Marián López Fernandez Cao es catedrática en la Facultad de Educación de la Universidad Complutense. Durante algún tiempo fue la portavoz de la Plataforma #EducaciónNosinArtes que durante un par de años (comenzaron pocos días antes del estado de alarma) ha intentado realizar una importante labor de incidencia para reivindicar y recuperar el peso de las enseñanzas artísticas en el sistema educativo. Un peso perdido después de la Logse, asegura. Ahora, Fernández Cao preside la asociación Sociedad por la Educación Artística, hija de aquella plataforma. La han constituido para convertirse en interlocutoras obligadas en temas de educación artística.
Defiende la necesidad de recuperar materias y, al mismo tiempo, crear una nueva especialidad para los estudios de magisterio de primaria que se centro en la educación plástica, visual y audiovisual como paso necesario para una alfabetización en la imagen que, hoy por hoy, no se está haciendo.
¿Por qué decidís saltar de una plataforma a una asociación en defensa de las enseñanzas artísticas?
Damos el paso porque la plataforma se constituyó de una manera un poco informal, también justo casi en la pandemia, cuando surge el borrador de la Lomloe. Vemos que la artísticas en general, pero la plástica, visual y audiovisual no está contemplada ni en secundaria ni en primaria. Nos constituimos en plataforma, presentamos el manifiesto y la carta que le presentamos a Isabel Celaá, el 26 de febrero de 2020.
Y nos pusimos en contacto con los grupos parlamentarios de la Comisión de Educación. Con distintos resultados. De esto hago un balance medio, ni muy positivo ni muy negativo en el sentido de que conseguimos, a través de las enmiendas, incluir dos asignaturas obligatorias que no estaban. En los cuatro años de secundaria hay dos asignaturas que, digamos, al menos en la parte que concierne al Estado, tienen que estar. Y las CCAA pueden añadir alguna más. No es un resultado maravilloso pero es algo más decente de lo que había.
En educación primaria nuestro objetivo era conseguir el especialista en educación plástica, visual y audiovisual. De momento, no se ha conseguido. Es por lo que estamos luchando.
¿Me podrías explicar esto del especialista?
En educación primaria se puede ser maestro o maestra generalista en infantil o primaria y especialista: en lengua extranjera, educación física y educación musical. Es una incoherencia de la ley, desde hace muchos años, porque la educación artística en primaria tiene que ver con la educación musical, con la plástica y visual y también con la dramatización y la danza. Estas dos últimas están olvidadas desde los inicios, y muy maltratadas. Pero de alguna forma la hora semanal se divide entre media para música y media para artística. Dependiendo de las CCAA. No tiene sentido es que haya un especialista en educación musical y no haya nada en plástica y visual. Y hay casos, por ejemplo, en la Comunidad de Madrid, en donde quien da plástica y visual son los especialistas de lengua extranjera, es decir, se da «Arts»… lo imparte personas no preparadas para educación visual y plástica y que utilizan, en muchos casos, para reforzar su materia… hablar del yellow y hacer mandalas in different colours…
Realizamos dos informes. En uno hicimos un análisis internacional de cómo estaba la educación artística en los países de nuestro entorno y, en otro, una comparativa por CCAA. Cada una es diferente a las demás. Algunas como País Vasco, le dan importancia; otras, como Madrid, que le dan menos que ninguna: es como una enfermedad erradicada, por decirlo de alguna forma. Esto, además, influye en las facultades de Educación.
¿En qué sentido?
Hay facultades que se han dado cuenta de que, aunque la ley no lo contemple, la educación artística y la visual son necesarias y entonces, han hecho una mención. Y hay otras, como esta (la Complutense) que no tienen mención. De hecho, la situación de esta es muy preocupante: el maestro de primaria, en los cuatro años, tiene un cuatrimestre de Educación artística, plástica y visual y ninguna optativa. No está formado en absoluto. Lo que le decíamos a la ley, primero, era que no tiene sentido que solo haya un especialista en educación musical. Tiene mucho sentido que exista. Pero estamos en el siglo XXI y hemos pasado de la alfabetización en lectoescritura a la audiovisual. Y a niñas y niños, a los seis meses, sus padres les ponen ante una pantalla. Lo normal es que les enseñemos a decodificar imágenes, a que utilicen los dos elementos que entendemos como fundamentales: aprender a ver y a hacer. Una alfabetización audiovisual y luego, una producción cultural.
