Garcia Farrero, que también es director del Departamento de Teoría e historia de la Educación de la Facultad de Educación de la UB, destaca la necesidad y la dificultad de ir a contracorriente para generar ideas propias, y subraya la importancia de presentar a diferentes autores y autoras que contrapongan argumentos para hacer pensar al alumnado: “Intento que siempre haya tres ideas o más en juego, que no sea solo mi tesis, sino que haya la tesis y la antítesis”.
En el libro habláis de anarquismos, en plural. ¿Cómo se traslada esto al mundo de la educación?
Este es un libro hecho entre dos amigos. Gerardo y yo nos conocimos hace años en un congreso en Montevideo, en 2011. Por casualidades de la vida, nos sentamos juntos, mantuvimos cierta conversación y esta conversación demostró muchas complicidades. Hace dos años, llegó la posibilidad de publicar un libro en Octaedro y nos pusimos a trabajar juntos. Nos planteamos cómo hacer este libro y decidimos encontrarnos on line por la noche una vez al mes e ir tocando diferentes autores: Bakunin, Kropotkin, Ferrer Guardia, Ricardo Mella… Fuimos acumulando muchas anotaciones y, finalmente, pensamos que, para darle forma de libro, nos podíamos hacer una batería de preguntas y, a partir de aquí, ir ordenando todo el contenido que teníamos. Al final elegimos una serie de preguntas que han acabado siendo los capítulos del libro.
Creo que hicimos una cosa muy importante porque consideramos que el anarquismo, o los anarquismos, es la vigencia de la pregunta y el hecho de preguntar es poner el dedo en el ojo. A veces, nos perdemos mucho en buscar la afirmación, el adjetivo o el juicio, y a nosotros la pregunta nos ha dado la posibilidad de acercarnos al pensamiento libertario a nivel de educación. A lo largo de la historia, el movimiento libertario ha llegado a una serie de conclusiones a nivel político, social, educativo… Y nosotros consideramos que el anarquismo hace como un doble juego: primero hay un no, rotundo, y es un no al estado, al capitalismo y a la religión en sentido de autoridad. Y este no une mucho más. Pero, después, vamos a buscar los sí; es decir, después de esta destrucción, vamos a construir una serie de respuestas. El anarquismo hace este doble juego, como de destrucción y construcción, que es donde surge toda la pluralidad que puede haber, también en el sentido educativo.
¿Por ejemplo?
Podemos encontrar a pedagogos o pedagogas anarquistas y que entre ellos sean contradictorios. Que uno defienda que la libertad tiene que ser, aparte de una finalidad, también tiene que ser el medio, es decir, que los niños y niñas se tienen que sentir libres, se tienen que estar en un contexto libre. Y podemos encontrar a otro pedagogo o pedagoga que diga que para enseñar la libertad el medio no tiene que ser libre, es decir, tiene que haber cierta coacción porque si no, no es posible el aprendizaje de la libertad. Creo que esta heterogeneidad del movimiento también lo hace más interesante.
Históricamente, tenemos muchos elementos que nos muestran cómo se enseña la no libertad
Supongo que una de las preguntas que os habéis planteado es cómo se enseña la libertad.
Es la gran pregunta. Históricamente, tenemos muchos elementos que nos muestran cómo se enseña la no libertad. Pero cómo se enseña la libertad, que es una palabra polisémica y se puede entender de muchas maneras y hoy en día vivimos en una perversión del lenguaje y a veces da repelús mencionarla, aquí ya no nos entendemos. A pesar de que en el concepto de libertad sí que hay toda una serie de estudios en los que sí nos podemos llegar a entender, a nivel de uso social y de todas las manipulaciones que pueda haber, hace que no nos entendamos con esta palabra. Sí que encontramos muchas experiencias educativas que intentan enseñar la libertad en un contexto que no es libre, pero que lo intentan.
¿Y cómo se enseña y se lleva a la práctica el concepto de libertad en un sistema capitalista como el que vivimos?
