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“Ha sido un año repetitivo y aburrido. He echado de menos estar con mis amigos y relacionarme con otra gente. Hay compañeros con quienes hace más de un año que no hablo”. Alonso tiene 14 años y es alumno del Liceo Bicentenario San Pedro del barrio de Puente Alto de Santiago de Chile. Hace un año y cuatro meses que no asiste al colegio de forma presencial. En Chile, las clases se suspendieron en octubre de 2019 por el estallido social que mantuvo al país movilizado por meses. Luego llegó el verano y después la pandemia. “No he aprendido lo mismo. No he tenido las mismas horas de clase y mis notas han bajado. Uno se desconcentra mucho en el ordenador”, comenta el adolescente. Y añade: “Tengo muchas ganas de volver, aunque sé que no va a ser igual que siempre”.
Como Alonso, más de 137 millones de estudiantes en América Latina y el Caribe han estado sin recibir educación presencial durante todo un curso, según datos del informe de Unicef Educación en pausa publicado en noviembre del año pasado. Hasta entonces, los niños, niñas y adolescentes latinoamericanos habían perdido más de 170 días de aprendizaje, una cifra cuatro veces superior a la media global de 40 días. Mientras muchas escuelas de África, Asia y Europa empezaron a reabrir gradualmente, 18 de los 36 países de América Latina y el Caribe han mantenido las aulas totalmente vacías durante todo el curso 2020. “Cada día que pasa con las escuelas cerradas se va dando forma a una catástrofe generacional, que tendrá profundas consecuencias para la sociedad en su conjunto”, advierte el documento.
Aunque la previsión para la mayoría de los países del Cono Sur latinoamericano es reactivar la escolarización presencial entre febrero y marzo –después de las vacaciones del verano austral– la realidad quedará supeditada a la situación epidemiológica que viva cada país llegado el momento de volver a las aulas.
Bares y restaurantes abiertos, escuelas cerradas
Desde octubre, Chile permitió el retorno voluntario al colegio. Según el balance del Ministerio de Educación (Mineduc), sólo el 15% de los centros que volvieron a la presencialidad en 2020 tuvo algún caso de Covid-19 y ninguno de ellos presentó rebrotes. La fecha marcada para el inicio del curso 2021 es el 1 de marzo y, por ahora, el Mineduc apuesta por la apertura de todos los colegios, aunque sin asistencia obligatoria. Parte del presupuesto de la cartera se ha invertido en mejorar la infraestructura y equipamiento de casi 400 colegios, para adaptarlos a las condiciones que requiere el manejo de la pandemia.
El Colegio de Profesores, que agrupa la mayor parte del gremio de docentes, considera, pero, insiste –como lo hizo durante todo el año pasado– que las condiciones para volver no son las adecuadas. “Decretar, como lo ha hecho el Ministerio en este último tiempo, que en la Fase 2 [del plan de desconfinamiento de 4 etapas] estén las condiciones, es no entender absolutamente nada de lo que está ocurriendo”, declaró Carlos Díaz, presidente del colectivo. La agrupación, liderada por figuras vinculadas al sector de oposición, ha sido una de las voces más contundentes del rechazo al regreso a la presencialidad. Han faltado pautas y protocolos por parte de las autoridades para dar seguridad a la comunidad educativa. Tampoco se vieron, en todo el año, señales de cooperación entre el gremio de docentes y el gobierno para diseñar un retorno más temprano al colegio. Mientras desde mediados de septiembre bares, restaurantes y comercios fueron recuperando la normalidad de forma paulatina (incluso se celebró un referéndum y varias manifestaciones masivas), niños, niñas y adolescentes permanecieron en casa.
Aunque los colegios llevan meses planteando sus propios protocolos para volver, gran parte de la esperanza para retomar la actividad presencial se deposita ahora en la vacuna. Si no hay atrasos, a partir del 22 de febrero empezará la vacunación del profesorado, asistentes de la educación y educadores de párvulos.
