La segunda muerte del maestro Antoni Benaiges

La historia de Antoni Benaiges es la historia, o casi, de una gran cantidad de maestras y maestros que ejercieron su oficio durante la II República, con el sueño y el convencimiento de que la educación republicana, pública y laica sería una de más potentes armas que sacarían a aquella España de la enorme crisis que llevaba arrastrando tras la pérdida de las últimas colonias. Un país analfabeto y basado en una agricultura arcaica y una industria tardía e incipiente.

Benaiges, afiliado a la FETE-UGT en su momento, fue destinado a Bañuelos de Bureba a la escuela rural. Se trata de la zona cuya capital, precisamente, es Briviesca. Un pueblo en el que el maestro intentó, durante dos años, ensanchar el horizonte formativo y personal de su alumnado y que, como gran horizonte, se planteó llevar a sus alumnas y alumnas al mar. Ese paisaje que ninguno de ellos había visto. Benaiges quería llevarles aquel 1936 a su pueblo natal en Tarragona para que contemplase el Mediterráneo. Un sueño incumplido que un grupo de sicarios falangistas decidió enterrar asesinando al maestro y quemando y destruyendo su obra y la de sus alumnas y alumnos. Sus cuadernos de clase en los que, entre otras muchas cosas, habían elaborado trabajos sobre lo que esperaban encontrar cuando vieran el mar por primera vez.

Muchos años después, y casi por una azar de la vida, durante la exhumación de una fosa común en el pueblo, en la que había más de 100 cuerpos de personas asesinadas en un periodo de varios años por adeptos al nuevo régimen franquista, uno de los vecinos del pueblo preguntó si se encontraban entre esos huesos los restos de Antoni Benaiges, su viejo maestro en aquellos años.

Sospecha de censura

Aquella pregunta ha derivado en los últimos años en un ensayo en el que se recuperó la historia de este maestro republicano. También, una obra de teatro y una película que, precisamente, se estrena estos días de 2023. La obra de teatro, escrita por Xavier Bobés, ha sido representada en 50 escenarios de todo el país.En próximas semanas le tocaba el turno a su representación en Briviesca, la capital de la zona en la que Benaiges pudo dar clase durante dos años hasta que lo asesinaron.

Y he aquí, la segunda muerte de este maestro. La obra ha sido cancelada el lunes pasado, por escrito, según ha informado el Bobés en un comunicado. Según este texto, las razones han sido técnicas, por la dificultad de montar la obra en el Patio del Hospitalillo de la localidad, colocar un generador eléctrico, el que se esperase una asistencia de público de 500 personas.

Según el comunicado emitido por Bobés, desde el pasado mes de abril la compañía ha estado compartiendo información técnica con el ayuntamiento de la localidad para solventar los posibles problemas técnicos que fueran surgiendo en relación al montaje de la obra. Fue precisamente el consistorio de la localidad el que propuso el espacio del Patio del Hospitalillo para la representación. El cambio que se ha producido en este tiempo es el de las elecciones municipales que han supuesto que el anterior ejecutivo del PSOE haya salido de la corporación para que el PP retomara una alcaldía que ha estado en sus manos ininterrumpiramente entre 1983 y 2015.

Bobés asegura, además, que este mismo espacio es el lugar en el que se celebran los conciertos de verano en la localidad, de manera que ya hay experiencia previa en el montaje de espectáculos en el patio. Como lo atestigua una somera búsqueda en Internet de imágenes del Patio del Hospitalillo.

La compañía, según este mismo comunicado, ha renunciado a la indemnización económica que le correspondería por la suspensión de una obra que ha sido finalista de los Premios Max y a los Premis de la Crítica. “La cancelación de la función, reza el escrito, precisamente allí (en Briviesca) nos resulta sombría por las resonancias con la historia”.

El comunicado termina con la esperanza de que “las administraciones de nuestro país se seguirán moviendo con respeto y cuidado profesional hacia artistas y espectadores, y con la libertad de expresión como posición común e innegociable”. Algo que, a duras penas, parece que vaya a cumplirse después de esta cancelación, así como la censura, hace unos días, de una obra de Virginia Wolf por parte de otro ayuntamiento que ha girado hacia la derecha en las últimas elecciones.

Su caso, como el de la obra de Virginia Wolf es lo que ha empujado a Bobés a hacer su comunidado. «Parece un caso de censura», admite el autor, dramaturgo y actor. A tres semanas del estreno, con todo cerrado, incluido el presupuesto, las excusas dadas por el ayuntamiento hacen sospechar de que sea más bien una decisión que no tiene que ver tanto con lo técnico, como con lo político.

«Nos preocupa mucho porque vemos cómo se suceden casos similares», comenta Bobés. De ahí la necesidad de hacer pública su situación. Para este autor, es llamativo que sea Briviesca donde no se podrá representar, localidad en la que Antoni Benaiges pasaba algunos de sus fines de semana entre 1934 y 1936; localidad en la que fue asesinado hace 87 años. Su cadáver, recuerda Bobés, no ha sido encontrado todavía.

Antoni Benaiges

Antoni Benaiges, como contaba Salomó Marqués en este artículo, revolucionó la vida de este pequeño pueblo burgalés gracias a la introducción de los métodos de Freinet. El maestro pagó de su bolsillo un gramófono y una imprenta gracias a la cual pudo trabajar con su alumnado diferentes cuestiones. Entre ellas, un librito titulado como la obra cancelada en Briviesca y que recogía las impresiones, más en verso que en prosa, que aquellas niñas y aquellos niños tenían sobre el mar, antes de haberlo visto nunca.

El maestro decidió utilizar la imprenta para que su alumnado desarrollara su creatividad. Editaron algunos cuadernos escolares en ella que compartieron con otras escuelas, tanto fuera como dentro de España. Ese material se cuenta entre aquel que destruyeron sus asesinos, aunque algunos ejemplares fueron atesorados por la familia en su pueblito de Tarragona.