Las competencias culturales y artísticas que demanda la propia ley no se cumplen porque ¿quién las enseña? A lo mejor en secundaria hay algo, pero si no se forman y potencian antes de los 12 años, es muy difícil que un niño o una niña sepa saber ver, desarrollar la capacidad de atención… que no es específica para lo cultural y artístico, sino que también lo es para la ciencia. Aprender a ver una planta cuando la estás dibujando también te está preparando para toda la investigación.
Estamos muy a favor del STEAM, con la A. ciencias, tecnología pero también el pensamiento visual que, además, está muy presente en todos ls ámbitos.
¿Y cómo ha ido desde la constitución de la plataforma?
Hemos ido a todas las instancias. En estos dos años hicimos mucho trabajo de divulgación con artículos, con entrevistas en medios, etc. Creo que hemos conseguido cierta concienciación social de que la educación artística no solo sirve para entretener a los niños entre matemáticas y lengua sino que, de hecho, deberían ser una parte instrumental. En el currículo son instrumentales poco más que las matemáticas y la lengua, pero consideramos que la educación visual también lo es porque sirve para la formación general. Una vez que nos constituimos en plataforma vimos que siendo asociación nos consolidábamos un poco más. A finales de los 80 y 90, parte de nuestra rama se constituyó en una rama del INSEA, una asociación internacional bastante potente y activa, y se constituyó la SEEA, la Sociedad Española para la Educación Artística. Lo que hemos hecho ha sido reconocer esa genealogía, quitarle la E de español por los roces que generaba y hemos constituido la Sociedad para la Educación Artística.
Los fines son los mismos, pero actualizados: una concienciación pública de lo importante que son las artes y, en especial, en la educación. Tan pronto hemos empezado a divulgarlo se nos ha acercado gente de música, de la Resad y de Arte dramático, de Danza… está en nuestro ánimo, porque las artes y la educación artística, sobre todo en infantil y primaria, es muy holística: tiene que ver con el cuerpo, con el espacio, con la proyección… pero es cierto que los principales fundadores (99 personas) venimos de la parte plástica y visual y reivindicamos y denunciamos el abandono absoluto en la educación obligatoria de la educación audiovisual y la creación artística.
Las imágenes son representaciones, al igual que los textos. Igual que analizamos un texto tenemos que saber analizar una imagen
Leía hace unos días algún artículo de cómo se había perdido desde la Logse…
Desde entonces se ha perdido sistemáticamente, y con lo que más se perdió fue con la Lomce, que decidió que la enseñanza artística era una pérdida de tiempo, que fue lo que vino a decir (el exministro) Wert. Pensamos que ahora es el momento en el que hay una cierta sensibilidad. Incluso la Unesco lo está reivindicando: las competencias culturales, la creatividad y, sobre todo, la alfabetización visual… ¿Cómo van a salir las niñas y los niños de las escuelas sin saber decodificar una imagen; sin poder ver la homofobia, el racismo, el clasismo…? Las imágenes son representaciones, al igual que los textos. Igual que analizamos un texto tenemos que saber analizar una imagen.
Hace unos años entrevisté al director de la ECAM y planteaba lo mismo, que no podía no haber una alfabetización audiovisual.
Claro… digerir imágenes y producirlas, son las dos cosas. Es peligroso, además, por el tiempo en el que estamos de populismo, fake news, etc. en el que las imágenes van directamente al estómago. Si no hay una capacidad de análisis crítico para que las y los jóvenes sepan aplicar análisis como la retórica y la retórica visual, que existen desde hace mucho. Son aspectos que tiene que ver con la escala, la proporción, la hipérbole… en fin, que no son tan complicados, pero lo tiene que dar un especialista y se tienen que formar en las facultades de Educación.
Y hay otra figura que pensamos que es interesante y que se lo hicimos llegar en un segundo documento al Ministerio. Independientemente del especialista de la escuela, pensamos que podría haber un coordinador cultural y artístico, en relación con los centros culturales del barrio. Es una figura que existe en otros países, como Francia.
¿Cuál sería su trabajo?
El coordinador cultural puede diseñar anualmente o hacer una programación con los equipos educativos de museos o centros culturales para generar una red y que haya un trasvase entre cultura y educación. Le llamamos coodinador de actividades culturales y artísticas y, dentro del colegio, puede trabajar de forma extraescolar, por ejemplo, para combatir el acoso escolar o el abandono. A través del arte se ha comprobado que funciona y el informe de la OMS de 2019 hablaba de cómo el arte es beneficioso para la salud mental y, sobre todo en los colegios, para trabajar temas como el bullying o la soledad. Podría trabajar estas cuestiones y fuera, con los otros centros, puede coordinar programas que funcionen en el barrio o en la comunidad como lo hace, por ejemplo, el British Council.
