Cuando uno se acerca, desde fuera, a la radio o al podcast en las aulas suele estar relacionado con los contenidos y competencias de las clases de Lengua y Literatura, centrados en las habilidad de redactar un guión, de locutarlo después, de utilizar un lenguaje adecuado… Pero este medio de comunicación puede ser una herramienta para cualquier materia, solo hay que echarle un poco de imaginación.
Es el caso de Alberto Medina quien, el curso pasado, realizó una experiencia con su alumnado de 1º de bachillerato en la materia de Biología y Geología en la que hicieron uso del podcast para hablar desde los ecosistemas hasta los sistemas de nutrición de las plantas.
«El mundo de la radio siempre me ha interesado y empecé gracias a un curso en el CEP de Málaga», explica Medina. Eso sí, no quiere «engañar» a nadie, «hago un poco de trampa», comenta. El curso en el que desarrolló la actuación fue el pasado, en un centro malagueño en el que tenía un aula de siete estudiantes «que son muy buenas y les gustan las nuevas tecnologías».
En cualquier caso y, aunque admite, era «comenzar sobre seguro», utilizó el podcast como una manera «de que el alumnado expusiera lo que estaba aprendiendo, de que pudiera afianzar el contenido». Durante el curso pudieron realizar programas en los que hablaron de fechas importantes, del papel de la mujer en la ciencia o de la importancia de la dieta saludable (Medina era también el coordinador del programa de hábitos de vida saludable en el centro).
Más allá de los aprendizajes estrictamente curriculares, este docente de ciencias «lucha» contra esa sensación de que son solo quienes dan Lengua y literatura quienes pueden hacer uso de este instrumento, «que parece que los científicos ni leemos ni escuchamos la radio», bromea. Para él y su alumnado supuso una buena manera de ejercitar la expresión oral, además, «se hace un trabajo de autoaceptación» cuanto chicas y chicos se graban y se escuchan después. «Es una manera de hacer que los más tímidos se expresen».
Todo esto fue evaluado gracias a una rúbrica que Antonio Medina había desarrollado para medir el desenvolvimiento del alumnado en el uso del podcast. La rúbrica, además, era conocida por chicas y chicos «con la idea de que supieran cuáles eran los ítems que iba a utilizar durante la evaluación», explica el profesor. Para él, el uso de este tipo de evaluación es interesante porque «cuantas más herramientas, mejor».
Medina está contento con el resultado del trabajo de su alumnado que realizaron un programa de podcast cada mes. Durante el curso todos han ido cambiando de responsabilidad: buscar información, locutar, editar… para aprender los diferentes pasos que hay que hacer. Y, aunque al principio, él se encargó del montaje del sonido, al final, chicas y chicos se responsabilizaron de todo el proceso.
El instituto en que realizó la experiencia es un centro de compensatoria en el que no hay grandes instalaciones de radio, pero esto no fue un freno. «El único desembolso que hice fue la compra de un micro de segunda mano», explica Medina. El alumnado participante grababa el contenido o en clase o en sus casas con sus teléfonos móviles y luego, al principio de curso esto lo hacía Medina, se realizaba la mezcla del audio con el programa gratuito Audacity.
Los programas trataban de diferentes asuntos mediambientales y se planteaban, prácticamente, como un corto informativo radiofónico. El hecho de que el trabajo con el podcast tuviera una temporalidad mensual hacía interesante poner la mirada de los temas fuera del centro, de lo que pasa en el día a día en él, para que lo que contasen chicas y chicos no caducase tan fácilmente.
Medina comenta que en el encuentro de Teachers en el que participará pretende explicar, además de los rudimentos para organizar un podcast, que pueden tratarse temas muy variados: «sostenibilidad, animalismo, feminismo… Prácticamente es un un telediario, los temas son infinitos».
Uno de los problemas mayores que se encontró Alberto Medina cuando comenzó a pensar en el podcast como herramienta educativa fue que no existe información específica sobre cómo utilizarlo con adolescentes, sino que suelen ser contenidos muy generales.
Dio sus primeros pasitos hace tres o cuatro curso durante la celebración del EABE en Andalucía. Se trata de un encuentro de docente surgido hace más de una década a raíz del boom del uso de los blogs en las aulas. En una de sus ediciones, comenta Medina, pudo escuchar un taller sobre podcast y algún tiempo después dio con el curso del centro del profesorado de Málaga sobre ya recibió una formación algo más específica con la que ponerse en marcha.
Gracias a ambos hitos, más allá de la formación, pudo tejer una red más o menos pequeña de docentes interesados en el tema. Una red en la que se comparten saberes y trucos de manera informal, tanto en Twitter como en Telegram.
«Al final, las aulas son nuestras trincheras del conocimiento. Teniendo un móvil y el Audacity, nadie puede ponerte barreras para hacer lo que quieras». Se trata «de tener imaginación», explica este docente que, además de tener un micrófono, trabaja con móviles y con programas gratuitos que hay en internet.
El último paso es el de la distribución del contenido. En el caso de este docente y sus alumnos, eligieron iVoox y Spotify para hacerlo. Y aunque parece lo menos importante de todo el proceso, para Medina es también clave «para que el alumnado viera que lo que hace tiene un impacto, aunque fuera mínimo».