Abuela, ¿cómo era la casa en la que creciste? ¿A qué jugabas de pequeña? ¿Hay alguna travesura que recuerdes de tu infancia? ¿Recuerdas a algún profesor o profesora especialmente? ¿Qué clase te gustaba más en el colegio? ¿Qué te daba miedo cuando eras pequeña? ¿A qué edad empezaste a trabajar? ¿A qué edad te casaste? ¿Cambiarías algo de tu vida?
Con preguntas como estas, alumnas de infantil y de primaria de la escuela Espill de Manresa (Barcelona) han conversado con sus abuelas y han extraído sus propias conclusiones. Han aprendido que algunas de las yayas tenían muchos hermanos y hermanas a quienes tenían que cuidar, que jugaban a escondidas en el bosque y que empezaron a trabajar a partir de los 12 años.
La coordinadora de la escuela, Mireia Vila, señala que “este año, hemos reivindicado el día de la mujer de una manera muy especial: Hemos hecho un homenaje a las abuelas. Cada niño y niña ha preguntado a sus abuelas cosas que les gustaría saber sobre ellas. Las respuestas, junto con una foto, las han plasmado en una pequeña cartulina. En la escuela, hemos compartido las respuestas, hemos hablado sobre las abuelas y hemos hecho un mural de postales con todas las fotos y respuestas. Al acabar, todos y todas hemos escuchado el cuento ‘Abuelas. Cada una a su manera’. Ha sido muy bonito, emotivo y reivindicativo”.
La iniciativa vino de una entidad del municipio, el Servicio de Información y Atención a las Mujeres (SIAT) – Manresa Mujer, que presentó la actividad al centro educativo a finales de enero. A partir de aquí, el equipo de coordinación y de dirección de Espill, junto con la comisión de coeducación, adaptaron la propuesta y la sacaron adelante entre el alumnado de 1 a 12 años.
Para la etapa de educación infantil, pensaron tres preguntas: “¿Trabajaste? ¿De qué?”, “¿Fuiste a la escuela?” y “¿A qué te gustaba jugar?”. Para las clases de primaria, había 18 cuestiones diferentes para que escogieran las que más les interesaran.
Entre las respuestas de los más pequeños y pequeñas, figuran, por ejemplo, que “las abuelas jugaban mucho en la calle y en el bosque. Jugaban a arrancar cebollas, a pica pared, a esconderse, a la rayuela, a muñecas”, “Tenían que ayudar a las madres a cuidar de los hermanos pequeños y podían jugar poco”, “Estaba prohibido hablar catalán en la escuela”, “Tenía muchos hermanos” o “Le gustaba trepar a los árboles y el padre la reñía”.
“Empezó a trabajar con 12 años”
La investigación del alumnado de primaria también ha dado sus frutos: “Tenía muchos hermanos y no tenían juguetes”, “Era muy traviesa. Cogía gusanos y los llevaba a la escuela”, “En la escuela separaban a los niños y las niñas en clases diferentes”, “Tenían poco dinero y se tenían que hacer los juguetes”, “La abuela se escapaba para ir a jugar con los amigos al bosque” o “Era muy valiente”.
Las abuelas han explicado muchas más cosas a los nietos y nietas, que han destacado aspectos como que “Empezó a trabajar con 12 años en la Fábrica Nova”, “Se casó con 18 años”, “Vivía en una granja y ayudaba a cuidar los animales”, “Hacía natación y una vez quedó segunda”, “Empezó a trabajar con 15 años y le daban 200 pesetas (1,20 €)”, “Era enfermera” o “Hubiera querido estudiar más”.
¿Y qué han aprendido los pequeños y las pequeñas de sus abuelas? “Su espíritu de perseverancia y superación ante situaciones vitales difíciles: represión, obligaciones sociales, falta de autonomía”, explica Mireia Vila.
Los niños defienden que “las mujeres y los hombres tienen la misma valía” y que “las abuelas son unas heroínas sin capa, su tarea ha quedado históricamente invisibilizada”. “Junto con las madres, las abuelas son las mejores enfermeras, cuenta cuentos, cocineras, guías… Porque su ingrediente secreto es el amor”, sostiene la profesora.
Otros años, el 8 de marzo había girado en torno a mujeres relevantes de la historia en diferentes sectores, pero este año se ha querido pensar en mujeres más próximas. “Las yayas las tenemos muy al alcance y, a veces, no se tiene bastante en cuenta su importancia. Las tenemos en casa, es un recurso que tenemos a mano y creemos que la experiencia que se puede sacar de estas conversaciones puede ser muy enriquecedora”.
Una escuela sin estereotipos
Espill forma parte de la Federación de Cooperativas de Enseñanza de Catalunya-EscolesCoop, que agrupa a una cuarentena de escuelas cooperativas. Siguiendo los valores de una escuela laica, plural, inclusiva, activa y humanista que comparte toda la red, Vila destaca que “pese a la importancia de conmemorar el día de la mujer, todo el equipo educativo de Espill velamos día a día por una escuela basada en la igualdad y el respeto, alejada del patriarcado, de las actitudes y las prácticas sexistas”.
La coordinadora pone énfasis en el hecho de que el alumnado comparta “una escuela sin estereotipos donde todas las personas puedan crecer sin condiciones ni discriminaciones. Esta es la semilla más importante que podemos dejar a nuestros niños y niñas”.