El título del libro da pistas a esta pregunta. Nosotros leímos a Emma Goldman y tropezamos con una cita que habla directamente de que uno de los retos que tiene que hacerse una persona que se considera próxima a este movimiento es intentar pensar por ella misma, y por eso quisimos poner esta idea. Decimos que el anarquismo es la utopía de las utopías, y es el que nos plantea los retos más importantes. Plantear esta posibilidad de pensar por uno mismo es fácil de decir, pero es muy difícil de cumplir, porque a veces reproducimos cosas de otros que quizás ni hemos procesado o vivimos haciendo una serie de acciones que tampoco han pasado por un proceso de pensamiento y de discernir si estamos de acuerdo o no.
Pensar por uno mismo es fácil de decir, pero es muy difícil de cumplir
Es interesante esta idea de situarte en esta utopía de pensar por uno mismo, que no quiere decir que no vivamos en colectivo, sino que tú, como individuo, aceptas que estás en una comunidad, pero haces un trabajo tuyo individual para poder tener pensamiento propio. Entonces, cuando te vas a relacionar con el resto, todo el mundo tiene que tener pensamiento propio, y aquí está la idea de libertad importante. La libertad es la posibilidad de que todo el mundo pueda desarrollar sus facultades humanas al máximo, y aquí hay una idea de responsabilidad, individual, importante.
Es una de las ideas del libro: la libertad comporta responsabilidades. Y si esto lo trasladamos a este contexto capitalista, ¿tú, como educador de futuros educadores y educadoras, te encuentras con muchas trabas?
Muchas. Y yo también las tengo, a veces queremos mirar a los otros, pero nosotros también tenemos. Es evidente que hay un río con una corriente que baja muy fuerte y aquí no solo es el capitalismo, también hay otros ‘ismos’ que empujan y nos empujan a seguir la corriente. Lo que nos están planteando todos estos grandes autores, sobre todo de la primera generación de anarquistas con la que hemos dialogado, hacia el primer tercio del siglo XX, lo que nos plantean es que hay una corriente con el agua muy fuerte y que cogerse a cualquier rama es un esfuerzo. Estos autores dicen, cojámonos aquí, si somos más mejor, e intentemos no bajar hacia donde nos quieren llevar. Aquí hay una fortaleza individual y colectiva importante.
La libertad es la posibilidad de que todo el mundo pueda desarrollar sus facultades humanas al máximo
Como docente en la Facultad de Educación, ¿qué priorizas en tus clases? Más allá de que hay un temario que se tiene que dar, ¿cuál es tu huella?
Yo lo que priorizo es que se intente pensar por un mismo. Intento que siempre haya tres ideas o más en juego, que no sea solo mi tesis, sino que haya la tesis y la antítesis. Es decir, tenemos a este autor que nos está diciendo A y tenemos a otro que nos dice B, y que esto desconcierte un poco a los estudiantes. Intento que haya autores que quizás estén diciendo ideas parecidas, pero que también haya otros autores que estén diciendo ideas totalmente diferentes. E incluso se puedan colisionar las ideas, y en esta colisión yo creo que es donde estoy invitando al estudiante a que haga la síntesis. Lógicamente, no la podrán hacer en clase, tenemos toda la vida.
Yo trabajo mucho con libros y con fragmentos y sobre todo intento ir a documentos originales. A mí en clase me gusta mucho leer, que se pueda leer en voz alta, que haya silencio si hace falta para pensar. Es muy importante que entendamos lo que nos están diciendo y hacer el resumen. Ahora estamos en un momento en el que nos saltamos el resumen y ya vamos a hacer el juicio o a hacer la opinión. Espera un momento, primero tenemos que saber cuáles son las ideas principales, tenemos que tratarlas bien, saber por qué nos lo dice, mirar detrás de las palabras por qué y, una vez tengamos las ideas principales, si nos aparecen autores que nos dicen lo contrario, miremos. Y a partir de aquí, empecemos ya a pensar y, lógicamente, a tener un posicionamiento. El trabajo previo es esencial. Gerardo y yo no hemos hecho un libro definitivo, no hay esta pretensión, sino que nosotros hemos leído unos libros, hemos hecho este resumen, hemos buscado a otros autores para que también nos hagan pensar y hemos hecho la síntesis. No queríamos que fuera un libro en el que cada cual hiciera un capítulo.
