Las prácticas educativas son el aterrizaje y el mejor ejemplo de lo que significa el devenir cotidiano de un centro. Partiendo de la enorme diversidad de contextos en los que se encuentran las escuelas, existen aspectos comunes donde, buscando el protagonismo del alumnado como principal agente de cambio, se repercute de forma colectiva y positiva en el resto de la comunidad educativa.
A continuación, presentamos varias experiencias que se están llevando a cabo en distintos centros educativos. Son muestras reales del alcance y trascendencia de la educación ecosocial y confiamos en que resulten mucho más que inspiradoras.
Renaturalización del patio escolar (CEIP Ballester Fandos, Valencia)
El CEIP Ballester Fandos de Valencia es un colegio público de alta complejidad que ha decidido poner en marcha un proyecto ecosocial de renaturalización del patio escolar y construcción de un refugio climático, implicando a todos los agentes educativos: familias, profesorado, alumnado, personal de administración y servicios, y entidades del barrio. El proyecto genera un cambio en el patio no solo a través de la renaturalización, sino también repensando el espacio de juego y de participación. Este trabajo lo combinan con la formación del profesorado para vincular todo lo que se realiza en el espacio educativo con las situaciones de aprendizaje, es decir, para llevar a los últimos niveles de concreción curricular la educación ecosocial. Un ejemplo de cómo se pueden imaginar maquetas de sociedades ecotópicas para un futuro más deseable y hacerlo de forma colectiva.
Cuestiones ecosociales para alumnado de cero a tres años. (EIP Ses Païsses. Sant Antoni de Portmany, Islas Baleares)
¿Es posible realizar proyectos sobre especies polinizadoras, soberanía alimentaria y cambio climático en una escuela infantil de cero a tres años? La EIP Ses Païsses nos da la respuesta con su propia práctica desde hace muchos años. Considerada un referente a nivel educativo, Ses Païsses apuesta por integrar la educación ecosocial dentro del proyecto educativo de centro, como plan estratégico que empapa toda la práctica docente. ¿La clave? Analizar críticamente el currículum, repensar las estrategias metodológicas y hacer partícipes a las familias. En definitiva, dar intención educativa ecosocial al diseño curricular, articulando respuestas creativas ante las problemáticas que nos afectan en el día a día.
Grupos de Ecolegas en los centros de FUHEM. (Madrid)
Ser ‘Ecolega’ es una opción voluntaria en la que puedes participar si eres alumno o alumna en alguno de los tres centros educativos de FUHEM. Esta posibilidad es una respuesta para poder profundizar en temas sociales y ambientales que preocupan a un grupo especialmente sensibilizado que quiere actuar como agente de cambio. Semanalmente, se crean espacios de trabajo con el alumnado donde se dialoga, reflexiona, proyecta y se planifican acciones abordando temáticas como: la enfermedad mental, la pérdida de biodiversidad, la equidad entre hombres y mujeres, la guerra, el cambio climático, etc. Estos espacios son abiertos y, a su vez, compartidos con el resto de estudiantes de cada etapa. No obstante, la labor de cada grupo no queda limitada a las paredes de cada centro educativo y, al menos, una o dos veces por año, se crean los encuentros de Ecolegas. Estos espacios permiten reunir al alumnado participante de todos los centros, favoreciendo un intercambio de experiencias, que permitan conocer las acciones llevadas a cabo en otros centros y, proyectar y compartir posibles intervenciones futuras para la mejora de la transformación social y ambiental.