La Confederación Intersindical – STEs ha convocado una huelga de profesorado interino a nivel estatal para el próximo viernes, 18 de junio, en protesta contra la pretendida reforma del Estatuto Básico del Empleado Público encabezada por el ministro de Política Territorial y Función Pública, Miquel Iceta, y que pretende reducir las tasas de interinidad en España hasta un 8%.
“El diagnóstico es adecuado: en nuestro país las tasas de interinidad son demasiado altas. En cuanto al profesorado llegan incluso a alcanzar el 30% en algunos casos. Sin embargo, el denominado Plan Iceta no será en absoluto efectivo para resolver este problema. Al contrario, solo servirá para dejar a 170.000 profesionales contrastados al borde del despido, aumentar la precariedad laboral del sector al transformar las vacantes que no hayan salido a oposición en los últimos tres años en plazas de sustitución y, en último término, reducir aún más la calidad del sistema educativo público como consecuencia de la falta de continuidad de los equipos docentes”, manifiestan desde el sindicato.
El objetivo de la huelga no es otro que reclamar la estabilidad de los empleados públicos que se encuentren en situación de temporalidad e interinidad abusiva. “No se puede resolver el problema de la temporalidad con aún más temporalidad y, al mismo tiempo, pretender que sean los propios trabajadores quienes paguen los platos rotos de la mala gestión por parte de la administración”, añaden.
Tachan, además, al ministro Iceta de haber mantenido durante los últimos meses una postura de “ambigüedad calculada” con el objetivo de aplazar la reforma al verano, cuando los profesionales ya no se encuentran en los centros educativos y la capacidad de respuesta, organización y movilización es menor.
El conflicto viene de lejos, y es que ya en 2018 los sindicatos mayoritarios (CCOO, UGT y CSIF) firmaron un acuerdo con el último ejecutivo del Partido Popular a través del cual se comprometían a reducir la interinidad en el sector educativo al 8%, tratando de acabar así con el “fraude de la temporalidad”. A pesar de ello, con el paso de los años no ha sido posible alcanzar un acuerdo satisfactorio al respecto y la disconformidad ha ido en aumento hasta llegar al momento actual.