¿Ha sido complicado escribir a cuatro manos?
Él y yo sabemos donde está más la mano de uno o de otro, pero todo ha pasado por todo.
Es un ejercicio de revisión permanente, ¿no? ¿Sería uno de los elementos de la pedagogía libertaria, este re-cuestionarse?
De eso habla Voltairine de Cleyre, anarquista de Estados Unidos. Creo que es una idea muy interesante: es lógico que cuando hablemos intentemos decir nuestro posicionamiento, porque no somos neutrales; el anarquista tiene que estar pensando más; es decir, si tú me estás diciendo que esto es muy importante, que después quizás sí que veré que es importante, se tiene que despertar un trocito del cerebro que diga ‘¿quieres decir? ¿Qué me está diciendo? ¿Y por qué me lo está diciendo?’ Es muy interesante porque te está abriendo la posibilidad de pensar por uno mismo.
Leer estas obras clásicas te da la posibilidad de hacer una lectura más profunda y más reflexiva
¿Te atreverías a hacer un perfil de docente idóneo o idónea?
No… Tengo la intuición de que, a veces, además de los libros de filosofía, sociología o antropología, puede dar más pistas el libro de memorias anarquistas o incluso la literatura para entender aquello que decía antes, que en el fondo tendemos a seguir la corriente, con matices. En literatura, hay escenas que hablan de la importancia de decir que no. En el libro situamos una escena de Ítalo Calvino en ‘El barón rampante’ que empieza así el libro, diciendo no a la autoridad, y después dice que sí. Es un libro que cumple lo que he dicho antes, dice no a unas cuestiones familiares que son intocables, que generan tensión, y dice que sí se dedicará a vivir encima de los árboles y se pasa el resto de su existencia arriba de los árboles. Cada cual elige.
Yo creo que en la literatura, o en las memorias, como pueden ser las memorias de Emma Goldman y otros, nos sirven para decir qué significa decir ‘no’, estos ‘no’ que generan un problema, un conflicto importante.
En el libro se nota la importancia de los libros y de leer a los clásicos porque los clásicos hablan de temas que de alguna manera siempre están de actualidad. Informes cómo PISA han alertado de la bajada en comprensión lectora, ¿qué crees que ha podido pasar cuando, precisamente ahora hay más medios para aprender a leer, escribir, etc., que en tiempos anteriores?
No me gusta mucho dar consejos en el sentido de ‘yo tengo la verdad’, pero creo que nos tenemos que creer que es importante la escuela, la educación, la cultura… Y cuando haya esta creencia, a partir de aquí pueden salir políticas y acciones. También tenemos que pensar qué es la cultura, siempre en un sentido plural, lógicamente, no en un sentido único, pero si entramos en lo que a mí me compite, que es la formación inicial de maestros y maestras, yo creo que es muy importante leer a los clásicos, en este sentido plural.
