El reciente eurobarómetro “juventud y democracia” indica que la intención de voto para las elecciones europeas es del 64% de la población de menos de 30 años. Estos indicios hacen presagiar una buena salud participativa en la UE, sin embargo, las previsiones están sometidas a cierto escepticismo por la recurrente falta de implicación general en comicios europeos. Las elecciones del 2014 cerraron con un 42,61% de participación, cifra que tuvo un notable incremento en las últimas, las del 2019, dónde alcanzó el total del 50,66%.
Según el Parlamento Europeo, en este aumento de voto tuvo un papel clave la juventud: “el mayor incremento de la participación se dio entre los menores de 25 y en el grupo de 25 a 39 años”, indica el reporte post-electoral del 2019.
El punto de escepticismo ante las buenas previsiones
Ante el último sondeo del eurobarómetro, Margaritis Schinas, vicepresidente responsable de Promoción de Modo de Vida Europeo, se pronuncia optimista, expresando que “la participación de los jóvenes europeos en las elecciones europeas es esencial para el futuro de nuestra Unión. Al emitir su voto, pueden configurar las políticas que conformarán sus vidas”. Sin embargo, Iliana Ivanova, comisaria de Innovación, Investigación, Cultura, Educación y Juventud, manifiesta que, pese a lo alentador de los indicios, “sigue habiendo demasiadas personas que no están interesadas en participar en el proceso democrático. Tenemos que involucrarlos y garantizar que también se escuche su voz”. Este factor es clave, puesto que, si bien el 38 % indicó que el voto es la acción más eficaz para hacer oír su voz, alrededor del 19 % afirmó que no estaban interesados en la política y el 13 % no estaban interesados en votar.
Europa tiene buena imagen entre los jóvenes españoles de entre 18 y 24 años, pero la mayoría desconoce el funcionamiento de las instituciones de la UE según un estudio de Talento para el Futuro y Poletika ―que congrega más de 500 organizaciones, entre las que está Political Watch―. Ahora bien, pese a esa imagen positiva, otro dato relevante es que “hay una desafección generalizada, con un 65% de las y los jóvenes encuestados decepcionados por los representantes políticos”. Un contexto poco favorable para los jóvenes (precariedad habitacional, sueldos bajos, falta de perspectiva de futuro) incentiva la desidia ante la participación en unos comicios.
El sesgo en los valores, una construcción multifactorial
En el eurobarómetro se reflejan cuáles son los temas que más interpelan a la juventud: “los jóvenes participaron activamente en temas relacionados con los derechos humanos (34 %), el cambio climático y el medio ambiente (33 %), la salud y el bienestar (29 %) y la igualdad de derechos independientemente del género, la raza o la sexualidad (29 %)”, registran los resultados. No obstante, estas temáticas tienen un sesgo de implicación entre generaciones e inclinaciones políticas. Ejemplo de ello es como la organización More in Common en su informe “Rumbo a las elecciones europeas de 2024” detecta que al ser preguntados sobre aumento del racismo y la discriminación, los “votantes progresistas y los más jóvenes se muestran especialmente preocupados”. Ante como se sienten respecto al cambio climático, la respuesta más recurrente por parte de los jóvenes es “asustado”. Por otro lado, “engañado” y “escéptico” son los sentimientos destacados entre los votantes de Vox.
Otro sesgo perceptivo relevante es el destacado en el estudio de Poletika y Talento para el Futuro. Revela diferencias de género en casi todas las variables analizadas: “los chicos priorizan la libertad, mientras que las chicas dan mayor importancia a la igualdad”, explicita la investigación. Asimismo, las mujeres jóvenes se inclinan más hacia la izquierda en el espectro político, aunque son las que menos votan. Con el tiempo, estos valores evolucionan y se afianzan en principios más progresistas, como la igualdad.
En un contexto en el que la extrema derecha toma relevancia en los gobiernos de distintos países, encuestas a tres meses de las elecciones europeas apuntaban que la tendencia podía trasladarse a los comicios del 9 de junio. El eje de género puede ser determinante como adalid del freno de la extrema derecha, como se ha visto en diversos panoramas electorales. Por otro lado, la Generación Z está entre los principales objetivos de los movimientos reaccionarios. Como explica un análisis de Politico, prácticamente el 45% de las cuentas de eurodiputados en TikTok pertenecen a conservadores. La cifra para la extrema derecha es del 26%. Identidad y Democracia, la lista dónde están Le Pen y Salvini, es de lejos la más activa en la red social.