Un debate que divide a la comunidad
En Argentina, que ha vivido el confinamiento más largo de toda la región (de marzo a noviembre), el inicio de curso depende de cada provincia. Entre los primeros en abrir el curso lectivo está la Ciudad de Buenos, cuyas autoridades anunciaron que lo harán el 17 de febrero. En la mayoría de los distritos, pero, las clases empezarán el 1º de marzo.. El gobierno de Alberto Fernández propone una modalidad híbrida (online-presencial) que también ha sido cuestionada por sindicatos de docentes y algunas familias. El debate divide la comunidad educativa: “Hay grupo de padres y madres que se han unido para exigir el regreso a clases, presionando y argumentando perjuicios psicológicos y sociales para sus hijos e hijas; por otro lado, hay otras familias no organizadas que no quieren ni hablar de la presencialidad porque no están dadas las condiciones”, explica Fernando Santana, profesor de la Escuela Secundaria núm. 24 de Troncos de Talar, en la localidad de Pacheco, de la provincia de Buenos Aires. El docente comenta que hay “mucha presión mediática” para que el alumnado vuelva a las aulas y que “se ha levantado una campaña de estigmatización contra los docentes, a quienes se acusa de que no quieren trabajar”. Según él, “lo cierto es que los protocolos para el regreso no están escritos y los borradores que hay no están aprobados por los gremios docentes”. Santana asegura que la fecha propuesta aún no está cerrada y “hay alto nivel de incertidumbre” al respecto.
El 15 de marzo es la fecha de inicio del curso escolar en Perú, que el primer mes será con clases remotas. La segunda ola ha llevado al país a un segundo confinamiento en Lima y varias otras regiones del país, al menos, hasta el 14 de febrero. Natalia Ugaz, educadora en la guardería Nido Sol de Fátima, de la capital, comenta que una de las posibilidades que se habían planteado de cara a 2021 era la semipresencialidad, con clases de una o dos horas en grupos reducidos, “pero parece que como van las cosas no procederá así”, opina. “La mayoría de las familias no quiere enviar a sus hijos al colegio hasta que se haya aplicado la vacuna. Sin embargo, también hay padres que nos dicen que debe haber clases presenciales porque están cansados de enseñarles a sus hijos que muchas veces no les hacen caso, o no entienden las actividades”, comenta Emma Luz Arimana, directora del colegio N° 7230 del distrito de San Juan de Miraflores de Lima. Pese a seguir trabajando desde sus casas, el profesorado peruano ha sido uno de los grupos que ha sufrido recortes por la pandemia: “Nos han bajado los sueldos. Antes ganaba 1.700 (unos 390 euros) soles y ahora 1.000 (unos 230 euros)”, critica Natalia.
Otro desafío para los sistemas educativos de América Latina
En Uruguay, donde desde el inicio el gobierno hizo un llamado a la “libertad responsable” y a que las personas restringieran la movilidad por su propia voluntad, la vuelta al colegio beberá de la experiencia de 2020. El país fue el único del cono sur que reabrió las escuelas en agosto, mientras todo el subcontinente atravesaba la primera ola de la pandemia, y pionero en implementar la no obligatoriedad de la educación. Sin embargo, para los docentes no fue simple su gestión: “No quedó claro qué era lo ‘no obligatorio’: la asistencia, mantener un vínculo con la escuela o realizar tareas a distancia”, precisa Sophie Talbotier, maestra en la escuela n°192 del barrio Malvín Norte de Montevideo. La experiencia uruguaya ha servido de referente para otros países de la región y para este 2021 no presenta muchos cambios, pero Talbotier reconoce que se requirió “mucho esfuerzo para tejer el vínculo con la escuela” y algunas familias, y recalca: “Perdimos niños y niñas en el proceso”, apunta.
También Brasil fue de los primeros países que autorizó el regreso a la presencialidad en algunos estados, como Manaos, capital del estado de Amazonas, ubicado al norte, Río de Janeiro (sureste) o Maranhao (noreste). Aunque la situación en el país varía mucho en función de lo que deciden las autoridades regionales, en octubre el Consejo Nacional de Educación (CNE) brasileño autorizó a mantener las clases virtuales hasta diciembre de 2021, una medida que quedará en manos de autoridades estatales y municipales y que busca juntar los años lectivos de 2020 y 2021.
Hasta el 5 de febrero de 2021, en América Latina y el Caribe se registraron más de 19 millones de casos de COVID-19 y es, precisamente, Brasil es el país más afectado, con alrededor de 9,4 millones de contagios. Colombia se ubica en segundo lugar, seguido de México, Argentina, Perú y Chile.
El retorno a las escuelas a través de formatos híbridos será otro enorme desafío para los sistemas educativos latinoamericanos, profundamente marcados por las desigualdades. Además de tener que recuperar un alumnado que no ha pisado el colegio durante un año, el profesorado latinoamericano tendrá que lidiar con un déficit persistente de condiciones estructurales y recursos que ahora se han convertido en imprescindibles para el manejo de la pandemia en los centros educativos. La inversión en infraestructura escolar, la disponibilidad de tecnologías de la información y un mayor financiamiento cumplirán un rol clave en el proceso exitoso de la reapertura de los colegios en América Latina.