Lo que vemos es que hay personas que individualmente tienen un contacto en el museo y llevan a los niños, o museos que se ponen en contacto con un colegio. Eso debería articularse desde la normativa, no sé si desde el Ministerio o desde la comunidad autónoma. Y no es difícil. Se establece un coordinador para que desde julio empiece a trabajar de tal modo que durante el curso haya actividades que hacer con los recursos que hay en la ciudad o en el pueblo, el barrio… Se decide en la comunidad escolar, por ejemplo, trabajar arte y naturaleza y cuestiones como la sostenibilidad, etc. y se coordina con los centros culturales el tema. Y, además, haces al alumnado asiduo a los centros culturales.
Lo hemos propuesto y hemos pedido una entrevista tanto con el Ministerio de Cultura, con el Gabinete de Iceta, como con el de Pilar Alegría, pero no nos han contestado. En Francia existe una cosa que creo que sería ideal, el Alto Consejo de Educación Artística y que está formado, mitad y mitad, por ambos ministerios. Y hacen planteamientos generales anuales que afectan a toda Francia. Es verdad que Francia está más centralizada, pero se podría hacer y lo está haciendo mucha gente, desde asociaciones, fundaciones…
Eso te iba a decir. En los últimos años hay muchísimas instituciones culturales, fundaciones, públicas y privadas, haciendo un trabajo ímprobo para acercar la cultura a los centros: o vamos al museo o al revés…
Eso, ¿cómo no se aprovecha todo ese potencial? Yo llevo 30 años haciendo esto, pero claro. Consigues una subvención, lo haces; hicimos un trabajo precioso con el Thyssen que consistía en llevar a chavales gitanos al museo, como guías y tratando que hicieran suyo un museo. Pero se acaba el dinero y se termina la iniciativa. Teniendo un Ministerio de Cultura y uno de Educación, ¿por qué no coordinan y se implican en eso? Hay mucha gente que quiere hacerlo. Coge a las fundaciones como Planea, como Pedagogías Invisibles, como la nuestra: LABE, Arte, bienestar y educación… Cógenos a todos y organízanos junto con los responsables de los centros educativos pero no para que solo suceda en Madrid, sino en los recursos que tiene cada ciudad. Si no, solo se consigue un cierto elitismo, que es lo que nosotros denunciamos.
Está muy bien que el BBVA o el Banco Santander hagan cosas, pero es responsabilidad del Estado y eso es lo que garantiza una educación democrática. Yo creo que es buena oportunidad y este es uno de los motivos para crear la SEA: que haya un interlocutor con las administraciones públicas, sean autonómicas o no. Ellas podrían crear una red de centros que, al principio, deberían ser piloto y luego vemos cómo funcionan. Pero lo que no puede ser es lo que hay ahora, que es nada. Nada.
Ha habido una educación muy tecnocrática orientada a un fin muy concreto: una enseñanza excel
¿Por qué ocurre esto?
Yo creo que tiene mucho que ver con, por ejemplo, los informes PISA, aunque se están corrigiendo y van a incluir el ítem de creatividad, aunque no sabemos en qué términos. Lo que medían inicialmente eran lo que se llama competencias instrumentales. PISA lo hace la Organización para el Cooperación y el Desarrollo Económico; es interesante saber de dónde sale. Hace tiempo escribí un artículo muy crítico. Cuando hablan de comprensión lectora, no se refieren a un texto literario, sino a un problema o a un tutorial… está más en relación con la instrucción que con la educación. Creo que esos informes PISA que, en muchos casos han sido negativos, lo que hicieron fue que se eliminara de los sistemas educativos aquello que no se medía. Y como el arte es difícil de medir, como la capacidad creativa… se han ido reduciendo y en algún momento, por ejemplo en Madrid, se ha dado la opción de que la hora de arte pudiera sustituirse por refuerzo de matemáticas.
Al final, el problema está en qué tipo de educación queremos. La pandemia nos ha descubierto que si algo enseñan el proceso creador y el arte es a manejar la incertidumbre, la duda, los conflictos (estéticos y reales). Depende de para qué educamos. Creo que hay una serie de fallos en el sistema y ha habido una educación muy tecnocrática orientada a un fin muy concreto: una enseñanza excel, que le llamo. Pero, al final, lo que te da herramientas es lo no excel. Con la pandemia se ha visto: en muchos casos hemos sobrevivido gracias al arte: películas, música… con el arte se puede trabajar el apego, la separación y la pérdida. ¿Quién nos prepara para esto en educación? Muy pocas materias. Creo que merece la pena que la nueva ciudadanía adquiera eso como algo que está dentro del desarrollo humano y la educación.
