Senado, donde es susceptible de ser enmendado, y finalmente volver al Congreso para su aprobación definitiva. Y en este caso ni siquiera ha entrado aún al Congreso.
A modo de ejemplo: el proyecto de ley que revertirá los recortes del anterior Ejecutivo en Educación se aprobaron en septiembre por el Consejo de Ministros, empezó su trámite parlamentario a mediados de diciembre y se aprobará definitivamente este próximo jueves.
Los plazos, por tanto, se pueden acortar respecto al trámite parlamentario en sí (dos meses en el caso del citado proyecto de ley). Pero con la disolución de las Cámaras prevista para marzo no parece que haya tiempo material aunque se tramitara de urgencia el texto.
Mejor destino que la reforma de la LOMCE correrá el citado proyecto de ley mediante el cual el Gobierno iba a revertir los recortes que aplicó el anterior Ejecutivo al sector educativo. Pese a que la Secretaría de Estado de Comunicación lo incluyó entre una batería de medidas del Ejecutivo que nunca llegarían a realizar, saldrá adelante «si no hay sorpresas», explica Luz Martínez Seijo, portavoz socialista de Educación en el Congreso.
Esta ley, sin embargo, tendrá menos impacto, ya que muchas de las medidas recogidas en el proyecto ya se estaban aplicando de facto por parte de las comunidades autónomas, que tienen las competencias en Educación.
La más que previsible paralización de la reforma de la LOMCE, sin embargo, provocará que el Gobierno no vaya a cumplir uno de sus principales compromisos.
La reforma de la ley, que se había convertido en una derogación de facto, incluía medidas como restar peso a la Religión, eliminar la asignatura espejo que deben cursar quienes no se matriculan de esa materia y que dejara de contar para la media, desincentivar la financiación pública de los centros que segreguen al alumnado por sexo, incrementar el margen de las comunidades autónomas para distribuir las horas de enseñanza en castellano o en las lenguas cooficiales o recuperar la Filosofía para Secundaria (aunque no tanto como se había comprometido). También medidas para rebajar el grado de repetición como permitir graduarse en Bachillerato con una materia suspensa «en casos excepcionales» o dotar de flexibilidad a esta etapa educativa para cursarla en tres años por módulos, tender puentes entre etapas o recuperar los ciclos educativos, entre otras que figuraban en el borrador del texto que se hizo conoció el pasado mes de noviembre.
Los proyectos de ley de reversión de los recortes que aplicó el PP en el Real Decreto 14/2012, por su parte, incluyen medidas para rebajar las famosas ratios en la aulas (el número de alumnos por clase o profesor) o reducir la carga lectiva de los docentes (el número de horas de clase semanales que imparten), entre otras.
Desde el PSOE, sin embargo, Martínez Seijo no lo da todo por perdido. «El proyecto de ley de los recortes se ha sacado en dos meses [el trámite parlamentario, el tiempo que discurrió entre que se aprobó en el Consejo de Ministros en septiembre y su aprobación definitiva va a estar más cerca de los cuatro]. La Mesa nos ha explicado que se va a hacer un orden de prioridades por la cantidad de leyes que hay en trámite. La voluntad de los grupos existe, tenemos muchas ganas de derogar la Lomce», explica.
¿Va a dejar el Gobierno la educación prácticamente como se la encontró al llegar? «Más rápido no lo hemos podido hacer», opina la diputada socialista. «Una Ley Orgánica no se arma en dos días. Nosotros hemos hecho lo que teníamos que hacer. Tenemos esperanza», cierra.
Desde Unidos-Podemos-En Comú-En Marea, el socio preferente del Gobierno y con quien iba de la mano para tumbar la LOMCE, ya piensan en el plan B. «Si se confirma que vamos a elecciones, pediremos al Gobierno que apruebe un Real Decreto de medidas urgentes para derogar las partes más lesivas de la Lomce», explica Javier Sánchez Serna, portavoz de Educación de la coalición morada. «A esto sí da tiempo y apelaremos a la responsabilidad del Gobierno para que no deje la LOMCE como estaba cuando llegó al Gobierno».