Todo no se podrá leer, pero creo que releer a los clásicos en un sentido mundial, no solo de Occidente, te da la posibilidad de dos cosas: primero, de ver que tu existencia no es el inicio del mundo, que hay mucha más historia antes de que tú nacieras, que hay unos constantes, unos continuos, que ha habido unas luchas y unas prácticas interesantes, que hay referentes que tú puedes coger para poder, diríamos, mejorar el presente de la realidad educativa. La segunda idea es que leer estas obras te da la posibilidad de hacer una lectura más profunda y más reflexiva. Aquí está uno de los problemas más importantes: cómo podemos hacer un itinerario lector en el cual un niño y una niña que empieza a leer a los cinco, seis o siete años, vaya mejorando su lectura en un sentido de profundidad y de poder reflexionar a partir de la lectura y poder llegar a la edad adulta y tener esta posibilidad de leer un texto de cualquier tipo, porque yo soy partidario de que se tiene que leer todo. Una persona que sabe leer a nivel profundo y reflexivo, ella misma ya sabrá hacer la separación de qué es un buen libro y un mal libro. La sensación es esta, cómo podemos pasar a superar esta posibilidad. Y aquí todos los esfuerzos son buenos. Que el libro esté presente en todas partes sería muy bueno, por ejemplo, en programas de máxima audiencia de televisión o radio.
La amistad es uno de los pocos pactos que no están mediados por el Estado
¿Qué dice la pedagogía libertaria sobre el castigo al alumnado?
Hay pedagogías libertarias que no se plantean la figura del educador o educadora, incluso hablan de compañeros, de maestros-compañeros. El asunto que se plantea es el tema de la autoridad y es importante recordar que hay una separación etimológica, y esto tiene efectos pedagógicos. La autoridad en un sentido ‘potestas’ sería el autoritarismo; es decir, ‘tú me tienes que hacer caso por la posición que yo tengo y tú serás sumiso a las decisiones que yo tome’. Lógicamente aquí, el anarquismo lo critica, lo rechaza y lucha contra esto. Pero hay otra autoridad que es la de ‘auctoritas’, que creo que es la que se tendría que reivindicar, la de ‘tú, una persona, reconoce sabiduría humana’.
Todos tenemos maestros, yo tengo de maestros, no estaría aquí si no tuviera los maestros que he tenido. Estos maestros que yo los considero maestros tienen un reconocimiento que yo les he dado, sin que nadie me obligara a que yo les diera este reconocimiento. Yo no te podré convencer a ti de que estos maestros para mí son las personas más importantes y referentes intelectuales, porque será una conversación fallida, y tú al contrario conmigo. Y esta autoridad, en un sentido de ’auctoritas’, el anarquismo no la rechaza. Cuando hay una práctica educativa, en la que hay un reconocimiento, y en situaciones que pueden ser disruptivas, esto ya se gestionará diferente. Y, a veces, la autoridad no recae solo en el maestro, sino en una asamblea o una comunidad.
¿Qué te ha aportado ‘Pensar por cuenta propia’?
Yo destacaría que es un libro de amigos. El libro tiene un tema y unas preguntas, pero también quiere ser un elogio a la amistad. Gerardo y yo nos conocimos en 2011, ahora estamos en 2024 y es la primera producción científica que hacemos, el resto todo ha sido amistad.
La amistad es una fuente de aprendizaje para vosotros.
Sí. Y cuando nos conocimos nos faltaba poco para ser padres. Estuvimos hablando más de la vida, de la crianza y de muchas cosas, y salió esta posibilidad, hemos producido este libro y estamos encantados, pero la amistad es uno de los pocos pactos que hay que no están mediados por el Estado. Tú eres amigo de alguien, pero no puedes ir al registro civil a decir que somos amigos, y si se rompe una amistad, se rompe, pero no hay ningún lugar que lo diga. Creo que hay una idea libertaria de hacer cosas que están un poco lejos del control.
1 comentario
Fantástica entrevista! Me gusta ver que yo resueno más con el concepto de autoridad auctoritas que con el de autoritarismo. En mi experiencia docente, establecer una relación de respeto (en todos los sentidos, el respeto intelectual también) es lo mejor que he podido hacer. Las clases, aunque todos sabemos que hay días que son muy difíciles, suelen ser bastante tranquilas porque siempre apelo a su sentido de la responsabilidad para con su educación y mis horas de trabajo. Los alumnos, independientemente del bagaje socioeconómico que tengan, tienen más sentido de la responsabilidad del que muchos docentes les dan crédito.