No sé qué margen de maniobra tenéis viendo lo que queda por delante.
Hemos tenido varias entrevistas con el Ministerio; nos han escuchado y les hemos explicado todo esto. Hemos visto un cambio de una negativa inicial a una cierta apertura. Por ejemplo, ahora, que se está produciendo un paso desde la ley a las facultades de Educación, que forman a los maestros y maestras, se están repensando las especialidades y las menciones, creo que tenemos un pequeño margen de maniobra. Hay una cierta sensibilización. Por ejemplo, una de las buenas noticias que hemos conseguido es que la CRUE esté de acuerdo con que haya una especialización en educación plástica, visual y audiovisual. Y se lo ha comentado al Ministerio.
En países que están en la OEI existe el Grado especializado en educación artística. Y en Italia, y en Francia también. Estamos a leguas. En muchas facultades españolas existe la mención, pero como no hay un especialista en primaria, quien da Plástica es el de otra especialidad. Se lo hicimos ver al Ministerio. ¿Cómo se explica esto? Hace falta una cierta voluntad homogeneizadora, es decir, si hay una especialidad, que la haya en todo el Estado. ¿No te interesa la cultura del país? ¿que se preserve el patrimonio, que se ponga en valor, que haya visión crítica, una visión que lo renueve? ¿De dónde salen los nuevos creadores? De familias de clase media-alta. El problema es este. Si creemos en una educación equitativa e igualitaria, lo que hacemos con esto es fomentar el elitismo y el clasismo. Las familias que pueden ir a los museos, ya educarán a sus hijos en esas extraescolares, que aumentan la brecha cultural.
La pandemia nos ha descubierto que si algo enseñan el proceso creador y el arte es a manejar la incertidumbre, la duda, los conflictos (estéticos y reales)
Muchos estudios hablan de la brecha de clase agrandada por el acceso a actividades extraescolares… Hablando un poco de esto, e hilando con el coordinador cultural… hay muchos centros en donde no hay acceso a un centro de cultura…
Sí, pero la cultura es muchas cosas. Es un lugar que tiene que ver con un paseo por la naturaleza, puede ser lo tangible o lo intangible; tiene que ver con el trabajo de telares y tejidos que puede haber en el rural… sería una forma de que niños y niñas viesen que eso también es cultura: lo que han hecho y hacen sus abuelas y abuelos. Es ampliar ese concepto de cultura elitista… ¿qué hacía también la Barraca o las Misiones Pedagógicas?
Estaba pensando también en la ILE y en Giner de los Ríos… trabajaban mucho estas cosas de la cultura popular…
Claro. Y con las nuevas tecnologías puedes hacer películas con los chavales, entrevistas, documentales, obras de teatro. Lo que te dé la gana. Que, además, tienen mucha más difusión. No aprovechar eso es una verdadera pena. Primero porque estamos privando a niñas y niños de esa capacidad de análisis y de creación que tienen. Y, después, estamos privando que la cultura se renueve desde otros puntos de vista. Hay muchísimo que se pude hacer y que, además, imbricas a los chavales con el verdadero patrimonio cultural en el sentido amplio. Y, a parte, se renueva.
Hay determinados museos, que vienen del XIX, burgués, urbano, clasista, androcéntrico… Debemos educar a unos chavales que pueden interpelar a ese museo y preguntar por qué les enseñan los grandes salones y no la cocina, que también es cultura. O por qué no se enseña a las personas que trabajaban para esas casas-museo o pazos-museo que hay… Si se va a determinados pazos, sí, se ve cultura,… pero también es cultura saber sobre todos los campesinos y campesinos que trabajaban para esos pazos. Y eso sí que es una visión crítica de la cultura y te ayuda a renovarla.
Pensaba en la típica pregunta: ¿Para qué sirve? Estamos inmersos en una cultura obsesa por conseguir un buen trabajo y todo esto que me cuentas parece que no “sirve”.
¿Desde el punto de vista profesional?
Sí… o recordando aquellas declaraciones del ministro Wert sobre que había que enseñar lo que importaba…
Bueno, yo creo que la frase del ministro Wert venía de su propia ignorancia. Es decir, a lo mejor si hubiese sido educado en una escuela en donde hubiese dibujado, filmado, etc.
