Carla Vall (Vilanova y la Geltrú, 1984) es abogada penalista y criminóloga. Ha dedicado su carrera a defender a víctimas de violencias de género y contra la infancia. Debido a su experiencia, el próximo día 30 de noviembre impartirá un seminario organizado por el Área de Educación de la Diputación de Barcelona sobre las herramientas al alcance de los municipios para luchar contra las violencias hacia las mujeres y las criaturas. A partir de las últimas novedades jurídicas, como los protocolos de prevención y detección o los planes de convivencia, Vall desgranará el marco jurídico que existe en el ámbito local para prevenir las violencias en el ámbito educativo.
¿De qué nos hablará en el seminario del próximo día 30?
La idea es poder trasladar las novedades legislativas que han generado mucho ruido a nivel mediático, pero que nos aportan herramientas muy valiosas sobre cómo intervenir. La voluntad es poder dar algunas claves de forma concreta sobre qué hacer cuando tenemos conocimiento de un caso.
En ocasiones, hay problemas para poner la etiqueta de violencia sexual. Pues imagina cuando, encima de tener esa duda enorme, los adultos dudan sobre cómo dirigirse a las víctimas, cómo ayudarlas, cómo darles consuelo…
¿Cuáles son las herramientas que tienen los ayuntamientos y municipios a la hora de prevenir la violencia en el ámbito educativo?
Por suerte, cada vez hay más recursos a disposición, no sólo para los servicios arraigados en el territorio, sino porque la necesidad de formación es cada vez más evidente. Por eso hay recursos públicos a disposición, desde formaciones con profesionales hasta intervenciones que hacemos en los centros, con las asociaciones de familias…
¿Cuál es la importancia que tiene la educación para prevenir las violencias machistas?
Pienso que es muy importante porque permite a las generaciones escolarizadas tener unos valores diferentes a los que tienen en casa. Pero la escuela tampoco puede ser un cajón de sastre, donde de forma genérica se depositan las esperanzas de un cambio. Es imprescindible que los docentes y profesionales del sector tengan herramientas a disposición.
¿Cómo debería ser el abordaje educativo de las violencias?
Hay que hablar de las violencias, hablar de la violencia sexual. Y es necesario abordar la esfera de la sexualidad más allá de la prevención de las enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados. Es necesario hablar de violencia en las relaciones y buenos tratos. También porque algunos alumnos son víctimas directas por lo que viven en casa.
Se han actualizado algunas herramientas como los protocolos de detección de las violencias y su abordaje. ¿Es suficiente?
Nunca es suficiente, ¿no? Quiero decir que habría que abordar las violencias de forma integral en todos los ámbitos, pero todavía tenemos una cifra oculta altísima para la detección de casos. Hará falta tiempo, recursos y compromiso para hacerle frente.
¿Podría hacernos una valoración general de la situación de las violencias en la infancia?
Creo que estamos a las puertas de un cambio social profundo. Por fin, tienen una entidad propia y se habla de ellos, se reportan los casos, se ayuda y se apoya a las víctimas… Es necesario que sigamos en esta misma línea y que se las acompañe tanto en la denuncia como en la reparación. Todo indica que en breve habrá un MeToo de la infancia.