Tenemos lo que se llama la industria naranja, la industria cultural. No recuerdo exactamente el dato, pero creo que está entorno al 3 % del PIB… No está mal. Aunque soy muy crítica con la turistización de los museos, hay que pensar que lo que atrae a nuestro país no son nuestras empresas. No vienen a comprar en Zara, vienen al Museo del Prado, al Reina Sofía porque vienen a ver el Gernika. ¿Y por qué? ¿Y por qué vamos nosotros a verlo? Porque tiene que ver con el pasado, con nuestra historia, con Ucrania, por ejemplo.
Las obras de arte lo que hacen es ayudarte, en muchos casos, a activar recuerdos, pensamientos que de otro modo no se activan
Cuando nosotros vemos una obra de arte estamos actualizándola a través de nuestra experiencia. Y es una experiencia trascendente y creo que es muy importante. Las obras de arte lo que hacen es ayudar, en muchos casos, a activar recuerdos, pensamientos que de otro modo no se activan. Cuando uno ve El Grito de Munch lo que está viendo es su propio grito. Y muchas veces uno no sabe cómo se siente pero puede decir que se siente como ese del grito. Y no solo puede ayudarte a conectar con tus sentimientos, sino que los legitima. Cuando hay alguien que ha puesto esa obra o el Gernika o La Piedad de Miguel Ángel, lo que hace es legitimar el dolor por un hijo perdido. Eso, que parece algo personal, íntimo, que no interesa a nadie, resulta que es universal y, además, la cultura lo considera importante. Eso ayuda a legitimar lo privado, conectado con lo público, y en muchos casos ayuda a legitimar a colectivos que están silenciados. Que no se les deja hablar.
¿Que si sirve para ganar dinero? Yo creo que sirve para ganar dinero también. Justo ahora nos han pedido hacer un curso para todos los profesores de la universidad en el que introduzcamos mecanismos de pensamiento visual.
Se lo decía a los del Ministerio. ¿Quién se lee el texto con lenguaje jurídico de la ley? Ellos mismos incluyen infografías… eso es pensamiento visual. Eso lo habrá hecho alguien, uno o una que se llama diseñadora… para eso sirve… Lo tenemos continuamente delante. Si sabemos presentar algo visualmente tenemos más posibilidades de que ese mensaje esté bien transmitido. Independientemente de eso que defiendo que es menos instrumental.
Cuando tú pones a los niños frente a un folio en blanco, pasan muchas cosas. Pasan angustia, no saben a qué enfrentarse, a atreverse, pasa por la humildad y la valentía… esas cosas también forman parte de la educación. Lo decía Bruno Bettelheim en 1964… la diferencia de las otras materias con la educación artística es que, aunque depende de cómo se enseñen las materias, en muchas de ellas se trabaja sobre lo cerrado, se aprenden conocimientos cerrados; y en arte se trabaja con conocimientos que generas tú y que los tienes que saber organizar.
Siempre pongo el ejemplo de los niños durante la guerra civil y el trabajo tan bonito que se hizo, They still draw con prólogo de Aldous Huxley El trabajo en las colonias infantiles durante la guerra, ¿por qué dibujaban tantísimo y por qué los maestros, que eran fantásticos, les hacían dibujar tanto? Porque el dibujo es una manera de estructurar la realidad y cuando los niños han vivido una realidad absolutamente devastadora, el dibujo organiza mental y emocionalmente y, además, ayuda a tener control sobre una realidad sobre la que no se tiene control. Dime tú si no sirve…
Estamos obsesionados con que las cosas tienen que servir para algo, para algo instrumental…
Claro… Yo siempre hablo de Nuccio Ordine y su libro La utilidad de lo inútil. Me encanta y lo manejo mucho porque una de las cosas que dice es que muchos de los descubrimientos científicos, que no tecnológicos, parten de la pura observación desinteresada: mira y a ver qué encuentras. Y el mirar tiene también que ver con el arte. Ese trabajo fenomenológico en el que estás tú, tu punto de vista, pero también el del otro, y tu cuerpo… Tú mira y a ver qué encuentras. Y muchas veces esa mirada desinteresada es la del científico, que espera y que más que llevar su prepotencia lo que hace es escuchar, una escucha y una mirada activas, que no tiene un fin determinado sino que espera entender algo. Eso es el germen de la ciencia y del arte.